Todos los aviones tienen una historia… Y este Boeing 737 tiene algo que contar
Hace ocho años, volaba por última vez el Boeing 737-200QC matrícula PT-MTB perteneciente a la aerolínea brasileña TAF Linhas Aéreas. Posteriormente, la aeronave fue transferida a un área remota en el Aeropuerto Internacional de Fortaleza, donde allí esperaba el fin común de muchas abandonadas en los aeropuertos de Brasil; su destino era ser vendida en partes y canibalizada como fierro viejo. Sin embargo, este 737-200 no es una aeronave cualquiera, al menos para los alemanes.
Entregado a Lufthansa en 1970 con matrícula D-ABCE (c/n 230), este Boeing 737 entonces bautizado como Landshut sería siete años más tarde protagonista de una historia de secuestro ocurrida entre el 13 y 18 de octubre de 1977, cuando cuatro miembros del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) bajo la dirección del grupo terrorista alemán Fracción del Ejército Rojo (RAF) han tomado el avión que cubría el vuelo LH181 entre Palma de Mallorca y Frankfurt y mantuvieron a los 86 pasajeros y cinco tripulantes como rehenes, habiendo volado durante estos cinco días por Europa, Medio Oriente y África hasta ser invadida por un comando antiterrorista alemán en Mogadiscio, Somalia, la noche del 17 de octubre.
En la mañana del jueves 13 de octubre de 1977, el 737-200 matrícula D-ABCE despegaba del Aeropuerto de Palma de Mallorca en dirección a Frankfurt bajo el mando del capitán Jürgen Schumann y de su copiloto Jürgen Vietor, además de las tripulantes de cabina Gabriele Dillmann, Anna-Maria Staringer y Hannelore Piegler. Treinta minutos después del despegue, cuando sobrevolaba la región de Marsella, el palestino Zohair Youssif Akache anunció el secuestro de la aeronave junto con otros extremistas, ordenando que el avión fuera desviado a Chipre.
El secuestro
Debido a la escasa autonomía del avión, el capitán Schumann desvió el vuelo para Roma, donde la aeronave sería reabastecida. Durante el tiempo en tierra, los secuestrados demandaron la liberación de 11 integrantes de la RAF detenidos en Alemania y dos miembros del FPLP detenidos en Turquía, además de 15 millones de dólares. Paralelo a esto, el gobierno alemán pidió al gobierno italiano que impidiera la aeronave de reabastecer y despegar desde Roma. Sin embargo, para evitar mayores problemas en su territorio, el gobierno rechazó el pedido de Alemania y permitió el despegue del avión.
Después de despegar de Roma, el avión aterrizó en Larnaca a las 20:28L para un nuevo reabastecimiento. Mientras la aeronave era atendida por el personal en tierra, se negocia la liberación de los pasajeros, pero fue rechazada por los terroristas. La aeronave fue reabastecida y el capitán Schumann en los controles pretende realizar una ruta hacia Beirut, sin embargo, los libaneses habían cerrado el aeropuerto para dicho vuelo.
Por fin, el avión despega de Larnaca en dirección a Damasco. Durante el vuelo, también fueron advertidos de que el aeropuerto había sido cerrado. Después de haber sido rechazados de Kuwait y Bagdad, el vuelo LH181 se dirigió hacia Bahrein.
En camino a Bahrain, Schumann fue avisado por un piloto de Qantas en su ruta, que las autoridades del país habían cerrado el aeropuerto. Por radio, el capitán avisó a la torre que no tenía más combustible y necesitaba aterrizar de todos modos. El avión terminó teniendo con autorización al aterrizaje y a las 01:52 de la mañana toco tierra; a su llegada inmediatamente fue rodeado por tropas del ejército. Mahmud -uno de los terroristas- avisó a la torre de control que las tropas deberían ser retiradas, o podrían fusilar al copiloto; con un plazo no mayor a 5 minutos, las tropas fueron retiradas, el avión reabastecido y Landshut levantó vuelo hacia Dubái.
Al acercarse, una vez más se le negó el permiso de aterrizaje. Sobrevolando el aeropuerto a las primeras horas de la mañana, pudieron ver la pista bloqueada con camiones y coches de bomberos. Schumann avisó a la torre que aterrizaría de cualquier manera debido a la falta de combustible. Desde la cabina de pilotos pudieron ver cómo a bajo los obstáculos eran removidos. A las 05:40 locales, el copiloto Jürgen Vietor realizó aterrizaje.
