¿Puede su celular accidentar una aeronave?

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El 3 de Septiembre de 2010 un Boeing 744F de la aerolínea de carga United Parcel Service (UPS) vuelo 06 despegó del Aeropuerto de Sharjah, Dubai en ruta a Colonia, Alemania; 15 minutos después del despegue, la tripulación de Pilotos declaró emergencia por humo en cabina. La mascarilla del capitán había fallado al suministrar flujo de O2, por lo cual, tuvo que abandonar su asiento para tomar una mascarilla auxiliar.

El primer oficial tomó el mando de la aeronave la cual, autorizada a aterrizar en Sharjah, se le observó con exceso de altitud y al intentar hacer un viraje ceñido para reposicionarse, el primer oficial perdió de vista el aeropuerto debido al humo en cabina.

El capitán nunca pudo regresar a su asiento y la aeronave impactó al terreno 30 minutos después de haber declarado la emergencia. Derivado de las investigaciones, se supo que el causante del humo tóxico en cabina se debió al sobrecalentamiento de las baterías de litio que el B744F traía en uno de sus pallets de carga.

Recientemente, hemos escuchado que algunos dispositivos personales se sobrecalientan debido al uso rudo o a su recarga con corriente. La industria aeronáutica está aprendiendo a penas que los riesgos de la sobreutilización de los dispositivos personales, generan pérdidas cuantiosas cada vez que una aeronave descontinúa su operación.crushed_phone_from_plane

Anteriormente, los aterrizajes no programados, los despegues descontinuados o los regresos a plataforma, se debían a pasajeros con alguna incapacidad, o altercados entre tripulantes de cabina.

Hoy en día, estas alteraciones en la programación de vuelo se deben indirectamente a los pasajeros, a sus PDA´s por las baterías que utilizan.

Por supuesto que la industria está preparada para atacar un fuego en cabina derivado de una sobrecorriente en el sistema de entretenimiento a bordo (IFE’s), pero ¿cuantas personas realmente utilizan este servicio cuando la gran mayoría de los pasajeros prefiere utilizar sus propios dispositivos?

Por supuesto que los asistentes de vuelo están preparados para contener un fuego en baños, fuego en gallies, fuego derivado de un dispositivo explosivo detectado, pero, esto de las baterías de los  celulares, pads, etc…es relativamente nuevo, lo que le llaman ahora “El nuevo normal”.

El 21 de Junio de 2016, a bordo del vuelo de Qantas QF11 entre el Aeropuerto Internacional de los Ángeles (KLAX) y el Internacional de Nueva York (KJFK), un pasajero que viajaba en Business (parte delantera del B744), se percató que su teléfono celular había desaparecido.

Llamó a uno de los asistentes de vuelo para buscar el preciado objeto -cualquiera ama su teléfono- y mientras ambos movían el asiento a manera de dar espacio para la búsqueda, el pasajero que viajaba en el asiento posterior, observó como el teléfono se atoraba entre los mecanismos de reclinación del asiento.

De manera accidental, al hacer presión sobre el asiento y dada la posición donde se encontraba el teléfono, este se “aplastó” entre el mecanismo de reclinación y de inmediato emanó humo del susodicho.

No obsta relatar que los procedimientos de seguridad abordo fueron aplicados, así como fueron necesarias 3 descargas de botellas extintoras pues la batería del teléfono seguía emitiendo calor, el cual, tuvo siempre contacto con otros materiales comburentes no necesariamente tratados con retardante de fuego en los asientos.

Afortunadamente, el vuelo QF11 aterrizó sin más sobresaltos en KJFK pero… ¿Qué hubiera pasado si el fuego se hubiera vuelto incontrolable? ¿Otra tragedia como la del UPS06?

Recordemos que en octubre del 2016, la Administración Federal de Aviación (FAA) emitió un comunicado de seguridad a los operadores, en donde se prohíbe el uso de un aparato celular de una marca específica, pues las baterías instaladas en esto dispositivos han sido protagonistas de varios incidentes por sobrecalentamiento.

Precisamente durante ese mismo mes y año, una aeronave de Southwest Airlines (SWA) tuvo que ser evacuada cuando la batería de ese galáctico y renombrado teléfono, se sobrecalentó. La porción de alfombra donde el teléfono quedó abandonado, se calcinó, lo cual, nos alerta sobre que tampoco es suficiente el tratamiento anti-retardante de fuego que se le da a los materiales de abordo.

Debemos de atender este problema, porque un teléfono celular, a pesar de que se le pueda restringir su uso, o el abordaje a la cabina de pasajeros, si estas baterías continúan sobrecalentándose, no obstante que se guarden en compartimento de carga, esos teléfonos celulares se convierten automáticamente en mercancía peligrosa no declarada o de plano, mercancía peligrosa oculta, lo cual es un riesgo muy alto para la seguridad.

Por todo lo anterior es que me permito hacer la pregunta: ¿Cómo amaneció la batería se su teléfono hoy?

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    By: Guillermo Galvan

    20 años en aerolíneas, instructor teórico aeronáutico, especialista factores humanos en aviación, melómano, cafeinómano.

    Sigue mi Columna ‘Nivel de Vuelo’ todos los lunes.

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