El retorno a la actividad aeronáutica; Atención, un riesgo en la seguridad operacional

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Para comprender lo que vendrá, se hace necesario comprender lo que somos, el ser humano es un ser social y la sociedad es un constructor, es algo que no está entre nosotros, por el contrario, nosotros la hacemos, no es algo natural que se impone, se puede decir entonces; que es el resultado de una idea materializada con la intención y acción de reunirnos con unos fines comunes.

Si el ser humano es social y es quien hace una sociedad donde hay fines comunes, es la comunidad aeronáutica una microsociedad que desempeña una función importante en las actividades del mundo, uno de los sectores que se ha caracterizado por ser de rápido crecimiento en la economía mundial, que incluso según el Concepto operacional de gestión de tránsito aéreo mundial, de la Organización de la Aviación Civil Internacional OACI:

En cada región del mundo, los Estados dependen de la industria aeronáutica para mantener o estimular el crecimiento económico y para prestar asistencia en el suministro de los servicios esenciales a las comunidades locales”.

La inesperada llegada del COVID-19 nos obligó a aislarnos socialmente, llevando a una repentina caída de las operaciones aéreas en el mundo, la buena noticia es que se aproxima una reactivación de la actividad aeronáutica y con ello la resocialización de millones de personas que han venido trabajando en todos los sectores de la aviación. Pero vuelve la incógnita que siempre ha suscitado en el argot aeronáutico.

¿Qué pasará con el factor humano?

Esperamos que para este nuevo “renacer” sea un tema relevante, importante, vital en la aviación, el ser humano hace la aviación y como tal debe ser algo primordial para todas las personas, entidades, aerolíneas y compañías. Esta microsociedad no es impuesta, todos nosotros la hacemos.

¿A qué se enfrentan las personas del sector aeronáutico que retornarán a sus actividades laborales?

El aislamiento social en este contexto trae consigo miedos, y contrario a lo que muchos creen el miedo no es más que supervivencia, es una emoción básica, que contextualizada en este escenario puede desencadenar fobias. Muchas personas sienten miedo ante determinadas circunstancias o situaciones, y la mayor parte del tiempo se puede vivir con ese miedo.

Pero una fobia es más que un simple miedo, el trastorno se desarrolla cuando un temor se hace tan extremo que la persona comienza a atender su situación personal por encima de cualquier cosa, para evitar a las personas o situaciones que son la fuente de su ansiedad. Y aquí es donde se abre una ventana de riesgo en la seguridad operacional, los descuidos o las distracciones, quizá las relaciones interpersonales y demás.

Nos compete a todos trabajar para minimizar los efectos que esta reincorporación laboral puede traer y durante meses se pueden alojar en cada uno de los empleados del sector aeronáutico.

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5, las fobias dan miedo intenso, que es excesivo o irracional y es desencadenado por la presencia o anticipación de objetos o situaciones específicas: animales, lugares cerrados, alturas, oscuridad, tormentas, vuelo etc. Así entonces, regresar al trabajo después de haber estado aislados socialmente por un virus que nos prohibió estar en contacto social, nos quitó la oportunidad de un saludo cercano, de un abrazo, de un estrechón de manos, un susurro al oído, un beso y hasta algo tan sencillo como estar a menos de un metro de distancia entre personas, todo esto y mucho más perdimos, pero seguramente cada uno en el fondo, sabe que ganó muchas cosas también. Aún sin ser una ganancia positiva, hay algo que la gran mayoría posiblemente esté adquiriendo; se trata de los trastornos de ansiedad.

La ansiedad es un sentimiento anormal de temor ante un estímulo o una amenaza, que generalmente permite identificarla y adoptar una respuesta adecuada. Si la causa del peligro es reconocida, se utiliza el concepto de miedo, y si es difícil de precisar, se usa el concepto de ansiedad.

Hay tres muy preocupantes para el regreso al trabajo en la aviación, dada la afectación que pudiese tener en las actividades sensibles en la seguridad operacional, ya veremos la razón.

1. La agorafobia

En el retorno a las actividades laborales en la aviación, es muy probable que se genere en las personas ansiedad, y es comprensible; en este contexto, regresar donde hay más personas, en entornos pequeños, como quizá pueda ser la misma aeronave, la torre o centro de control, el despacho, el taller, las oficinas, el aeropuerto o el mismo transporte público, los lugares abiertos y concurridos, o lugares cerrados, las mismas filas o el solo hecho de estar en medio de una multitud, o simplemente, estar fuera de casa. Esto generará intenso miedo o ansiedad. En la naturaleza humana, pasa que las personas temen o evitan dichas situaciones por temor a tener dificultades para huir o recibir ayuda en caso de aparición de síntomas similares a la angustia.