En Dubái, los secuestradores demandaron a la torre comida, agua, periódicos y retirar la basura del avión. El capitán Schumann consiguió enviar un mensaje dentro de la basura comunicando el número de secuestradores a las autoridades. Sin embargo, el ministro de Defensa, Mohammed bin Rashid Al Maktoum, confirmó esa información en una entrevista con los medios, y que fue escuchada por Mahmud posiblemente por radio en el avión, lo que le costó una amenaza de muerte al capitán Schumann. La aeronave permaneció en tierra durante todo el día y la noche siguiente, y por la mañana los secuestradores amenazaron con comenzar a matar a rehenes si el avión no era reabastecido en Dubái.
En este medio tiempo, Hans-Jürgen Wischnewski, ministro designado por el Gobierno alemán para cuidar del secuestro y el coronel Ulrich Wegener, comandante del GSG 9, grupo antiterror federal alemán, habían llegado a Dubái e intentaban obtener el permiso del gobierno para que su equipo de comandos pudiera invadir el avión. La petición fue rechazada por el jeque Mohamed, esa acción sólo podía ser realizada por sus propias tropas. Mientras la negociación continuaba entre alemanes y árabes, el Landshut, reabastecido, levantó vuelo hacia Omán. Con el permiso de aterrizaje nuevamente negado, el vuelo LH181 se dirigió a Aden.
En Aden, una vez más el avión tuvo el permiso de aterrizaje negado y las dos pistas principales del aeropuerto fueron bloqueadas por vehículos. Sin otra opción de lugar para aterrizar, el plan de los tripulantes era gastar el resto de combustible sobre la ciudad e intentar un aterrizaje de emergencia en una la larga pista de arena paralela a las pistas principales del aeropuerto, lo que se logró.
La tripulación estaba temerosa de volar de nuevo con el avión en las condiciones en las que se encontraba tras el aterrizaje de emergencia pista de terracería; Schumann obtuvo permiso para inspeccionar los posibles daños causados en los trenes de aterrizaje y en los motores. Sin embargo, el comandante tardó en volver a bordo, hecho que causó amenazas de Mahmoud de explotar el avión. Esta demora, posiblemente se debió a un contacto personal hecho en tierra entre piloto y las autoridades de Aden para que impidieran el despegue del avión y atendieran las exigencias de los secuestradores.
Después del regreso voluntario de Schumann al avión, Mahmud, airado, lo obligó a arrodillarse en el pasillo entre los asientos del avión y, frente a los pasajeros, lo mató con un tiro en la cabeza, sin darle la oportunidad de cualquier explicación. El avión fue reabastecido por la madrugada y el copiloto Vietor, cuidadosamente lo sacó de la pista de arena y al mando del avión, levantó vuelo hacia Mogadiscio, capital de Somalia, con el cuerpo de Schumann a bordo.
A las 06:22 hora local del día 17 de octubre, el vuelo 181 de Lufthansa, comandado por el copiloto Vietor, hizo un aterrizaje no anunciado en la pista del aeropuerto de Mogadiscio, en la capital somalí. El líder de los secuestradores, Akashe, le dijo a Vietor que él había hecho un trabajo sobrehumano por haber volando el avión sólo hasta allí y que estaba libre para dejar el avión, ya que no pretendían volar a ningún otro lugar. El copiloto se negó a dejar los pasajeros y tripulantes, y permaneció a bordo.
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El cuerpo de Schumann fue dejado en la pista y los secuestradores dieron un ultimátum al gobierno alemán, estableciendo un plazo hasta las 16:00 locales para que los presos fueran liberados y traídos a Mogadiscio, de no cumplirse las peticiones explotarían el avión con todos en su interior. El gobierno comunicó que atendería la exigencia, pero el transporte de los prisioneros hasta Somalia tardó varias horas y el plazo límite se extendió hasta las 02:30 de la mañana del 18 de octubre.
