Aeromar sucumbió al canto de las sirenas
Finalmente se dio a conocer el anuncio que se esperaba desde hace algún tiempo: Aeromar decidió operar no solo en el nuevo Aeropuerto Felipe Ángeles, sino que están considerando mudar su base de operaciones a dicho aeropuerto. La razón, por supuesto, no es el aeropuerto nuevo ni sus baños decorados con luchadores, sino tener la oportunidad de crecer en un lugar con menor competencia y (muy seguramente, aunque no lo van a decir) con apoyos para realizar el movimiento que al gobierno actual le interesa sobremanera.
Para Aeromar la crisis generada por la pandemia de COVID-19 se estaba convirtiendo en su ataúd, necesitaban capital y crecimiento de pasajeros con urgencia, pero no le ha sido fácil competir con las nuevas aerolíneas de ultra bajo costo no solo en precios (Aeromar siempre ha sido una aerolínea cara de servicio completo) sino en competir con servicios de avión jet con sus turbohélices que mucha gente cree erróneamente que son aviones viejos y quiere sacarles la vuelta. Cierto que no son tan rápidos como un jet, pero eso solo se nota en vuelos de más de una hora.
Buscando opciones para consolidar su operación antes de que la administración pudiera darles la noticia de que bajaban la cortina, sus pilotos iniciaron -a través del sindicato ASPA- negociaciones con el gobierno para que la aerolínea tomara el papel que el gobierno pretendía que tomaran los ex empleados de Mexicana, para crear una nueva aerolínea que operara desde el AIFA.
Los ex empleados de Mexicana fueron renuentes pues no tienen el capital y no estaban ya interesados en formar una empresa sino en recibir sus liquidaciones. Aeromar, en cambio, es una empresa en operación con todos sus certificados vigentes y podría tomar las operaciones que se pretendían desde el nuevo aeropuerto para que hubiera operaciones desde el día de su inauguración.
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Dado que estamos a 2 meses de su apertura oficial, se ve difícil que Aeromar inicie desde el día 1, de hecho, ni siquiera han dicho a dónde pretenden volar, horarios, tarifas ni si van a hacerlo con sus actuales aviones ATR o van a buscar una flota de jets como se pretendía para la llamada “Aerobienestar”.
Aquí la cuestión para la empresa era subirse al tren antes de que se fuera y poder tener ciertos apoyos por quedar bien con el gobierno en turno, que tampoco busca operaciones rentables, sino que se utilice el aeropuerto desde el día 1. Comentó el vocero de ASPA que podrían iniciar con vuelos “locales” (sic) para quienes no quieren ir hasta el AICM. El caso es que ni ellos saben todavía qué van a hacer desde el nuevo aeropuerto.
Y eso los lleva también a otro problema con los empleados, no solo los pilotos, si es que pretenden que toda su operación sea mude al AIFA, y es que, si ahora van a trabajar hasta Santa Lucía, va a estar muy interesante cómo llegar al trabajo a 40 km de distancia del actual, sin tren ligero ni transportes seguros y rápidos hasta allá.
Pues ya veremos dentro de un par de meses cómo inician las operaciones en el nuevo aeropuerto, Volaris y Viva ya tienen sus planes y no van pasar mucho más allá de los vuelos que anunciaron porque la demanda fuerte seguirá siendo en el AICM, por lo que con el tiempo se quedará solamente como un aeropuerto regional con unas cuantas operaciones y una infraestructura sobrada. Tal cual le pasó a Toluca cuando Interjet y Volaris prefirieron irse a Guadalajara, Tijuana y México que seguir operando unos cuantos vuelos en el aeropuerto de Toluca.