La investigación de accidentes e incidentes de aviación en México, aún en pañales

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Se cumplieron 3 años de la desaparición más misteriosas en la historia de la aviación moderna. Satélites; radares; buques; aviones; helicópteros; submarinos; y los más elevados sistemas computarizados de triangulación, entre otras, no han sido capaces de encontrar un avión de casi 400 mil libras de peso.

El Boeing 777-200ER matrícula 9M-MRO de la aerolínea Malaysia Airlines que probablemente yace en abismo en las profundidades del Océano Índico, dejó al descubierto algunos probables errores humanos, así como falta y capacidad de mejores sistemas.

Las labores titánicas en las que varios países se sumaron, así como la cantidad estratosférica de recursos económicos destinado a la búsqueda y rescate, parecieran que no han sido suficiente. Ya sin contar que los mejores investigadores en el mundo y las más entradas agencias para estos fines ayudaron a las labores sin logros tangibles.

La necesidad principal de los investigadores de accidentes aéreos es conocer exactamente las causas que originó la catástrofe, un ejercicio de suma importancia que deja un testimonio de lo que no deberá de repetirse.

Desde el 8 de marzo del 2014, a la fecha, sólo la fuerza de la marea ha sido capaz de devolver sin mucha esperanza algunos restos que supuestamente hacen parte de esta aeronave.

Hoy se cumplen 2 semanas de la desaparición del Cessna 152 matrícula XB-MZN perteneciente a la Escuela de Aviación México, que volaba desde el Aeropuerto de Zihuatanejo hacia el Internacional de Acapulco.

Desafortunadamente, la búsqueda ha sido entorpecida por una perturbadora falta de coordinación, la carencia de protocolos (SMS), falta recursos económicos, así como de especialistas en la materia.

A pocas horas del impacto del Cessna XB-MZN, el comandante del Aeropuerto Internacional de Acapulco, José Luis Salazar Vázquez, informó irresponsablemente que ya había sido encontrado el avión.

No suena descabellado, pero es penoso pensar que una persona que asume un cargo de comandante de un aeropuerto y que hace parte de la plantilla laboral de la Dirección General de Aeronáutica Civil, no tenga la capacidad ni el conocimiento suficiente para enfrentar una situación de esta envergadura, lo que supone una grave interrogante en el accionar de estos personajes.

Se dice que una perfecta organización piramidal para la coordinación de búsqueda y rescate en un accidente aéreo puede salvar muchas vidas, ahorrar recursos financieros y traer buenos resultados, que, si bien pueden ser dolorosos, serán –con el paso del tiempo- testimonios claves de lo que se tendrá que aprender y no deberá de repetirse.

Lo ocurrido el pasado 1 de septiembre del 2017 –independientemente del accionar de la tripulación- es un claro ejemplo de que México no está coordinado y mucho menos preparado para atender la desaparición de una aeronave.

Además, de que preocupa que la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC, México), de manera irresponsable y omisa no ha sido capaz de entregar los informes finales de los accidentes aéreos ocurridos en el pasado, una herramienta indispensable de la que hoy en día no contamos.

Urge transformar los procesos en materia de investigación de accidentes aéreos en México que a todas luces son esfuerzos en vano y manipulados por intereses de particulares de no querer revelar lo ocurrido por temor a perder el pago de póliza del casco de la aeronave, entre otros factores perturbadores.

La profesionalización de los investigadores de accidentes aéreos, es una necesidad que deberá de cubrirse, pues los cursos de factores humanos no son, ni serán la panacea para enfrentarse ante estos escenarios tan complejos.

No quiero imaginar lo que sienten los padres de estos dos jóvenes aviadores quienes eran alumno e instructor de la aeronave desaparecida; elevo una oración, una plegaria, para que los padres de los dos jóvenes tengan noticias, buenas o malas, porque unas u otras son mejores que la carencia absoluta de ellas, que es como existir en el limbo del terrible e inhumano mundo de los desaparecidos.

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    By: Roberto Mtz Armendáriz

    Periodista independiente con más de 10 años de experiencia en los medios de comunicación. Ha participado en varios proyectos de casas radiodifusoras como titular de noticieros en FM (Grupo Radiorama) y ha sido Jefe de Información de varios periódicos mexicanos. También, es Piloto Aviador Privado y Oficial de Operaciones de Aeronaves.

    Ciudad de México.

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