Más del AIFA: aumenta el costo del tren suburbano a más de $4 mil millones

Estamos a pocas semanas de que se haga el corte de listón oficial para iniciar las operaciones en el nuevo Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA) y los problemas siguen y siguen. Sin duda habrá inauguración con todas las luces y parafernalias que el gobierno considere necesarios para distraer al público sobre todos los problemas que presentará el aeropuerto una vez que inicie sus operaciones.

Y ahora tenemos otro más, las obras de ampliación del tren suburbano para que llegue hasta el aeropuerto tendrán un incremento de costo de $4,422 millones de pesos adicionales a lo que ya se había presupuestado para la obra, lo que es un 34% superior al presupuesto original. El gobierno que dice que ya acabó con la corrupción y jamás puede hacer un presupuesto correcto desde el inicio (vean todas las obras que han realizado en estos tres años) y todo acaba encareciéndose con costo para los contribuyentes, es decir, todos nosotros los mexicanos.

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Y por si eso no fuera suficiente, utilizarán para el proyecto los trenes comprados para el tren interurbano México-Toluca, que tienen un costo de $1,794 millones de pesos. Cierto que están en desuso actualmente porque el otro proyecto también sigue plagado de problemas y retrasos, pero en algún momento habrá que comprarle trenes y no van a costar esa cantidad sino mucho más.

El costo original de la obra entre Lechería y el AIFA era de $12,908 millones de pesos, ahora está presupuestado en $17,330 millones. El incremento, dicen, se debe a revaloraciones técnicas para mayor seguridad y calidad en el servicio, así como costos no considerados previamente, para mejora de las vialidades transversales y otros, así como una actualización de valores. En suma, se había proyectado con las pezuñas y por eso tienen que actualizar los costos al momento de tener que hacer cambios, así como actualizar costos.

Entre las cosas que más afectaron el incremento en costo están la energía, señalización y telecomunicaciones que casi duplicó su inversión (es decir, estuvo pésimamente calculada); el costo de terrenos necesarios para su construcción aumentó 123%; pasos a desnivel que duplican su costo, así como infraestructura y vías de paso que crecen de $3,674 a $4,930 millones de pesos; reubicación de vías de carga, así como mayor costo en estaciones y talleres.

Lo dicho, quienes estuvieron al frente del proyecto al inicio no tenían idea de lo que hay que hacer y lo proyectaron mal (ya saben, 10% capacidad y 90% lealtad son los únicos requisitos de este desgobierno), o se alinearon a un presupuesto inventado por el jefe del ejecutivo para justificar los menores costos del aeropuerto sabiendo que después tendrían que actualizarlo, o son unos idiotas tamaño descomunal. En cualquiera de los casos, las cosas se hacen mal desde el inicio y todos nos acaba costando mucho más. Por eso mismo el costo de este aeropuerto inútil e insuficiente ha sido mucho mayor que haber terminado el proyecto de Texcoco castigando a los responsables de la “corrupción” que había y de la cual no ha habido una sola prueba, solo habladurías de ya saben quién.

Por si fuera poco, el proyecto sigue atrasándose contra la inauguración del aeropuerto y ahora se pretende que esté listo para el segundo semestre de 2023, es decir, alrededor de año y medio después de la apertura del aeropuerto. Y aunque digan que se podrán hacer 39 minutos desde el centro de la Ciudad de México hasta allá, no va a ser un transporte adecuado para los pasajeros: primero porque no está permitido viajar en el tren suburbano con equipajes voluminosos, cosa que se tendrá que cambiar; pero sobre todo, yo quiero ver quién es el valiente de llegar con maletas, dinero y documentos para un viaje para que se los roben mucho antes de llegar al aeropuerto. Y aún para los empleados que lo tengan como opción para llegar a su trabajo (siempre y cuando no les toque el turno de las 4 de la mañana), a $50 pesos por trayecto de transporte al trabajo no les van a salir las cuentas, y eso que será la opción más barata.