El tiempo se agota para Aeromar, ¿el principio del fin?
Fue el 7 de noviembre de 1987 que Transportes Aéreos Aeromar, S.A. de C.V., mejor conocida como Aeromar, inició sus operaciones desde el Aeropuerto Internacional de Toluca. Tras 35 años, esta pequeña gran aerolínea conformada exclusivamente por equipos ATR, podría dejar de operar en su base en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), de no pagar las deudas pendientes con el gobierno mexicano.
Para el próximo mes de septiembre, deberá de resolver –para empezar- su deuda de combustible con el aeropuerto capitalino, si quiere mantener los horarios de despegue y aterrizar (slots), en la terminal que desde hace varias décadas ha sido su Hub y es desde donde despliega todo su portafolio de destinos.
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Al día de hoy, la deuda de Aeromar asciende a unos $70 millones de pesos en combustible, así como el adeudo de varias quincenas no devengadas a los 115 Pilotos que pertenecen a la plantilla laboral, así como retrasos de pagos a sus trabajadores esto, sin contar, importantes adeudos al Servicio de Administración Tributaria (SAT).
El gobierno presiona y el tiempo continúa transcurriendo para esta “Pequeña Gran Aerolínea” que es única y la cuarta más importante de México. Durante este debacle financiero han tenido la oportunidad de conversar con algunas personas supuestamente interesadas en capitalizarla, sin embargo, esto al día de hoy, no ha llegado a un buen puerto.
Se busca actualmente que nuevamente activen una solicitud de préstamos que se tramitó antes de la pandemia por al menos $75 millones de dólares, sin embargo esta solicitud podría tardar tiempo y es precisamente lo que no tiene la compañía.
A principios del mes de agosto de este año, la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA), anunció el posible interés de dos inversionistas que podría comprar la aerolínea regional, pero se continúa en la incertidumbre.
En panorama
Ciertamente y aunque se ha desmentido (maquillado), la no presión por parte del Gobierno mexicano hacia las aerolíneas para que operen en el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, el trasfondo es que si se presiona, y aquellos que aumentan frecuencias sin ser “rentables”, obtienen interesantes subvenciones gubernamentales con el tal objetivo de legitimar una de las obras insignia de este administración encabezada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), autodenominada la Cuarta Transformación. Esta es la primera vez que se ve algo así en la aviación mexicana; aviones vacíos en un aeropuerto que nadie ocupa, pero que las aerolíneas en vez de retirarse, amplían sus destinos, ¡es una locura!
Aeromar se antoja para este gran cometido y sería la primera aerolínea que podría dejar el tan saturado Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), con todo y su centro de mantenimiento, para trasladarse al Aeropuerto Felipe Ángeles – Santa Lucía, y así apoyar en el incremento de las operaciones.
La presión para Aeromar y que viene desde arriba, podría ser inminente para este próximo mes de septiembre. Por un lado Aeromar –actualmente de la familia Katz-, podría tener ciertas acciones benevolentes por parte del Gobierno Federal y tiempo –necesario-, para poder reorganizarse financieramente.
Claro, los slots, piezas claves y valiosas para cualquier aerolínea, podrían desaparecer en caso de no cubrir la deuda de combustible hacia los primeros días de este mes de septiembre. Pero se antoja continuar operando una aerolínea clave en los vuelos regionales y de aeropuertos de difícil acceso, donde sólo los ATR de Aeromar puedes despegar y aterrizar.
El pasado como una gran enseñanza
Desde antes de la pandemia del COVID-19, Aeromar ya enfrentaba dificultades financieras; como recordarán existía un cierto interés por capitalizarla en el año 2017, cuando el grupo brasileño Synergy, dueño en su momento, de las aerolíneas Avianca Brasil y Avianca Argentina, quería invertir en Aeromar y comenzar el proceso de reestructuración hacia el año 2018. Hasta se habló que traerían equipos Airbus A320 Family, para diversificar el mercado, aumentar el portafolio de destinos y ofrecer un servicio diferenciado dentro todos los demás operadores.
Se anunciaba una inversión de al menos $100 millones de dólares para adquirir la participación del 49% de las acciones y 25% de participación en el consejo directivo.
¿Qué pasó? Problemas laborales. Y es que Aeromar se ha vuelto –más recientemente-, una aerolínea donde la bandera rojinegra siempre está preparada y lista, situación que al señor Germán Efromovich, dueño de Synergy, no le pareció y retiró su oferta. Sin embargo, pudieron haberse incluido más factores a esta ecuación.
Esta es una historia, un tanto recurrente en la aviación mexicana. Cuántas aerolíneas no han desaparecido, por malos manejos, falta de interés de los dueños, desconocimiento del consejo de la industria aerocomercial, los cambios políticos y sexenios que dan privilegio a ciertas aerolíneas, entre otras.
Aeromar, vio el paso de decenas de aerolíneas que nacieron y desaparecieron, como Alma de México (2008), Aerolíneas Azteca (2007), A volar (2008), Interjet (2020) y hasta la legendaria Mexicana de Aviación (2010), por mencionar algunas.
Muchas aerolíneas, no dan mucho que decir a la opinión pública, son pequeñas, entre su fuerza laboral todos se conocen y como en el caso específico de Aeromar, son una gran familia con mucha camaradería. Sin embargo, este tipo de aerolíneas “ahí van”, no se escucha mucho de ellos (como Magnicharters), pero continúan volando, ¡y que bueno! Más trabajo para la industria y derrama económica.
Pero, cuando este tipo de aerolíneas comienza a dar de qué hablar y no por algo bueno, es que la situación realmente está complicada. ¿Se habrá aprendido del pasado? ¿Las aerolíneas que dejaron los cielos mexicanos dieron un legado de enseñanza? Ciertamente sí, pero el aprendizaje viene desde los mismos dueños y si no se emplea en la compañía, el resultado podría ser muy igual. Se sabe, por personas cercanas a la problemática de la aerolínea que a los dueños (familia Katz), ya no les interesa la aerolínea y se ve; aviones parados en el AICM sin motores, echándose a perder, y todo muy lúgubre y triste en ese centro de mantenimiento.
Esperemos que específicamente para el caso de Aeromar, no sea un desenlace así, pues no la debe y no la merece.
¿Qué pasará?
El Gobierno mexicano ya tiene “agarrada” a la aerolínea, tratará de hacer de ella un beneficio para la legitimación de su aeropuerto en Santa Lucía (como muchos dicen “Santa Necia”), y tendrá que moverse al ritmo que marque la actual “Cuarta Transformación”, si es que no llega un inversionista para capitalizarla y le dé un giro de 180°.
Por su parte, Aeroméxico está aprovechando a sus Pilotos que deseosos que irse a una aerolínea más estable, ha iniciado varios procesos de reclutamiento y selección para Primeros Oficiales del Boeing 737 que, evidentemente, ya deben de contar con horas jet y una experiencia que sólo les da una aerolínea.
En fin, esperemos que en estos días se vea un panorama menos gris y con un rumbo más definido. A todos sus trabajadores, desde esta sala de redacción de Transponder 1200, les deseamos lo mejor y una pronta recuperación para este “Pequeña Gran Aerolínea”, que sólo nos ha dejado mucho a México y que son realmente muy apreciados por la industria aérea nacional. ¡Fuerza Aeromar!