TripReport | Viajando con Aeromar a Puerto Escondido en un ATR72-600
Aunque hay mucha gente a la que un avión con hélices le parece cosa del pasado lejano, sin investigar obviamente, los pasajeros fieles a Aeromar saben que también tiene sus ventajas viajar en esta aerolínea, aunque el vuelo dure unos minutos más que si fuera con un jet. Comenzando por el acceso al Salón Diamante de la aerolínea en la T2 del Aeropuerto Internacional de la Cd. de México.
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Todos los pasajeros de Aeromar tienen acceso a su salón, que si bien no es el más grande, lujoso o gourmet, es una sala muy cómoda y mejor opción que la famosa Puerta 75 de donde se abordan todos sus vuelos vía un autobús. Ofrecen bebidas, café, snacks dulces y salados similares a los que hay a bordo de los aviones, así como una selección de bebidas alcohólicas si a alguien le apetece antes del vuelo.
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Eso sí, hay que tener precaución con los tiempos, ya que el abordaje en la sala comienza con anticipación porque todavía falta el traslado en autobús hasta el avión. Sus aviones normalmente se estacionan cerca del hangar de la aerolínea, hay posiciones remotas que se utilizan y así no se saturan las puertas de la T2.
El vuelo completamente sin incidentes, aunque la salida fue por las pistas 23 del Aeropuerto de la capital, cosa no muy usual, pero es un despegue muy espectacular porque se despega con rumbo a la ciudad y se pueden tener muy interesantes vistas. También durante la aproximación al Aeropuerto de Puerto Escondido se pueden tener hermosas vistas del lugar y su larga playa.
El aeropuerto de Puerto Escondido es demasiado pequeño para las operaciones que ya está manejando, no solo el edificio terminal que permite el abordaje de un solo vuelo a la vez, sino la misma plataforma, aunque cabe más de un avión el segundo queda alejado de la terminal y todo se realiza caminando. Es momento de pensar en una ampliación y renovación que debería incluir salas de espera con pasillos directos al avión.