Avianca 052; el Boeing 707 que se quedó sin combustible en Nueva York

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El vuelo 052 de Avianca cubría la ruta entre los Aeropuerto Internacionales de Bogotá – Medellín y Nueva York el día jueves 25 de enero de 1990. El flamante Boeing 707-321B matrícula HK-2016, despegó desde el Aeropuerto El Dorado a las 13:10, aterrizando en el José María Córdoba de la población de Rionegro en Antioquia a las 14:04, donde fue preparado y respostado para realizar su despegue a las 15:08 con dirección hacia el Aeropuerto John F. Kennedy en Nueva York, donde el mal clima comenzaba a dificultar las operaciones de tráfico aéreo y comienza a limitarse el número de aeronaves que la terminal podía recibir por hora.

Con una sola pista activa por meteorología, varias aeronaves tuvieron que realizar procedimientos de aproximación frustrada ya que se encontraba con visibilidad casi nula, haciendo que los tiempos de retraso fueran mayores.

La aeronave construida en 1967 y con más de 60.000 horas de vuelo, llevaba a bordo a 158 ocupantes y aproximadamente 81.000 libras de combustible, suficientes para el vuelo más dos horas extras. La tripulación en cabina estaba compuesta por el comandante Laureano Caviedes, el Primer Oficial, Mauricio Klotz y el segundo Oficial Mathias Moyano.

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El avión, ingresó al espacio aéreo estadounidense a las 15:28 con 35,000 pies de altitud donde se le dio autorización de ascender hasta los 37,000 como había sido solicitado en el plan de vuelo original.

La aeronave, tras 4 horas de vuelo y a casi 40 minutos de su destino, aún desconocían las condiciones meteorológicas del JFK Aeropuerto John F. Kennedy (JFK) y de Boston, su aeropuerto alterno. En su recorrido hacia el norte bordeando la costa Este de los Estados Unidos, la tripulación recibió órdenes de ingresar a tres patrones de espera ya que en Nueva York el tráfico aéreo aún estaba muy denso por las malas condiciones de clima.

La primera espera la realizaron sobre Norfolk, Virginia por 19 minutos, la segunda espera sobre Atlantic City en New Jersey por 29 minutos y la tercera espera fue sobre la intersección CAMRN por 29 minutos a 39 millas náuticas al sur del JFK donde se dio la autorización al descenso hasta los 11,000 pies de altitud.

Ya sobre su última espera y con cada vez menos combustible, las condiciones meteorológicas no parecían mejorar y el control de tráfico aéreo indica al Avianca 052 que mantenga indefinidamente sobre la intersección CAMRN a lo que el primer oficial responde que necesitan prioridad ya que solo pueden mantener 5 minutos más sobre ese punto ya que es imposible llegar al aeropuerto alterno debido a niveles bajos de combustible.

Posteriormente, se dio autorización al Avianca 052 de proceder directamente al JFK e iniciar su aproximación, a lo que la tripulación interpretó como la prioridad que habría solicitado anteriormente. Al iniciar su aproximación final hacia la pista 22 izquierda, el Boeing 707 experimentó vientos descendentes lo que se conoce como ‘Wind shear’, y cayó notablemente de su senda normal de planeo.

Sumando a esto la poca visibilidad en aproximación, el capitán decide subir el tren de aterrizaje y cancelar la maniobra, ordenado al primer oficial que solicitara un procedimiento de patrón de tráfico cerrado sobre el aeropuerto y re-autorización de aterrizaje.

La torre indicó el procedimiento estándar de aproximación frustrada para el Avianca lo que significaría más tiempo en vuelo, a lo cual el primer oficial respondió a la torre de control que ya no les quedaba suficiente combustible para la maniobra, por lo tanto la torre indicó que virara a la izquierda de nuevo hacia el aeropuerto he iniciara la maniobra de aproximación nuevamente hacia la pista 22L.

A 12 millas al noreste del aeropuerto (21:32) los motores 3 y 4 se apagaron, seguidos casi instantáneamente por los otros dos motores. Dos minutos después, a las 22:34 con rumbo 250 y configuración de flaps 14 grados la aeronave tocó tierra en una colina de un sector residencial de Cove Neck, Long Island al noreste del aeropuerto a 21 millas de distancia.

Al accidente lograron sobrevivir 85 personas incluidos un miembro de la tripulación, el resto de los ocupantes murieron tras el impacto. La causa inmediata del accidente fue el poco combustible. Pero rápidamente se estableció que existieron problemas en la comunicación entre la tripulación de cabina y la torre de control que atribuyeron al desastre.

Desde ese momento, Avianca y los controladores aéreos, pertenecientes a la Agencia Federal de Aviación (FAA) del gobierno de los Estados Unidos, iniciaron una intrincada polémica cada uno argumentando su inocencia en el accidente y culpando directamente a la otra parte.

Las demandas no se hicieron esperar y se acumularon en su gran mayoría ante una Corte Federal en Nueva York, presidida por el juez Thomas Platt, que fue precisamente el mismo al que el correspondió fallar sobre la responsabilidad del accidente de Pan American que impactó en Lockerbie, Escocia, como consecuencia de una bomba terrorista atribuida a fanáticos libios.

El caso de Avianca era muy complicado y más de 60 abogados participaron en todo el proceso. Los abogados del Departamento de Justicia representaron al gobierno norteamericano.

Tras una larga investigación de varios años y una serie de sucesos encontrados durante ese tiempo, hicieron que tanto la aerolínea como la FAA aceptaran su responsabilidad en el siniestro, debido a que cada una habían sido culpables en cierta parte. Avianca se responsabilizó entre muchas otras cosas, por el hecho de que su primer oficial no había declarado emergencia explícitamente como en términos aeronáuticos es común con la palabra ‘Mayday’.

Por su parte, a la FAA se le encontró culpable por haber sido negligente en la continuidad que se le dio a la información de un controlador a otro, ya que uno de los controladores en la aproximación ya estaba enterado acerca de la situación a bordo de la aeronave –falta de combustible-, pero lamentablemente este, al pasar la aeronave a la siguiente dependencia de control, obvió esta información, siendo factor trascendental en la demora para el aterrizaje de la aeronave.

El fallo final fue precisamente de responsabilidad compartida y obligaron a ambas entidades a indemnizar a las víctimas del accidente de acuerdo al grado de responsabilidad. El 40% de la indemnización a las víctimas tuvo que ser pagado por la FAA y el otro 60% la compañía Avianca. La investigación arrojó varios datos acerca de los niveles de seguridad de varias aerolíneas y de la FAA, lo que llevó a un mejoramiento de la calidad del transporte aéreo mundial.

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    By: Erwing Morales – AEROERMO

    La Revista Aeronáutica Colombiana AeroERMO “Pasión por el Aire” está encaminada a proyectar de una forma diferente e innovadora temas relacionados en el campo aeronáutico, con énfasis en educación, reparaciones, mantenimiento y operaciones, mostrando la actualidad tecnológica y los últimos avances que marcan el desarrollo del sector en Colombia, en el continente y en el mundo; siendo una ayuda informativa y comercial que a todo nicho de mercado le interesará.

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