El hombre que dejó una huella en la Luna; Neil Armstrong

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Este 25 de agosto de 2022 se cumplen 10 años de la muerte de Neil Armstrong, quien hizo historia al ser el primer hombre que pisó la Luna. Como comandante de la misión Apolo 11, Armstrong se convirtió en el astronauta más famoso del mundo y hoy recordaremos la vida del conocido héroe estadounidense.

Neil Alden Armstrong nació el 5 de agosto de 1930 en la ciudad de Wapakoneta, Ohio y gracias a la influencia de su padre, desde temprana edad mostró interés por la aviación. Cuando Armstrong estudiaba la secundaria, se inscribió en un curso para volar aeronaves y en 1946 obtuvo su certificado de vuelo estudiantil. Con 16 años realizó su primer vuelo en solitario, lo que es curioso porque aún no tenía licencia de conducir.

Una de las actividades de Armstrong que fomentaron la disciplina que años más tarde lo llevaría a hacer historia, fue sin duda su participación como boy scout, alcanzando el rango de Eagle Scout (Explorador Águila). Podemos deducir que esta faceta fue un parteaguas en su vida, ya que durante la misión Apolo 11, mandó un saludo a los scouts y llevó a la luna la Insignia de Scout Mundial.

Con tan solo 17 años, Armstrong fue admitido en el MIT (Massachusetts Institute of Technology), pero decidió entrar a la Universidad de Purdue, en Indiana, en la cual se formaría como ingeniero aeronáutico. Terminó sus estudios en 1955, después de un exitoso servicio para la Armada de los Estados Unidos. Posteriormente estudió un posgrado en ingeniería aeroespacial en la Universidad de Southern California, en Los Ángeles.

A los 18 años, fue reclutado por Armada de los Estados Unidos e ingresó a la base aérea de Pensacola, en la cual recibió la formación de piloto aviador. Para febrero de 1949, como guardia de la marina, entrenó en varios aviones caza y un año después logró aterrizar en el portaaviones USS Cabot, un gran logro para el joven de 19 años.

Para 1950 Armstrong terminó su formación como piloto aviador naval del Escuadrón 7 del Servicio Aéreo de la Flota Aeronaval de San Diego y ya volaba aviones de reacción.

El 29 de agosto de 1951, Neil Armstrong se unió a las filas de combate de la Guerra de Corea, la cual es considerada como uno de los primeros conflictos bélicos de la Guerra Fría. La primera misión del piloto naval fue fungir como escolta de un avión de reconocimiento que realizaba labores sobre Songjin. Neil voló 78 misiones en la Guerra de Corea, lo que lo llevó a recibir varios reconocimientos por su servicio, entre los que se encuentran la Medalla del Servicio en Corea y la Medalla del Aire. En 1960 renunció al servicio militar.

Una vez que dejó la Armada, Armstrong se convirtió en piloto de pruebas. Esta faceta de su vida fue muy riesgosa, ya que su trabajo consistía en detectar errores en aviones experimentales y voló el avión cohete North American X-15. Su gran labor lo convirtió en parte fundamental de la National Aeronautics and Space Administration (NASA, por sus siglas en inglés).

En 1962 la NASA anunció que se encontraba reclutando astronautas para el Programa Gemini y sin dudarlo Armstrong se inscribió. Sin embargo, el seleccionado para esta histórica labor fue Deke Slayton, entonces jefe de la oficina de astronautas, el cual fue descartado por problemas cardíacos después de un estricto examen médico. La oportunidad que llevaría a Neil a hacer historia tocó su a su puerta: sería el primer civil astronauta.

El 20 de noviembre de 1967 se dio a conocer el listado de los tripulantes y misiones del Programa Apolo. Armstrong fue designado comandante de la misión Apolo 11, que iría a Luna, acompañado de Edwin “Buzz” Aldrin y Michael Collins.

Como comandante de la misión Apolo 11, Armstrong tuvo la oportunidad de nombrar las naves. Al módulo de mando se le conoció como Columbia y estaba a cargo a cargo de Michael Collins. El módulo lunar fue nombrado Eagle y estaba a cargo de Buzz Aldrin. El 20 de julio de 1969, el módulo lunar Eagle, alunizó a las 20:17: 40, hora universal, suceso que ocurrió 102 horas, 24 minutos y 40 segundos después del lanzamiento.

Armstrong fue el primero en descender de la nave espacial y al momento de pisar la Luna señaló: “Este es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad”. Una vez en terreno lunar, la misión consistió en recolección de rocas lunares, fotografías del horizonte lunar y otra serie de experimentos.

Al regresar a la Tierra, el módulo de mando acuatizó en el Océano Pacífico el 24 de julio de 1969.  La tripulación fue ingresada a la Instalación Móvil de Cuarentena (MQF) para evitar posibles contagios lunares provocados por “gérmenes de la Luna”.

Posteriormente Armstrong, Aldrin y Collins participaron una gira mundial llamada “El Gran Salto”, en la cual compartieron sus impresiones con diversos dirigentes. Entre los 24 países que recorrieron durante 38 días, se encuentra Inglaterra, donde fueron recibidos por la Reina Isabel II.

Después de la gran misión que hizo que el mundo entero conociera su nombre, Neil Armstrong se alejó de la vida pública. Se mudó a una granja y aceptó un puesto como profesor en la Universidad de Cincinnati. Su vida siguió muy de cerca con el mundo aeronáutico, ya que se convirtió en asesor de empresas americanas y en 1986 se convirtió en el vicepresidente de la comisión encargada de investigar la tragedia del transbordador Challenger, en la que murieron 7 astronautas.

En agosto de 2012, a los 82 años, Armstrong se sometió a una operación cardíaca, que inicialmente se había realizado sin complicaciones. Sin embargo, el 25 de agosto falleció, dejando en la memoria de un sinfín de personas, las grandes hazañas que caracterizaron su trayectoria profesional.

El entonces presidente de los Estados Unidos de América, Barak Obama, ordenó que la bandera de las barras y las estrellas se izara a media asta, en honor a la memoria de uno de los más grandes héroes estadounidenses de todos los tiempos.

El 25 de septiembre de 2012, las cenizas del famoso astronauta fueron arrojadas las Océano Atlántico en una ceremonia militar que se realizó a bordo del USS Philippine Sea, ya que así lo pidió Armstrong, fiel a su formación como piloto naval.

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    By: Ana Karen Sanchez

    Abogada apasionada de la aviación y la escritura.

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