¡Destronado! El caso del Boeing 737 MAX primera parte

El Boeing 737 MAX es el más nuevo avión de un solo pasillo de la familia Boeing. Una pieza de ingeniería como pocas se han visto a nivel mundial con una cantidad tremenda de tecnología montada sobre una plataforma confiable y bastante bien probada que se encuentra en los cielos del mundo operando con confiabilidad y constancia.

Desafortunadamente, este no es el final de este artículo ya que a pesar de toda la tecnología con la que cuenta y de que desde el punto de vista operativo, es un verdadero placer volar el MAX, en el año 2018 y 2019, la nueva creación de Boeing, la que sería la más reciente joya de la corona del mega fabricante estadounidense sufrió dos accidentes que conmocionaron al mundo. A continuación vamos a analizar un poco el caso del Boeing 737 MAX en este artículo en dos entregas.

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Si ponemos estos accidentes en una palestra más pragmática, no fue nada diferente que lo sucedido con el DC-10 por ejemplo, el cual después de librar sus “problemas de dentición”, logró tener una larga y prolífica carrera operativa con varias aerolíneas y se encuentra operativo al dia de hoy en versiones militares y de carga. 

Desafortunadamente vivimos en una época en la que nos encontramos más conectados que nunca y el internet se encarga de esparcir la información de una manera instantánea por lo que los ojos de la humanidad se encuentran más abiertos que nunca. El resultado es que cosas qué tal vez no hubieran causado gran revuelo hace algunos años, hoy en día son notadas.

Entonces las tragedias del vuelo 610 de Lion Air el 29 de octubre de 2018 y del vuelo 302 de Ethiopian Airlines el 10 de marzo de 2019 fueron observadas de manera intensa por la prensa mundial, el público en general y la competencia de Boeing quienes no desaprovecharon la situación para desacreditar la plataforma sin reparo.

El resultado de toda esta guerra mediática es que el público tomó nota del caso del Boeing 737 MAX y perdió  confianza en el equipo. Un dicho muy viejo que Boeing utilizaba como publicidad “If it Ain’t Boeing, I’m not going” o en español, Si no es Boeing, no me subo, se alteró para indicar lo contrario. Ahora el público está temeroso de los extraordinarios productos de Boeing.

Lo más grave de este asunto es que desafortunadamente el público en general no tiene el ojo para distinguir entre un Boeing 737 MAX y su hermano mayor; el Boeing 737NG. Para el espectador promedio estos aviones son prácticamente idénticos, hace falta un profesional o un avgeek para poder notar las diferencias entre un equipo y el otro, las cuales son varias siendo la más obvia el carenado aserrado en los motores del Boeing 737 MAX.

El resultado es que en verdad hay pasajeros que al enterarse que su avión es un Boeing 737, de cualquier generación, simplemente no desean subirse. Al principio de esta crisis operadores del 737 como Ryanair estaban permitiendo que la gente subiera sin pagar si por algún motivo expresaban alguna especie de temor a bordo de uno de sus Boeing 737. Los invitamos a estar pendientes de nuestra segunda entrega en el caso del Boeing 737 MAX.