¿Rusia se retirará de la construcción del nuevo avión CRAIC 929?
Hace unos años, Rusia y China decidieron aliarse para desarrollar un nuevo avión de cabina ancha que pudiera competir con los Airbus A350 y Boeing 787, por lo que unieron esfuerzos y crearon una empresa denominada China-Rusia Aircraft International Corporation (CRAIC), conformada por Commercial Aircraft Corporation of China (COMAC) y la United Aircraft Corporation (UAC) de Rusia, con sede en Shanghái.

Tras algunos años de desarrollo, decidieron que se fabricarían tres variantes del avión denominado CR929-500, -600 y -700 cuya diferencia sería el largo del fuselaje que permitiera capacidad entre 250 y 350 pasajeros en tres clases, y capacidad para vuelos de hasta 12,000 km. La intención es que el primer avión estaría listo en el 2023 y podría estar en operación entre 2025 y 2027, pero tanto las sanciones contra Rusia como la pandemia de COVID-19 hicieron que se retrasara el programa hasta el 2030.
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La invasión de Rusia a Ucrania complicó mucho las cosas por las sanciones que el mundo occidental generó contra Rusia y que afecta todo tipo de tecnologías incluyendo la aérea, por lo que no se pueden exportar a ese país no solo aviones completos, ni siquiera partes y refacciones, por lo que están comenzando a padecer problemas para el mantenimiento de sus flotas de aviones Boeing y Airbus, principalmente.
China quería, como lo hizo con el C919, tener la participación de diversas empresas occidentales como proveedores, ya que así podría tener más éxito para comercializarlo fuera de su país, así como un mejor soporte para sistemas y refacciones. Pero estando Rusia involucrado los proveedores occidentales no pueden participar. El Director de UAC, Yuri Slyusar, confirmó que el programa debía revisarse y que todas las partes y sistemas debían ser de proveedores de ambos países, así como sobre el reparto de ganancias por el proyecto. Pero China discrepa de esto, por un lado quiere que haya proveedores occidentales y por otro quieren tener el 100% de ganancia de las ventas locales a aerolíneas chinas, y que Rusia tenga el 70% de las ventas en el resto del mundo.
Ante esta situación, Rusia pretende retirarse de la sociedad y quedarse solamente como proveedor de partes para China, y China parece interesada en comprarle a Rusia su participación y desarrollar el proyecto ellos solos.
Pero las demoras en el desarrollo ya les están pasando factura, ya que el avión no será competitivo contra sus rivales occidentales que para el 2030 podrían tener nuevos motores o tecnologías de sistemas que los hicieran más eficientes, además de que muchas aerolíneas han estado renovando sus flotas de largo alcance y por ende no estarían interesadas en un nuevo avión a corto plazo. Con esto, tal y como sucede con el C919 y el MC-21 de Rusia, sus clientes acabarían siendo solamente sus propias aerolíneas y tal vez por presión para que compren los aviones, y difícilmente podrían exportarlo a otras regiones del mundo.

El costo de desarrollo de un avión grande es de muchos miles de millones de dólares, veremos si China está dispuesta a invertir todo ese dinero para mantener se activa en la participación del mercado aéreo mundial.