Siguen sin identificar al polizón que perdió la vida al caer de un Boeing 787 de Kenya Airways

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A más de un año que un polizón perdiera la vida, después de caer aparentemente desde la fosa de uno de los trenes de un Boeing 787-8 Dreamliner propiedad de Kenya Airways, policía menciona que aún no se ha podido identificar. Los hechos ocurrieron el pasado 7 de julio de 2020, cuando el avión matrícula 5Y-KZD se encontraba en aproximación final hacia la pista 27L del Aeropuerto Internacional de Heathrow en el Reino Unido.

El hombre cayó desde unos 3,500 pies de altitud, perdiendo la vida instantáneamente después de que impactara en el jardín trasero de Clapham. Un informe publicado por el portal de noticias Sky News después del incidente, mencionó que el hombre era Paul Manyasi, un empleado de una compañía de servicios de limpieza que trabajaba en el Aeropuerto Internacional Jomo Kenyatta en la capital de Kenia, Nairobi.

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Tiempo después autoridades de Kenia, mencionaron que esta información era falsa, afirmado que la información difundida no era correcta. Por su parte la empresa de limpieza también emitió un comunicado, donde se mencionó que no existe ningún trabajador con ese nombre, además que no se había emitido ningún pase de seguridad para el supuesto Paul Manyasi.

Autoridades de aviación mencionaron que el cuerpo del hombre estaba congelado cuando cayó en el Reino Unido. Las posibilidades de sobrevivencia son nulas en un vuelo que tiene una duración de casi 9 horas, a niveles de vuelo de 40,000 pies de altitud, donde las temperaturas pueden ser extremadamente bajas hasta alcanzar los -50 grados centígrados.

En tierra dentro de la fosa de uno de los trenes de aterrizaje del avión se encontraron varios artículos, entre los que encontraron una bolsa, agua y algo de comida. Autoridades locales del Reino Unido mencionaron que se emitió una descripción de e-fit (Electronic Facial Identification Technique) al público, pues los esfuerzos para tratar de identificar al hombre continuarán.

La policía local mencionó que las huellas digitales del hombre fueron compartidas con las autoridades de Kenia, pero hasta el momento no se ha encontrado una coincidencia, a pesar de que todos los kenianos de 18 años y mayores tuvieron que tomar sus huellas digitales y emitir un documento de identidad obligatorio.