De la DGAC a la AFAC, ¿qué ganamos?

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Cuando comenzó la aviación a principios del siglo pasado, la entonces Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas fue obviamente responsable de la regulación y control de la incipiente actividad aérea, por lo que creó un departamento de navegación aérea que dependía de la Dirección de Ferrocarriles, a falta de una mejor organización administrativa.

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Con el tiempo fue creciendo en funciones e importancia, siendo encargado de otorgar las concesiones y supervisión de operaciones aéreas, por lo que se convirtió en dirección hasta que en 1956 se creó como Dirección General dentro de la ahora Secretaría de Comunicaciones y Transportes, encargada de todo lo que tuviera que ver con la aviación civil; de ahí su nombre.

Cuando en 2009 la Agencia Federal de Aviación de EE.UU. (FAA) y la IASA (International Aviation Safety Assessment Program) realizaron una auditoría a la DGAC, México fue degradado a Categoría 2 por las irregularidades encontradas, la principal era la falta de personal capacitado y bien pagado para realizar las funciones de inspección en la operación de aerolíneas, servicios aéreos, talleres de mantenimiento y control de licencias. ¿Les suena conocida la historia?

Además de las irregularidades, ambos organismos sugirieron que se creara en México un ente regulador del sector aéreo civil con autoridad técnica y de supervisión, con mayor autonomía administrativa de la SCT. De ahí surgió la idea de crear entonces una agencia aérea autónoma para sustituir a la DGAC en sus funciones, que finalmente fue designada como Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC).

La nueva agencia se creó como un órgano administrativo desconcentrado pero dependiente de la SCT, con autonomía técnica, operativa y administrativa con facultad de emitir resoluciones. Su objetivo es establecer, administrar, coordinar, vigilar y controlar la prestación de servicios de transporte aéreo nacional e internacional, aeroportuarios, complementos y comerciales, así como aquellas expresamente otorgadas por el titular de la SCT.

Sin embargo, a pesar del cambio de organización, en el fondo sus funciones son las mismas de la DGAC y no representa ningún cambio real, ni siquiera se ha buscado actualizar y modernizar las reglas de operación de la aviación civil del país que son antiguas, ineficientes y burocráticas, y no permiten un mejor desarrollo de la aviación del país. Como la convalidación de licencias extranjeras para personal técnico, cuyo trámite puede tardar un año o más.

En general todos los trámites burocráticos de la antigua DGAC siempre fueron demasiado lentos y un dolor de cabeza para las empresas y personal aeronáutico, pero la AFAC no ha tomado medidas para transformar todo es, hacerse eficiente y moderna. Más aún, con la llegada del nuevo gobierno los nombramientos en las direcciones no fueron por méritos técnicos sino por decisiones políticas, lo que no ayuda a mejorar el funcionamiento del organismo. Eso propició la salida de gente valiosa y con preparación adecuada, más los bajos sueldos que el gobierno actual propicia pensando que “ahorra” dinero pagándole mal a la gente preparada, desencadenaron de nuevo las omisiones por las que México fue degradado nuevamente a Categoría 2 por la FAA por los mismos motivos que hace 11 años.

México necesita que la AFAC no solo esté en manos de gente que conozca de aviación y su operación, sino que necesita que realmente sea un organismo autónomo que busque cambiar y mejorar la operación de la aviación en México. No por cumplir con las regulaciones internacionales que son indispensables, sino para crear las condiciones necesarias para el desarrollo de la aviación en el país de manera profesional y segura.

Hoy no hay diferencia con la DGAC y sigue siendo un organismo que sigue los lineamientos que se le dan desde “arriba”. Por eso la aprobación de facto de la operación del aeropuerto de Santa Lucía sin tener todos los estudios requeridos, o la reconfiguración del espacio aéreo sin atender las recomendaciones de expertos y las mismas aerolíneas.

La FAA y IASA no se chupan el dedo y al venir a verificar la operación de la aviación en México no se van a tragar cualquier cuento, las consecuencias ya las tenemos. Y no es cuestión solo de regresar a Categoría 1 lo más pronto posible sino tomar las acciones para mantenerse ahí. O dentro de 10 años volverá a pasar exactamente los mismo.

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    By: Erick Haw Mayer

    Apasionado de la aviación y la industria automotriz de toda la vida, tiene una Licenciatura en Informática y un Postgrado en Comunicación y R.P. Aunque tiene experiencia en empresas del rubro automotriz y en Mexicana de Aviación, su vida profesional se ha dedicado más al periodismo especializado en todo tipo de medios impresos y electrónicos, incluyendo la revista Avión Revue de Latinoamérica.

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