LV-WRZ | A 22 años de la tragedia que cambió a la Argentina

El 31 de agosto de 1999 es una fecha que quedó marcada en la memoria de todos los argentinos para siempre. Hoy hace 22 años, un Boeing 737-204C de la compañía Líneas Aéreas Privadas Argentinas o LAPA, operando el vuelo 3142 de Buenos Aires A Córdoba se despistaba a las 20:54 TL cobrando 63 vidas y lesionando a otras 37.

La historia de LAPA es una muy conocida en toda Latinoamérica, una parte se le debe a lo fuerte del accidente y la otra a la muy famosa película del Capitán Enrique Piñeyro, Whisky Romeo Zulu, en la cuál relata todos los eventos que llevaron a esta tragedia. 

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LAPA fue como muchas compañías de bajo costo, una aerolínea que tuvo mucho éxito durante sus primeros años de operación, propiedad de Andrés Deutsch fue una historia de éxito llevada al fracaso por malas administraciones y ahorros sin sentido en el mantenimiento de los aviones.

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Esta cultura operativa basada en darle la espalda a la seguridad aérea, acabó permeando toda la compañía y se hizo paso gradual hasta la cabina de pilotos donde los comandantes se acostumbraron a salir con equipos mínimos y con varios componentes inoperativos. 

Gracias a estas malas costumbres operativas y a un franco contubernio con la Fuerza Aérea Argentina, quien en aquel entonces era la responsable de administrar la aviación civil en ese país, los pilotos estaban ya acostumbrados a no hacer caso a cualquier alarma en cabina, la cual se desestimó como falsa y se procedía con el vuelo. 

Fue así que la noche del 31 de agosto de 1999, el  LV-WRZ se encaminaba hacia la pista en malas condiciones y con una tripulación desacostumbrada a seguir las normas de seguridad, olvidar los Checklists e insensible a las alarmas, la combinación perfecta para una tragedia. 

Solo hacía falta una chispa para hacer explotar la mezcla. Esa noche la chispa fue que el comandante Gustavo Weigel no puso sus flaps para despegue, y tanto el Capitán Weigel como el primer oficial Luis Etcheverry hicieron caso omiso de sus listas y nunca verificaron que efectivamente sus flaps estuvieran puestos. 

El Boeing 737 se encontraba entonces sobre la pista 13 del Aeroparque Jorge Newberry, el capitán Weigel aplicó potencia de despegue y de manera casi inmediata su sistema de advertencia de despegue (Take-off warning System o TOWS) se disparó con una alarma para indicar que el avión no se encontraba adecuadamente configurado para la maniobra, específicamente que los flaps estaban arriba. 

La tripulación de vuelo continuó con la maniobra y al darse cuenta que el avión no asciende, intentan frenar el equipo. Era ya muy tarde, la velocidad del avión era muy alta y el tramo de pista muy corto. El Boeing 737 continuó avanzando sin parar hasta sufrir una excursión de pista, cruzando la Av Costanera Rafael Obligado y haciéndose pedazos contra una glorieta. 

Después del accidente, la aviación cambió en Argentina para bien. La Fuerza Aérea, con sus malos manejos y tráfico de influencias al descubierto se vio forzada a hacerse a un lado y dar paso a la Administración Nacional de Aviación Civil el 15 de marzo de 2007. Se creó conciencia verdadera sobre los efectos de una cultura de operación en detrimento de la seguridad aérea y la importancia de tener tripulaciones bien entrenadas. 

Muchos de los problemas que desencadenaron la tragedia del WRZ fueron derivados del hecho que era el ejército el que se encontraba a cargo de la aviación civil en el país, y los militares toman órdenes sin preguntar si la orden es buena o es mala. 

Para administrar algo tan delicado como la aviación, no puede haber autoridades absolutas ni opiniones no importantes las cuales no se escuchan por jerarquía. Todas las opiniones son importantes y hay que tener mucho, pero mucho criterio y capacidad de desafiar lo que uno considere incorrecto sin miedo a represalias..