Los instructores de vuelo y las escuelas de aviación…

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Cuando usted vuela como pasajero en una aeronave comercial se ha preguntado: ¿De qué escuela vienen los pilotos y quiénes habrán sido sus instructores? Dudo que lo haga o haya hecho. Y lo anterior no es nada malo, sino que como pasajeros asumimos que, si los pilotos están al mando de la aeronave, es porque sus competencias y habilidades fueron puestas a prueba por la autoridad aeronáutica y la aerolínea, antes de concederles la acreditación necesaria para volar la aeronave; pero la historia curricular y escolar de un piloto no nace en una aerolínea.

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Siendo una carrera técnica-terminal, todo piloto acude a una escuela de vuelo donde recibe la instrucción para volar una aeronave. El problema es que, la instrucción en algunas escuelas de vuelo se ha quedado en modo básico y eso perjudica enormemente a los alumnos egresados porque los pone en desventaja contra otros a quienes se les han puesto herramientas actualizadas al alcance de su conocimiento. Anteriormente he platicado en este espacio sobre las necesidades que tienen las nuevas generaciones con respecto a la adquisición de conocimientos actualizados debido a lo complejo de las nuevas tecnologías en las aeronaves de la presente generación.

También he mencionado que algunas escuelas de vuelo necesitan mejorar sus procesos en la oferta educativa, así como invertir en equipo de entrenamiento sintético avanzado y por supuesto, en la mejora de equipamiento y renovación en la flota de instrucción de vuelo real. De la misma manera, he escrito que es necesario que algunas escuelas de vuelo mantengan capacitados y actualizados a sus instructores de vuelo. El día de hoy, haré énfasis en estos puntos: la certificación, capacitación, actualización y mejora continúa de los instructores de vuelo.

Si bien la autoridad aeronáutica es quien certifica, califica, supervisa y acredita a quienes serán los instructores de teoría y/o vuelo en las diferentes escuelas de vuelo que existen en México, muy pocas escuelas autoevalúan sus procesos internos. Estos procesos pasan por la actualización y mejora continua de las técnicas de enseñanza y evaluación para con sus instructores de teoría y vuelo.

Lo anterior, que al parecer no es una práctica regular en el total de las escuelas de vuelo, tampoco lo es en aquellas que si lo llegan a practicar, porque no se logra ver una sana relación entre la escuela de vuelo y sus instructores, esto es, no hay una mejora en condiciones, prestaciones y salario. Recordemos que son los instructores de vuelo quienes forman a los alumnos que un día estarán al mando de una aeronave done usted y su familia vuelen como pasajeros.

Al final, el beneficio para la industria es doble: en una escuela de vuelo donde se practiquen las mejores condiciones para con sus instructores, se lograrán alumnos mejor preparados y estos a su vez, llevarán el mensaje a las empresas quienes, al contratarlos, sabrán que, de esa escuela, se obtiene el mejor producto terminado que a un tiempo, le reduce a la aerolínea los costos de formación y capacitación.

La auto regulación de las escuelas de vuelo solo funciona si hay un compromiso real y efectivo en mejorar los procesos de capacitación a sus instructores y no dejarlos solos en este proceso ya que, en la mayoría de los casos, son los propios instructores quienes tienen que pagar por sus horas de vuelo para cumplir con el reglamento aeronáutico, así como pagar por los cursos complementarios a la función que cumplen en las escuelas.

¿Por qué sucede esto si las escuelas de vuelo son solidarias responsables con sus instructores?

Actualmente, la venta de imagen por parte de tal o cual escuela de vuelo no es ya sinónimo de calidad, mucho menos (claro está), cuando una escuela de vuelo presenta los índices más altos de accidentes o incidentes en las aeronaves de formación. La demanda y tecnología actuales pasan por la recertificación y profesionalización de los instructores de vuelo.

No se entiende que un alumno, al terminar la escuela de vuelo, desconozca (por ejemplo) los procedimientos LPV y RNAV que son el pan de cada día en la operación de vuelo. Algunas escuelas de vuelo omiten informar y capacitar a sus alumnos en esos y otros temas con el pretexto de que “eso ya lo verán en las aerolíneas”. Nada más equivocado.

Actualmente, las aerolíneas no tienen la capacidad de ser “Universidades de Pilotos” debido al crecimiento y expansión que presentan; desviar recursos y tiempo para pulir a los Pilotos recién ingresados a la aerolínea, incrementa el costo de operación y no se justifica precisamente porque es en las escuelas de vuelo donde (se supone) se paga por adquirir los conocimientos necesarios para operar una aeronave tecnológicamente avanzada como las que hoy operan en las diferentes aerolíneas.

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El reto es profesionalizar y actualizar a aquellas escuelas de vuelo que no practican la auto regulación y mejoras continuas tanto para su consumo interno (instructores y capacitadores) como para sus alumnos, quienes al final invierten una cantidad muy alta de dinero en la obtención de herramientas que los hará integrarse a la industria de la aviación, industria que no perdona la falta de conocimientos y mucho menos si estos no fueron adquiridos desde la etapa de formación en donde, las escuelas de vuelo fueron quienes se comprometieron ante la autoridad aeronáutica para formar de manera segura y eficiente a los nuevos pilotos.

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    By: Guillermo Galvan

    20 años en aerolíneas, instructor teórico aeronáutico, especialista factores humanos en aviación, melómano, cafeinómano.

    Sigue mi Columna ‘Nivel de Vuelo’ todos los lunes.

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