La historia del emporio Jeppesen

Ideas pequeñas generan grandes cambios, y es que una de las creaciones más exitosas en la aeronáutica que revolucionaría la manera de volar del siglo XX, ha sido Jeppesen Sanderson; un legado que por más de ochenta años continúa vigente en el mundo de la aviación.

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El Capitán Elrey Borge Jeppesen nació el 28 de enero de 1909 en Lake Charles. Años después se mudó a un pequeño poblado llamado Hood River, en Oregón, al noroeste de Estados Unidos. Seguramente nunca se imaginó que sus aportaciones quedaría casi perpetuas hasta después de su muerte en 1996.

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Como lo describe Robert. Thomas JR a través de una publicación en The New York Times, Jeppesen era un niño que le gustaba de trepar árboles y aferrarse a sus ramas durante horas para observar el vuelo de las águilas a través del cielo. Espectáculo que encontró tan conveniente que el vuelo se convirtió en una sana obsesión de la infancia y finalmente de su vida entera.

A la edad de 20 años, Elrey B. Jeppesen, obtuvo su licencia de piloto aviador, misma que fue autorizada por el pionero Orville Wright. En 1930 se incorporó a Boeing Air Transport, como piloto de correo, volando principalmente entre las ciudades de Salt Lake City y Cheyenne y Salt Lake City – Oakland, las rutas mejor pagadas de la época por ser las más peligrosas.

Cincuenta dólares a la semana más 14 centavos la milla volada, era el ingreso aproximado del capitán que tenía que sortear cualquier cantidad de obstáculos para realizar su objetivo… llevar las cartas a los destinatarios. Debido a los escasos datos de la época, los aviadores recurrían a información contenida en los mapas carreteros y a sus interlocutores, que al otro lado del teléfono les proporcionaban empíricamente información del clima que les esperaba en su destino.

La falta de información era el peor enemigo de los aviadores, quienes varios en el intento perdieron la vida a consecuencia de este mal. Fue el mismo Jeppesen quien comenzó a realizar anotaciones en una libreta de bolsillo que le costó 10 centavos, en donde plasmaba toda información de sus vuelos, como: condiciones de pista, obstáculos, cabinas telefónicas cercanas, iluminación, rumbos, lugares para realizar aterrizajes de emergencia, entre otros.

Además incluía  dibujos de los aeropuertos, perfiles del terreno y en sus tiempos libres se dedicaba a escalar montañas, torres de agua o cualquier otro obstáculo para conocer a través de su altímetro la elevación de estos. La información contenida en la libreta de 10 centavos recobró popularidad entre sus compañeros, quienes deseosos de la información comenzaban a pedirle consejos a Jeppesen sobre volar una ruta u otra. Empezó entonces a vender copias de sus anotaciones en 10 dólares.

El nacimiento del emporio de Jeppesen comenzó en 1934, una empresa que ha vendido varios millones de dólares y que hoy en día es reconocida no nada más por los pilotos, sino todo aquel que está involucrado la operación de los vuelos.

Años más tarde derivado de la fusión entre las aerolíneas Varney Airlines, Boeing Air Transport y otras, se creó Delta Air Lines, quien fuera una de las primeras compañías en ofrecer a sus pilotos cartas de navegación propias, mismas que fueron rechazadas por los aviadores, prefiriendo la calidad de las cartas Jeppesen. Delta fue la primera aerolínea en contratar los servicios de suscripción al Airway Manual Service.

Han transcurrido muchos años y hoy en día Jeppesen Sanderson continúa siendo una de las empresas más exitosas en el sector aeronáutico, y que han venido millones de copias en todo el mundo.

Jeppesen logró recopilar la mayoría de la información de todos los aeropuertos del mundo, y realiza actualizaciones cada 14 días o en cualquier momento que se requiera. El 90% de los pilotos comerciales –según estimaciones de la empresa- utilizan el compendio de información de la marca Jeppesen, que hoy en día se mira desde la pantalla de una Tablet.