Reservaciones y cancelaciones ¿Se avecina un caos en la industria aeronáutica?

Si fuera necesaria una indicación clara de los problemas que se avecinan durante el periodo vacacional de verano 2022, la industria del turismo la recibió de manera fuerte y clara el pasado viernes 22 de abril. Fue en ese día que British Airways canceló cientos de vuelos de manera inesperada. La cantidad de vuelos cancelados equivalen a 4 meses de operación de la aerolínea bandera de Reino Unido.

El pasado miércoles 20 de abril, British airways canceló 112 vuelos hacia destinos en Europa y el mediterraneo partiendo de Reino Unido. Estas cancelaciones continuaron con cientos más entre el mes de mayo y septiembre a destinos como Miami, Hong Kong, que dicho sea de paso es uno de sus destinos premium en Asia, y Tokyo.

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EasyJet de igual forma se vio forzada a cancelar una cantidad importante de vuelos para las vacaciones de Semana Santa. De nuestro lado del Atlántico, JetBlue y Alaska Airlines cancelaron hasta un 10% de sus vuelos programados por las mismas razones. Las aerolíneas están teniendo problemas lidiando con una alza en la demanda de viaje.

Esta demanda crece a medida que los países relajan más y más sus medidas de salubridad y eliminan restricciones tras el término de la pandemia por COVID-19. 15 países de Europa, por ejemplo, han eliminado por completo las normas y restricciones para visitarlos. Aunado a esto, están los bajos niveles de personal con el que las aerolíneas cuentan, notablemente de pilotos y sobrecargos quienes se han retirado o se encuentran fuera de norma tras el largo periodo de inactividad. 

Las líneas aéreas se encuentran en una carrera contra el tiempo. La temporada de viaje comienza en menos de un mes y las vacantes más esenciales para operar la temporada aún no han sido cubiertas. Con las reservaciones a la alza en un 350% en Europa y un 275% en los países de Asia-Pacífico, se puede esperar que, a menos que las aerolíneas “se pongan las pilas”, lo que se avecina es una tormenta perfecta en la industria, llena de cancelaciones y pérdidas por compensaciones. Esto, tras dos años de sufrimiento, en verdad no le conviene a nadie.