¿Cabinas radioactivas? Pilotos con cáncer…

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Cuando ustedes vuelan ya sea como pasajeros o como tripulación ¿suelen utilizar algún bloqueador solar?

De no ser así, es buen tiempo que lo empiecen a usar.

Desde 1984 y hasta 1986 en que condujo numerosas pruebas, el Doctor en Física y Radiación Edward Turner Bramlitt, de la Universidad de Albuquerque, advirtió a la Agencia Federal de Aviación (FAA) que las tripulaciones aeronáuticas eran sujetos a ser considerados “trabajadores bajo radiación”, sin embargo al proponer que se emitiera una reglamentación especial en este rubro, tanto la FAA como la industria aérea, negaron que el estudio de Bramlitt fuera concluyente pero si admitieron que tenía razón en algún punto, ya que 10 años después, la agencia reguladora emitió la Circular de Asesoramiento AC 120-61A en donde le pasa la responsabilidad a las empresas aéreas de comunicar los riesgos a los empleados y tomar algunas medidas de prevención no así limitar el número de horas de vuelo o mejorar la protección solar en las diferentes ventanillas de las cabinas de pilotos. 

La Asociación Médica Americana a través de la publicación mensual JAMA (Journal of the American Medical Association) en su apartado especial de Dermatología, los Doctores Martina Sanlorenzo, Igor Vujic, Christian Posch, James E. Cleaver, Pietro Quaglino y Susana Ortiz-Urda efectuaron en 2015 un nuevo estudio sobre el tema al que nombraron: “Riesgo de melanoma en Pilotos y Sobrecargos”.

Fue un estudio realizado a bordo de una aeronave SOCATA TBM850 el cual tiene un parabrisas acrílico-plástico de 1.6 cm., de grosor.

El estudio consistió en tomar muestras de radiación a diferentes altitudes y niveles de vuelo, desde A25 hasta FL300 en el mes de abril en vuelo sobre San José, California y Las Vegas, Nevada.

El estudio dio como resultado, que si bien la exposición a la radiación, (medida en la escala para cáncer de piel Utrecht-Philadelphia de espectro humano), era similar a una sesión de 20 minutos en una cama de bronceado y que a la par de los rayos UV-B emitidos no eran del todo riesgosos, la dosis de rayos UV-A eran suficientes para poder dañar el DNA de las células y que un Piloto volando durante 57 minutos a FL300, recibía la misma cantidad de radiación efectiva carcinogénica que se recibe en una sesión de bronceado de 20 minutos, lo anterior, en el entendido que algunos tipos de parabrisas no cubren por completo el repliegue de los rayos UV-A, generando así las condiciones de riesgo de melanoma.

Un previo estudio de 1996 del American Journal of Epidemiology expuso que al menos de entre una muestra de 2,740 Pilotos de Air Canada, sólo 125 fueron detectados con tipos específicos de cáncer: leucemia mieloide, astrocitoma, cáncer de próstata y melanoma maligno.

El melanoma maligno es el tipo de cáncer normalmente asociado a la exposición solar.

Además de los Pilotos de AC, los de British Airways también fueron sujetos de estudio y esa población, mostró tener seis veces más riesgo de contraer melanoma que la “población general de tierra”, ambos casos: AC y BA, se asocian a los Pilotos quienes recurrentemente volaban a destinos de playa.

Para el caso de las Asistentes de vuelo, el estudio se llevó a cabo en Finlandia y Dinamarca. Ahí las noticias no son mejores, la incidencia en cáncer de mama detectado en ese grupo de sobrecargos, argumenta el estudio que se debió a la exposición a radiación cósmica y campos magnéticos, se conoció que los campos magnéticos son los responsables de suprimir una glándula llamada “cuerpo pineal” que produce la hormona melatonina y la reducción de esta, genera el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, en particular, el de mama.

¿Qué hacer?

  • Acudir periódicamente a un dermatólogo como prevención.
  • Leer de nueva cuenta y aplicar la AC120-61A aunque haya sido cancelada.
  • Utilizar manga larga y/o protectores solares del más alto factor.
  • Cubrir dentro de lo posible las ventanas de cabina siempre y cuando no afecte la visión para mantener contacto visual con el entorno y potenciales tráficos.
  • Cada operador tendrá que balancear el número de horas que las tripulaciones pasan en las aeronaves, no sólo de día sino de noche.

La exposición a esta radiación y elementos cósmicos si bien no son del todo mortales, si son de alto riesgo para la profesión, por ello, debemos cuidarnos ya que la incidencia de cáncer de piel va en aumento junto con otros problemas asociados a las largas jornadas de plataforma y vuelo, corta estancia y pernoctas con mínimo descanso.

¡Vuelos seguros para todos!

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    By: Guillermo Galvan

    20 años en aerolíneas, instructor teórico aeronáutico, especialista factores humanos en aviación, melómano, cafeinómano.

    Sigue mi Columna ‘Nivel de Vuelo’ todos los lunes.

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