Otro exempleado de Boeing denuncia malas prácticas en el ensamble de los 787 y 777
Sam Salehpour denunció en su momento con sus superiores y ahora con la FAA, las malas prácticas que vio en la producción de los 787 y 777.
Resumen
- Siguen siendo fallas de los procesos de calidad en la fabricación de los aviones
- Las brechas en las uniones del fuselaje del Dreamliner llevaron eventualmente a detener las entregas por no hacer correcciones a tiempo
- También denuncia problemas en el ensamble del 777 aunque no ha tenido problemas serios
¡Y sigue la mata dando! El gigante aeroespacial estadounidense que hace 20 años era orgullo nacional y ejemplo mundial de ingeniería de alta calidad, Boeing, sigue hundiéndose en su propio fango, los problemas siguen saliendo a la luz frente a la FAA y están pagando muy caros todos estos años de preocuparse tan solo de los dividendos a los accionistas y el valor de sus acciones.
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Esta vez otro exempleado de la empresa, de nombre Sam Salehpour, dio una conferencia de prensa el 9 de abril junto con su abogado, y escribió una carta a la FAA con una serie de acusaciones y señalamientos de malas prácticas en el ensamble de los aviones Boeing 787 y 777. La autoridad aeronáutica de EE.UU., dijo que está investigando las acusaciones y Salehpour tiene una audiencia en el Senado la siguiente semana.
El problema de las brechas en las uniones del 787
Hace unos años salieron a la luz problemas en el ensamble final de los 787s, principalmente los producidos en la nueva planta de Charleston, en que había huecos en donde se juntaban las partes principales del fuselaje, que con el tiempo podrían provocar una falla grave por la presurización, por lo que debían arreglarse antes de entregar los aviones. Boeing detuvo voluntariamente las entregas mientras revisaba los aviones, pero luego la FAA intervino y prohibió las entregas hasta no estar satisfechos con las reparaciones realizadas a los aviones, por lo que fue más de 1 año lo que el Dreamliner no se pudo entregar a los clientes.
Boeing produjo algunas piezas de relleno del tamaño incorrecto y la FAA criticó a la empresa por no validar la producción de las cuñas antes de que fueran parte del proceso de producción. Faltaban las pruebas de alta calidad y eso dio por resultado que hubiera problemas con las cuñas en otras partes del 787, por ello Boeing tuvo que suspender las entregas para revisar los aviones.
Más malas prácticas en los procesos
De acuerdo con una declaración que Salehpour dio al Seattle Times, desde 2012 Boeing permitió que las piezas del fuselaje del 787 se juntaran con fuerza excesiva durante el ensamble final antes de medir los espacios, para que pareciera que no había nada mal, y esto continuó a lo largo de los años hasta que salieron los problemas en 2020. Salehpour trabajó en el Programa 787 hasta el 2021 e indicó que preparaba cotidianamente reportes para sus superiores y la gerencia basados en los propios datos de Boeing, que mostraban que las brechas no se medían adecuadamente, por lo que en muchos casos no se utilizaron las calzas. Pero el fuselaje de compuestos y los sujetadores metálicos se expanden y contraen de manera diferente con los cambios de temperatura, por lo que podrían desplazarse y desgastarse a través de los espacios, lo que puede llevar a una falla catastrófica.
El ingeniero también afirmó que se perforaron agujeros cerca de las juntas de las secciones y Boeing asumió que los espacios eran muy pequeños como para que entraran virutas de las perforaciones, por lo que no se realizaron inspecciones que requieren desmontaje y limpieza, que toman mucho tiempo. Tampoco se tuvo en cuenta que las brechas en las secciones más alejadas eran mayores y esto dio por resultado que sí quedaran virutas de perforación en el 80% de las secciones de conexión de las partes delantera y trasera del fuselaje del 787. Esta cifra se basa en las pruebas e inspecciones que se hicieron a 28 aviones fabricados después del 2020 y que marcaron la existencia del problema.
Salehpour afirma que sus superiores intentaron callarlo tras sus comentarios y de excluirlo de las juntas, incluso fue amenazado por uno de ellos con violencia física. Al final decidieron mejor cambiarlo a otra área enviándolo al Programa 777 que supuestamente estaba libre de problemas. Sin embargo, encontró que esto tampoco era cierto, las piezas grandes fabricadas en Japón no encajaban adecuadamente en los dispositivos de montaje final de Boeing, por lo que durante el ensamble había desalineaciones que se corregían utilizando fuerza ilimitada y no medida para unir los orificios y las piezas desalineadas. Afirma que vio incluso gente saltando sobre las partes del avión para que se alinearan y luego se martillaron los elementos de la unión.
Boeing se defiende
La empresa afirma que las acusaciones sobre la integridad estructural del 787 son inexactas y compartió con la FAA las pruebas y análisis que muestran que no hay problemas de seguridad. Asegura que los espacios entre las piezas del fuselaje del 787 se llenaron correctamente y que no se entregó ningún avión que no cumpliera con los estándares requeridos. Boeing no ve ningún peligro en los casi 1000 Dreamliners entregados antes de que se detuvieran las entregas para revisar la producción y hacer reparaciones. Según la empresa:
Con base en las pruebas previas de los fuselajes de hasta 165,000 ciclos, así como la extensa recopilación de datos, pruebas, modelado y análisis de Boeing desde 2020 hasta la fecha, que se compartió de forma transparente con la FAA, Boeing cree actualmente que estos problemas no afectan la vida útil esperada del 787. Los fuselajes no cambiarán ni influirán”.
Y respecto a los señalamientos del 777, dicen tener plena confianza en la seguridad y la vida útil de la familia 777 porque las acusaciones son inexactas, y asegura que las represalias están estrictamente prohibidas en Boeing, como referencia a las acusaciones de las amenazas de sus superiores.
Pero no hay que olvidar que también aseguró que no había ningún problema con el 737 MAX antes del segundo accidente y que el avión fuera puesto en tierra, así como con sus procesos de calidad hasta que el tapón de la salida de emergencia del avión de Alaska saliera despedida durante el vuelo. Así que habrá que esperar la investigación de la FAA a estas nuevas denuncias contra el mal proceder de la empresa.
Suponemos que Harry Stonecipher y todos los ‘cuentachiles’ que le siguieron en la administración de Boeing, estarán muy orgullosos del engendro que crearon a partir de una de las empresas de ingeniería más prestigiadas del mundo.