¡Son una vergüenza! Autoridades Aeronáuticas Mexicanas y su mundo de incapaces
Se hizo realidad lo que se temía, la Administración Federal de Aviación en la Estados Unidos (FAA) degradó a México a Categoría 2, por no cumplir cabalmente con la reglamentación internacional de seguridad establecida por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y que de acuerdo al convenio internacional entre ambos países debe cumplir a estrictamente para tener reciprocidad.
Ya hace 11 años había pasado exactamente lo mismo cuando Felipe Calderón designó a Juan Francisco Molinar Horcasitas como Secretario de Comunicaciones y Transportes y entre sus múltiples deficiencias no supervisó que la entonces DGAC cumpliera con la reglamentación antes de que llegara la auditoría de la FAA. México fue degradado a Categoría 2 durante 4 meses en tanto se cumplió con las deficiencias encontradas, pero entre otras cosas fue la puntilla para la quiebra de Mexicana de Aviación.
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Hoy nuevamente, la ahora Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) sabía de sus deficiencias y no se hizo nada antes de la auditoría para evitar llegar a esta situación. Entre lo más destacado que advirtió la FAA es la falta de al menos 100 inspectores para poder llevar a cabo las tareas de supervisión a aerolíneas, talleres de mantenimiento, servicios de tierra y otras organizaciones. Y los inspectores no es contratar a cualquiera, deben ser profesionistas especializados y requieren capacitación constante y herramientas para desarrollar su trabajo.
Esto nos lleva al otro punto importante señalado por la FAA: los sueldos de los inspectores son muy bajos ya no digamos contra referentes internacionales, sino contra el mismo mercado laboral de México. Un profesionista especializado debe recibir una buena remuneración por su trabajo o a la primera oportunidad se irá a trabajar a otra parte, y cuando una empresa u organización tiene una alta rotación de personal no solo indica problemas internos sino una perdida de talento humano constante al que se de debe invertir en capacitación, y eso supone un costo muy alto. La FAA determinó que los sueldos de los inspectores deberían subirse entre un 50 y un 70% para ser adecuados.
Pero este punto tiene un problema más profundo, la mal entendida “austeridad” del gobierno actual que trata de no gastar más que en lo mínimo indispensable sin considerar que las fallas ocasionadas por esos “ahorros” acaban siendo más costosas en todos sentidos. “Austeridad” no es no gastar, sino hacerlo de una manera eficiente y sin excesos. Por supuesto nadie quiere los excesos que ha habido en el pasado, pero si no se tiene una eficacia y eficiencia en la operación tampoco se está cumpliendo con las funciones. Pero bajo la premisa de austeridad hasta los sueldos se fijan con criterios políticos en lugar de considerar la preparación y especialización de las personas.
Esta situación es el mejor ejemplo de esos errores, por no ejercer un gasto adecuado para realizar efectivamente las funciones del organismo, hoy México no solo enfrenta una vergüenza internacional, sino que como país saldrá caro enfrentar la Categoría 2 por corto que sea el periodo. Y todo por querer asignar presupuestos altos a proyectos inviables que ya conocemos, sin aceptar jamás los errores cometidos. Ahí está nuevamente el presidente mexicano demostrando una gran falta de conocimiento sobre el tema, pues no sabe ni de lo que está hablando (¿o sí lo sabe?), luego de que el lunes 24 de mayo, durante su conferencia matutina, aseguró que si se da la degradación es por culpa de los intereses de las aerolíneas de EE.UU.
Pero para que quede claro, la auditoría abarca los siguientes elementos críticos a supervisar:
- Legislación principal de aviación
- Regulaciones específicas de operación
- Sistema estatal de aviación civil y funciones de supervisión de seguridad
- Calificación y entrenamiento del personal técnico
- Herramientas técnicas y provisión de información crítica de seguridad
- Licencias, certificaciones, autorizaciones y obligaciones de aprobación
- Obligaciones de supervisión
- Resolución de preocupaciones de seguridad
Sin los inspectores suficientes y adecuados, México solo cumple con los primeros tres puntos, de ahí que la FAA deba proceder con la degradación en tanto no se cumpla con todos puntos que son obligación de la autoridad de aviación. Lo más lamentable es que las autoridades irresponsables que llevaron al país a esta situación no tendrán consecuencias más allá de una llamada de atención y la presión de resolver esto (si es que lo quieren resolver) lo más pronto posible.
Pero quienes van a sufrir las consecuencias en realidad son las aerolíneas nacionales, que sí cumplen no solo con la normatividad internacional sino que muchas veces la exceden para mantener sus permisos internacionales y hasta ofrecer servicios a empresas extranjeras.
Con la degradación a Categoría 2 las aerolíneas nacionales no podrán aumentar o modificar sus vuelos hacia EE.UU., ni siquiera cambios de equipos a lo que está hoy autorizado. Tampoco podrán tener convenios de mercadotecnia ni códigos compartidos con aerolíneas de ese país. Todo esto justo cuando están tratando de recuperarse del peor año de la historia de la industria de la aviación por la pandemia, y justo cuando parece que el mercado se está recuperando hacia la temporada de verano.
Por supuesto que la más afectada será Aeroméxico que tiene un muy amplio convenio con Delta Air Lines de vuelos conjuntos entre los dos países que obviamente tendrán que ajustar de manera temporal. Delta tiene, además, un 49% de participación accionaria en Aeroméxico (aunque esto podría diluirse próximamente por la entrada de Apollo que está dando el financiamiento a Aeroméxico para salir del Capítulo 11) y además Delta no puede realizar ninguna inversión por ahora en Aeroméxico, ya que aceptar las ayudas del gobierno de EE.UU., para paliar la crisis les prohíbe ayudar a empresas filiales o socios en el extranjero.
Volaris tiene también un convenio con Frontier de EE.UU., para conexiones y algunos códigos compartidos, pero ni de lejos comparable al de Aeroméxico-Delta. En todo caso, la afectación mayor para Volaris y Viva es que no podrán seguir con su expansión de rutas y vuelos hacia EE.UU., que les están funcionando bien.
Por último, la oprobiosa lista de países con los que México compartirá esta degradación, son los siguientes: Bangladesh, Curazao, Ghana, Malasia, la Organización de Estados del Caribe (incluye a Barbados, Santa Lucía, St. Kitts, Nevis y Antigua); Pakistán, Tailandia y Venezuela.
Lo dicho: es una vergüenza que México llegue nuevamente a esta situación y ni siquiera por una responsabilidad colectiva, sino por deficiencias completamente atribuibles a nuestras autoridades que, conociéndolas, no hicieron por resolverlas a tiempo.