Del Director Editoral de Transponder 1200, Guillermo Galván, para Ximena García

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Estimada Ximena, no te conozco personalmente, pero somos colegas, de generaciones muy distantes. Tu generación creció con las redes sociales y mi generación apenas está entendiendo la dinámica de éstas. Mi generación entendió que las redes sociales no son para hacer amigos, tampoco para publicitarse o hablar abiertamente de algún tema, tu generación en cambio, parece entenderlo de otra forma; expresar todo lo que se piensa a costa de la crítica rapaz de los otros.

El pasado lunes 16 de septiembre, las redes sociales se salieron de control con tu comentario acerca de efectuar cierta actividad bélica sobre el Zócalo de la Ciudad de México. Obvio, hay que decir que muchos entendimos tu comentario como algo de pensamiento personal, sin embargo, hubo alguien que con toda la saña posible, hizo de ese comentario algo viral y no ayudó nada que en tus redes sociales, aparezcas con el uniforme de la aerolínea para la cual prestas tus servicios.

Hay formas y lugares para expresar lo que uno opina, pero el deber de una persona jurídicamente observada por todas las leyes como lo somos los pilotos, no nos da permiso de contradecir lo que buscamos día a día en la aviación: La seguridad. Insisto, sabemos que la intención de tu comentario no es ni remotamente verdadero e incluso, tuviste “fav’s” y “likes” porque hay otras personas que pensaron lo mismo que tú.

Así te acusen de lo contrario, las autoridades aeronáuticas no te hubieran otorgado una licencia si mínimamente tus capacidades físicas y mentales no hubieran cubierto el perfil que se pide para la extensión de los certificados correspondientes. Y no hay pretexto para decir que la autoridad no está al tanto, ya que desde hace cuatro años, a raíz del accidente del el A320 de Germanwings, se nos aplica al personal técnico aeronáutico, un examen psicológico más extenso a solicitud de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).

Seguramente a estas horas, la aerolínea para la que prestas tus servicios ya revisó lo sucedido y no tendrá más defensa que alegar que el comentario salió de una cuenta privada. El problema, Ximena, es que en tu cuenta aparecen los colores de la aerolínea para la cual prestas tus servicios y ello, no ayuda. Esperamos como colegas solidarios que somos, que la empresa y sus directores sean benevolentes y entiendan que una red social es para comunicar ideas, aún si estas son equivocadas.

Ximena, creo que fue un doble error cometido porque ostentabas el uniforme de la aerolínea y mencionaste un deseo de acción contraria a la seguridad que predicamos y nosotros mismos exigimos. Cierto es que, de no haber portado el uniforme en ninguna de tus fotos, te garantizo que nada hubiera pasado, pues es este el “nuevo normal” que no causa más sorpresa. Ximena, esta dura lección es para todos nosotros también, no por lo que expresaste sino por el contexto en que sucedió, al final, las redes sociales visto que amplifican una pifia e incluso llevan a pensar que la intención de ello tiene trasfondo.

Aún así, estimada Ximena, gracias a lo sucedido, mi generación (la que no creció con redes sociales), se hizo más cauta y entendimos los alcances de un comentario amplificado y llevado al terreno de la exageración. En el ánimo de que esta comunicación sea tan solo una opinión y no una crítica, toda mi solidaridad para ti y para la aerolínea.

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    By: Guillermo Galvan

    20 años en aerolíneas, instructor teórico aeronáutico, especialista factores humanos en aviación, melómano, cafeinómano.

    Sigue mi Columna ‘Nivel de Vuelo’ todos los lunes.

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