Trump aprueba la venta del F-22 Raptor a Israel: Asharq Al-Awsat

Israel podría convertirse en el primer (y quizás único) cliente de exportación del caza bimotor de quinta generación Lockheed Martin F-22 Raptor; según el periódico saudí Asharq Al-Awsat, la administración de Donald Trump aprobó la venta de su más moderno y exclusivo avión furtivo para la Fuerza Aérea Israelí (IAF), con el objetivo de mantener la hegemonía del estado judío en Oriente Medio, ante la posible venta de cazas F-35 Lightning II a los Emiratos Árabes Unidos.

Según el periódico saudí con sede en Londres, citando fuentes militares israelíes, la aprobación de la venta fue anunciada el pasado viernes, 30 de octubre, por el Secretario de Defensa, Mark Esper, a su homólogo israelí, Benny Gantz, durante una visita a Tel Aviv. El tema de la reunión fue discutir el mantenimiento de la seguridad y de la estabilidad regional, además de la contención de la amenaza iraní.

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La finalización de la venta requiere que el Congreso derogue una ley actual que prohíbe a Washington exportar aeronaves avanzadas de combate. La Cámara de Representantes aprobó la ley en 1998 por la preocupación de que la tecnología furtiva casi sin comparación del F-22 Raptor, podría caer en manos de Rusia o China si el avión se vendiera en el extranjero, incluso a los países aliados como Israel.

Esper y Gantz, que se habían reunido dos veces más en septiembre y octubre, firmaron un acuerdo en Washington la semana pasada que reafirmó el compromiso de Estados Unidos de mantener la ventaja militar cualitativa de Israel, el término técnico para la superioridad militar en el Medio Oriente, ante la posible venta de cazas F-35 Lightning II a los Emiratos Árabes Unidos. 

Israel había expresado previamente interés en comprar el F-22; Estados Unidos detuvo la producción del caza en 2011 y prohibió legalmente su venta a países extranjeros. Trump no sería el primer presidente estadounidense en recomendar vender el avión a Israel. En 2001, Bill Clinton se pronunció de manera similar a favor de proporcionar a Israel el avión, pero dejó la decisión finalmente en manos de su sucesor, George W. Bush, y del Congreso.