2. La hafefobia

Es un trastorno de ansiedad que podría surgir debido a la retoma de actividades laborales en la aviación, allí en estos entornos, muy posiblemente estaremos rodeados de personas, en pocas proporciones quizá, lo cierto es que la interacción y el trabajo en equipo no van a cambiar, la aviación se ha caracterizado por requerir de un trabajo armonizado de muy afinada sincronización entre seres humanos, lo cual puede que sea un mecanismo de disparo para esta fobia que específicamente involucra el miedo de tocar o de ser tocados físicamente por otras personas.

Se trata de una exageración aguda de las tendencias normales para proteger el espacio personal, lo cual en algunas funciones de la aviación es muy complejo dados los espacios reducidos en que algunas personas deben trabajar, requiriendo por ejemplo de un asistente o sencillamente de otra persona para sacar adelante una tarea de mucha responsabilidad, expresando el sujeto un miedo de contaminación o invasión, y extendiéndose esto incluso a personas muy cercanas como su círculo familiar.

3.La misofobia

Es un tipo de fobia simple que genera un miedo a contaminarse con gérmenes. Por la naturaleza de la razón del aislamiento que hemos vivido, este tipo de fobia se relaciona incluso con un trastorno obsesivo, es miedo a contraer alguna enfermedad, por tanto, las conductas de evitación más habituales de las personas que lo padecen pueden ser: no estrechar la mano, taparse la boca, lavarse constantemente las manos, no usar baños públicos, etc. En términos generales, extreman la higiene personal y ambiental para impedir contagiarse, fácilmente pasa esto de manera inconsciente, incluso adquiere mayor prioridad que cualquier otra tarea que demande toda la atención o consciencia situacional.

Las personas podemos adoptar miedos a diferentes tipos de estímulos; pero es considerado fobia, cuando ese miedo a cualquier elemento o situación es demasiado intenso o crónico.

Nombré solo 3 trastornos de ansiedad, de las que pueden llegar a afectar el comportamiento humano en entornos aeronáuticos. “Según el DSM-5, alrededor del 75% de las personas con un trastorno fóbico específico tendrán más de una fobia”.

La razón, obedece al comportamiento humano que es fácilmente moldeable, un objeto, un pensamiento, cualquier mínimo detalle, en especial por el estrés que puede generar el regresar de nuevo a la actividad aeronáutica con cientos de protocolos de protección y autoprotección, todos pueden ser factores que influyan en los cambios de prioridades en el actuar de un técnico de mantenimiento, un tripulante de cabina de pasajeros, un controlador aéreo, un piloto, un despachador, un oficial de información aeronáutica, cualquier persona de apoyo en tierra, que sin darnos cuenta logran un cambio en las prioridades y las tareas que demandan toda nuestra atención pueden ser remplazadas por los efectos que genera la ansiedad, abriéndose un boquete que puede dar paso a un acto inseguro.

Recuerde, si volvimos es para hacer de la aviación algo más seguro cada día, esta microsociedad la hacemos entre todos.

¿Cuál es el propósito de alertar sobre esta posible situación?

No en vano conocí en mi corto viaje a México con motivo de la participación en la Reunión Internacional de Medicina Aeroespacial RIMA, a la Controladora de tránsito aéreo Lourdes Martínez y un equipo maravilloso de seres humanos dedicados al control de tránsito aéreo durante mi visita a la torre de control del Aeropuerto Internacional Benito Juárez. Fue suficiente intercambiar un par de opiniones para poder encontrar el punto en común “la humanización de los entornos aeronáuticos” La naturaleza misma del tecnicismo en la aviación ha promovido algo de abandono en la importancia que tiene el factor humano.

En este mismo sentir, esperamos que este renacer maximice a los seres humanos y se reconozca que son los mismos quienes hacen la aviación.

El propósito es exhortar a cada uno de los aviadores de tierra y aire a ser veedores del comportamiento que podamos observar entre nosotros mismos, y estar dispuestos a alertar al compañero que está al lado para que incrementemos todos la consciencia situacional. Les hablo de trabajo en equipo, el mismo que por años ha caracterizado al gremio aeronáutico. El confinamiento y los cambios en la sociedad que ha generado esta crisis podrán tener efecto en el ser humano a corto, medio y largo plazo.

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    By: David Bernal Rodriguez

    Director Ejecutivo de Servicios de Aprendizaje Aeronáutico. Máster en neurociencias e inteligencias múltiples,
    psicólogo, Controlador de Tránsito Aéreo. Contáctame: [email protected]

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