Mientras el canciller Helmut Schmidt negociaba con el presidente Siad Barre la entrada en el país del GSG 9, los comandos volaban entre Etiopía y Yibuti esperando el permiso de desembarque. Con el acuerdo alcanzado, a las 20:00 locales el Boeing 707 matrícula D-ABUB -bautizado Stuttgart- de Lufthansa transportó treinta hombres del grupo antiterrorista y aterrizó en Mogadiscio con las luces apagadas para no llamar la atención en el aeropuerto cerrado para tráfico aéreo civil, dando así el inicio a la Operación Fuego Mágico.
Treinta minutos antes del plazo final, mientras que Mahmud era comunicado que los prisioneros exigidos en rescate habían llegado a El Cairo y su avión estaba siendo reabastecido para el viaje a Somalia, el grupo alemán, dividido en pequeños escuadrones, avanzó hacia el Landshut por un ángulo muerto -no visible para los extremistas- en la parte trasera del avión, cargando pequeñas escaleras, que serían utilizadas para alcanzar y abrir las puertas de emergencia del avión.
En ese mismo momento, otros soldados somalíes encendían una gran fogata a 200 metros del avión para atraer la atención de los secuestradores, los comandos invadieron el interior de la aeronave, sorprendiendo a los secuestradores y mataron a tres de ellos e hiriendo a otro.
Los toboganes de emergencia fueron activados y los 86 pasajeros y tripulantes fueron retirados rápidamente del avión. Cinco minutos después del inicio del ataque, un mensaje codificado de radio fue enviado directamente por el coronel Ulrich Wegener, líder del ataque, al gabinete de Helmut Schmidt en Bonn:
Cuatro oponentes derribados, rehenes rescatados, cuatro pasajeros levemente heridos, un agente del GSG 9 ligeramente herido, Springfield, Springfield”.
Después del secuestro
Tras el secuestro, la aeronave regresó a Alemania, donde continuó volando para Lufthansa hasta 1985, después fue vendido, se convirtió en Presidential Air y rematriculado como N302XV. Dos años más tarde, voloó con la hondureña Transportes Aéreos Nacionales (TAN) con la misma matrícula, hasta ser vendido para la aerolínea francesa Inter Cargo en 1988, convirtiéndolo en carguero. Con matrícula F-GFVJ, la aeronave voló por cinco años en Francia con Aéropostale como Quick Change (QC), transportando pasajeros durante el día y cargas durante la noche.
En 1995, la aeronave fue vendida a TransMile de Indonesia con matrícula 9M-PMQ, donde voló hasta 2002, cuando fue adquirida por su último operador, la aerolínea brasileña TAF. En dicha aerolínea, con matrícula PT-MTB, el 737-200 fue desplegado en vuelos cargueros, charter y por un corto período, en vuelos regulares entre Fortaleza, Belém, Cayena y Paramaribo. En 2008, por dificultades financieras, TAF dejó el avión en tierra y posteriormente se declaró quiebra. Del 2008 hasta estos días, la aeronave se encuentra abandonada en el Aeropuerto Internacional Pinto Martins, en Fortaleza, sede de la antigua aerolínea.
Recientemente el gobierno alemán, dentro de un programa creado para valorar las memorias del país, había anunciado su intención de comprar el avión que debería venderse como fierro viejo. Con la compra del Aeropuerto de Fortaleza por la alemana Fraport, el gobierno alemán no perdió tiempo y en los últimos días del mes de mayo del año 2017, llegó a un acuerdo judicial con TAF -hoy en día una compañía de aerotáxi- y con la estatal Infraero para recuperar el avión.
En un documento obtenido por el diario Folha de São Paulo, TAF linhas Aéreas donó al gobierno alemán la aeronave, que a su vez aceptó pagar una deuda de cerca de 24 mil dólares con Infraero que corresponde al pago de tener la aeronave en tierra durante los últimos nueve años. La única exigencia de la TAF fue que el gobierno alemán hiciera referencia al fundador de la empresa brasileña. Como no está en condiciones de vuelo, la aeronave fue desmontada para ser trasladada a bordo de un Antonov 124 y un Ilyushin Il-76 a Alemania.
Una vez en Alemania, en Friedrichshafen, la aeronave pasa por un proceso de restauración por ingenieros y mecánicos de Lufthansa Technik para más tarde, ser expuesto en el Museo Aeroespacial Dornier, en esta misma ciudad, en un pabellón que representará el auge de la guerra antiterrorista del gobierno alemán a facciones de extrema izquierda en el país.