Video | El avión que perdió el rumbo en el fin del mundo
Uno de los sonados accidentes del DC-10 sucedió el 28 de noviembre de 1979, en un vuelo turístico de Air New Zealand a la Antártida, tan solo 4 semanas después del accidente de Western Airlines en la Ciudad de México, lo que exacerbó el “miedo” a volar en un DC-10; aunque ambas investigaciones determinaron que los accidentes no fueron de ningún modo culpa del avión.
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El canal Mauricio PC nos muestra esta recreación del fatídico vuelo TE-901 de Air New Zealand, un vuelo panorámico a la Antártida en donde se estrellaron de frente con el Monte Erebus porque la tripulación pensó que estaban en otro punto y la visibilidad era mala en el lugar.
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El avión era un DC-10-30 matrícula ZK-NZP con apenas 5 años de antigüedad, al mando iba el Capitán Jim Collins de 45 años, era su primer vuelo a la Antártida y se preparó para él con emoción, según relató después su familia; tenía 11,000 horas de vuelo. Iba acompañado por el Primer Oficial Greg Cassin de 37 años con 8,000 horas de vuelo. Viajaban también el Ingeniero John Moloney y el copiloto Graham Neville, todos experimentados para realizar el vuelo. Había además 15 sobrecargos y el guía del tour, Peter Mulgrew, conocedor de la Antártida. Había además 237 pasajeros.
El vuelo se programó para salir de Auckland a las 08:00 y regresar a las 19:00 LT, tras hacer un recorrido turístico por la Antártida para que los pasajeros disfrutaran de sus paisajes fuera de lo común. Despegaron aproximadamente a las 08:20 y tras 4 horas de vuelo descienden a 10,000 pies y se aproximan al estrecho de McMurdo. El plan de vuelo indicaba que volarían alrededor de la isla Ross y luego sobre el estrecho para apreciar la espectacular vista, pero el techo de nubes estaba abajo de 2000 pies, por lo que solicitaron autorización para descender. Control sugirió que continuaran hacia los valles de Wright y Taylor en donde había mejor clima.
En la Isla Ross hay 2 volcanes cubiertos de nueve, el Monte Erebus y el Monte Terror de 12,000 y 10,000 pies de altura respectivamente. Para descender sin pasar la isla realizan dos giros hacia cada lado para llegar a 2000 pies. Pero a 2000 pies la visibilidad sigue siendo limitada. De acuerdo a su información el Monte Erebus está a sus 11 horas a 6 millas pero no lo pueden ver. El Capitán decide descender otros 500 pies para tener mejor visibilidad. Sin saberlo y sin verlo, el avión se dirige directo al Monte Erebus a donde se impactan a gran velocidad y no hay sobrevivientes.
La primera investigación determinó responsabilidad de la tripulación que no estaba segura de su posición y no tenían visibilidad para detectar el terreno ascendente. Pero los colegas y el público demandaron una nueva investigación por dudas de la investigación inicial, y esta descubrió que la ruta programada del avión fue cambiada el día anterior a la que le habían dado a la tripulación, sin notificarles, y la nueva ruta los llevó directo al Monte Erebus. Con eso se absolvió de culpa a los pilotos y se acusó a Air New Zealand de crear mentiras para evadir su culpa, lo que ocasionó renuncias de varios directivos y el director de la comisión neozelandesa de investigación por sus resultados incorrectos.
Foto: Wikimedia Commons