La Guerra de los Subsidios, Capítulo Final: Boeing, Airbus y Una Victoria Pírrica

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En el 279 AC, en la batalla de Asculum, Pirro, Rey de Epiro, atacó con su falange a las tropas romanas. Consiguió hacerlas retroceder, pero perdió 3500 hombres, lo que lo obligó a retirarse a Tarento. Dice la leyenda que desde una elevación del terreno, vio el campo de batalla y dijo “Otra victoria como ésta, y estaré perdido.”

Finalmente, después de casi catorce años de idas y vueltas, la Organización Mundial de Comercio bajó definitivamente la persiana y  falló sobre la apelación que la Unión Europea había interpuesto ante el fallo de primera instancia de la misma OMC, que en su momento había dicho que Airbus había recibido fondos estatales indebidos en el desarrollo de sus programas.

La acción ante la OMC la había iniciado Boeing en 2003, al mismo tiempo que Airbus inició el proceso legal por la misma causa contra Boeing, por los subsidios pagados por el estado de Washington para financiar el programa 787. Esta decisión es final sobre la primera cuestión (Boeing acusando a Airbus), y la decisión sobre la segunda (Airbus acusando a Boeing de lo mismo) se decidirá a fines de este año o principios de 2019.

Básicamente, el fallo determina que Airbus recibió subsidios ilegales para los programas A350 y A380, pero exonera a la compañía en las familias A320 y A330, declarando ambos programas como “en cumplimiento total”.  De lo que se observa en los programas que sí se han beneficiado de subsidios ilegales, es que se observan “detalles técnicos” en la aplicación del mismo sistema de financiamiento que se usó en las familias A320 y A330.

Este sistema, llamado RLI, acrónimo de Repayable Launch Investment, es una modalidad de préstamo creada por la Unión Europea para financiar proyectos aeroespaciales civiles. La idea es invertir en un proyecto que genere empleo, por lo que el interés es bajo y los plazos son largos. Por ejemplo, desde 1997 el gobierno Británico invirtió 1000 millones de Libras, recibiendo 1600 millones en repagos y beneficios derivados de aportes de los trabajadores empleados en los proyectos financiados.

La OMC determinó que el RLI es un préstamo y no un subsidio, por lo que desestimó el 94% de los reclamos de Boeing al respecto. Detectó, eso sí, defectos técnicos de la aplicación del RLI sobre los programas 350 y 380. Hasta aquí, los hechos. Ahora vamos a ver cómo tomaron la noticia las dos empresas, y podremos ver como la misma resolución les permite a las dos festejar una victoria.

Airbus dijo al respecto:

“El Cuerpo de Apelación de la OMC determinó la legalidad de la modalidad de préstamo por asociación entre Airbus y los gobiernos Europeos. La OMC afirma con este fallo que el sistema RLI no constituye un subsidio ilegal y sólo algunas pocas modificaciones son necesarias para garantizar el cumplimiento total del programa.

Airbus actualmente está implementando cambios para reparar estas fallas. Esto significa que cualquier sanción de Estados Unidos, ahora considerada menor en comparación con las que esperamos en el caso de los subsidios de Boeing, podría resultar contraproducentes y anacrónicas.

Mientras Airbus se prepara para hacer correcciones que implementen las recomendaciones de la OMC, Boeing sigue empeorando su posición con exenciones impositivas abusivas concedidas por el estado de Washington, que son malas para los contribuyentes y para la armonía del comercio global.

El esquema de asistencia corporativa del estado de Washington proveyó subsidios récord al lanzamiento del 787, por 5000 millones de dólares. Un incentivo todavía mayor, de 8.700 millones en 2013, fue catalogado como el mayor subsidio de la historia Norteamericana. Y presumiblemente, Boeing está buscando subsidios similares para su nuevo programa, el 797.

Airbus convoca a las partes a que acepten la naturaleza del comercio global y pongan fin a esta larga disputa. Una negociación amigable sin precondiciones es la única solución viable, sea entre USA y la Unión Europea, o idealmente en un acuerdo global.”

Boeing, por su parte, hace su interpretación:

“La OMC, en su fallo final sobre la cuestión, determinó que la Unión Europea incumplió múltiples fallos anteriores y proveyó más de 22000 millones de dólares en subsidios ilegales a Airbus. Tras examinar el caso por más de una década, la OMC determinó que la Unión Europea debe terminar con sus prácticas injustas y reparar el daño continuo resultante de los subsidios ilegales.

Este histórico fallo da por terminada la disputa y deja libre el camino para que el Departamento de Comercio de Estados Unidos para buscar reparaciones, en forma de aranceles gravados a importaciones de Europa a Estados Unidos.

Los aranceles autorizados sumarían miles de millones de dólares por año, a menos que Airbus repare los subsidios recibidos de parte de los gobiernos Europeos para sus programas de aeronaves más recientes. Los aranceles podrían ser impuestos en 2019, y se espera que sean los más grandes alguna vez autorizados por la Organización Mundial de Comercio.

El fallo de hoy envía un mensaje: desviarse de las reglamentaciones y recibir subsidios ilegales no será tolerado. El éxito comercial de un producto deberá llegar por sus méritos y no por acciones que distorsionan los mercados.

Sólo queda una causa ante la OMC, referida a una medida impositiva del estado de Washington. Ha sido apelada y se espera que sea decidida a fines de 2018 o principios de 2019. Boeing cree que será revertida, pero si no lo fuera, se compromete a hacer lo que sea necesario para garantizar el cumplimiento de un sistema de comercio basado en reglas claras, que contribuya a la igualdad y la futura prosperidad de la industria aeroespacial global.”

Como decimos siempre, no hay inocentes en esta industria. Todos se acusan de hacer algo diciendo que no lo hacen, y es absolutamente falaz. Todas las compañías reciben subsidios, la cuestión está en la letra chica, y la capacidad de doblar la interpretación de las reglamentaciones.

El día de hoy marca el fin de una disputa, sin que la situación de fondo haya sufrido demasiados cambios. Los dos pueden vender esto como una victoria, y los dos tendrían un poco de razón. Lo que es claro es que para ambas partes, como decía el bueno de Pirro, esta victoria después de 14 años tiene sabor a poco.

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    By: Pablo Díaz

    40 años. Argentino. Casado.
    Profesional de IT por elección, Aeronáutico por vocación.
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    Viajero ocasional, nerd frecuente.

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