El candidato que sólo quiere una aerolínea sin competencia

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Lanzo esta pregunta, pero quisiera que tratáramos de no responderla con la lógica técnica sino con la económica: ¿Qué es un aeropuerto? Es una unidad de negocio que genera aportaciones hacendarias al estado e ingresos a los operadores privados.

Según el manual de Economía de Aeropuertos de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), para que un aeropuerto genere ganancias, necesita como mínimo, tener un flujo de pasajeros que ronde el millón anualmente; de otra manera, todo aquel aeropuerto o aeródromo que no llegue a esas cantidades no tiene la capacidad económica para siquiera cubrir los servicios más básicos, ya no hablemos de los servicios primarios y de seguridad.

Cuando en México experimentamos la privatización de los aeropuertos en la década de los años 90, no se entendía el porqué de tanto frenesí de los diferentes grupos para hacerse del control de los aeropuertos más redituables de la república.

Un aeropuerto genera millones de dólares a lo largo de un año por todos los conceptos que podamos imaginar. Un aeropuerto es la tarjeta de presentación de un país hacia los visitantes. Un aeropuerto es una unidad de control económico y político del estado/municipio al que sirve.

Cuando un candidato a la presidencia de México insiste en que no es necesario tener un aeropuerto mejorado, ampliado, coordinado y más seguro, nos debe asaltar la pregunta: ¿Cuál es la motivación ulterior para no querer un aeropuerto con mejoras sustanciales?

Tal vez estemos equivocados (la gran mayoría) y de verdad no seamos dignos de tener un aeropuerto con las mejores ventajas y comodidades que merecemos. A lo mejor, hemos vivido en el error de creer que existe un crecimiento en número de pasajeros y estas cifras son inventadas.

Es probable que en el modelo de Gobierno del candidato al que hacemos referencia no haya cabida para cuatro aerolíneas troncales-internacionales y su gabinete económico esté seguro de que solo con una aerolínea (ahora sí bandera), sea suficiente para dar servicio a la población demandante.

Pero ¿Qué tal que los equivocados sean ellos y esta forma de pensamiento va a generar una gran crisis en la aviación comercial? Concentrar las operaciones locales, internacionales y de carga en el Aeropuerto Militar de Santa Lucía (como lo ha expresado el candidato) es destinar la seguridad aérea a un problema tan grave nada más por el espacio confinado que tiene la actual base militar y con las carencias de estudio de trayectorias de despegue y aterrizaje, amén de la transportación terrestre y logística que hoy no existen.

¿Están ustedes de acuerdo en que se cancele la ya avanzada etapa de construcción del nuevo aeropuerto? ¿Es lo que México realmente necesita? ¿Es lo que merecemos como operadores y usuarios? ¿Estarían ustedes dispuestos a sufrir las consecuencias de seguridad que se originarían al operar en un aeropuerto no preparado para las operaciones civiles? Yo no.

¡Vuelos seguros para todos!

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    By: Guillermo Galvan

    20 años en aerolíneas, instructor teórico aeronáutico, especialista factores humanos en aviación, melómano, cafeinómano.

    Sigue mi Columna ‘Nivel de Vuelo’ todos los lunes.

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