Los sueños de volar siempre se hacer realidad, aunque sean 83 años después
KLM, no nos deja de sorprender con sus historias y es que recientemente la aerolínea holandesa demostró su grado de compromiso a la hora de regalar premios. La historia nació hace 83 años, cuando el entonces niño Arnold Neuhaus, recibió un premio de la aerolínea KLM para disfrutar de un vuelo panorámico sobre Ámsterdam.
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Quizá para ese niño de 7 años de edad, el haber recibido la carta durante el invierno de 1935 podría haber sido uno de sus mejores regalos de navidad. Seguramente así lo fue, ya que el ahora abuelo Arnold de 90 años de edad, guardó durante toda su vida, esa carta de Royal Dutch Airlines, donde lo invitaban a un vuelo más que mágico.
Según relata la historia, a pesar de que Neuhaus fue ganador de ese premio, no pudo asistir al vuelo debido a que su hermana contrajo escarlatina, enfermedad altamente contagiosa que le impedía a la familia de Arnold convivir con otras personas debido a un posible contagio.
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El sueño por el vuelo continúo, y hasta convirtió en motivo de orgullo ya que siempre el abuelo mostraba con gran entusiasmo a sus hijos, nietos y bisnietos, la carta que ese 21 de noviembre de 1935 le haría llegado.
Una de las nietas de Arnold recientemente se puso en contacto con la aerolínea KLM, mostró la carta de “Royal Dutch Airlines for the Netherlands and Colonies”, y contó la historia que data de hace 83 años.
Sin duda KLM no desaprovechó el momento para cumplir su palabra y el sueño de ese niño, que ahora tiene 90 años de edad y que, según su historia, siempre miraba esa carta de KLM que se llenaba de polvo y que yacía en uno de los estantes de su casa.
La preparación para recobrar para pedirle al tiempo que volviera, fue una labor ardua y bien coordinada por la aerolínea en conjunto con su familia y el pequeño nieto Jagger. Al darle la sorpresa al abuelo Arnold, hasta un automóvil Ford A Tudor vintage de 1930, llegó por ellos para transportarlos al Schiphol Jet Center.
Una vez en el Jet Center de Schiphol-Oost, los esperaba un bello Douglas DC-3 Dakota bautizado “Princesa Amalia”, quien sería capaz de cumplir el sueño de Arnold en compañía de su nieto Jagger.
Sobrevolaron a unos 300 pies de altitud y por 30 minutos una de las ciudades más bellas de los Países Bajos, con escenarios que sólo ellos podrán describir. Lo demás, es historia.