Alas de América lleva 11 años en litigio entre Aeroméxico y Mexicana
Cuando Gerardo de Prevoisin, entonces principal accionista y presidente de Aerovías de México, se hizo del control de Mexicana de Aviación en 1995, buscó generar algunas sinergias entre ambas empresas, aunque el objetivo final era obtener de Mexicana experiencia y activos para desaparecerla después y dejar a Aeroméxico como una empresa grande y casi monopólica en aquel momento. Así que, entre otras cosas, en 1996 se fundó el Centro de Capacitación Alas de América S.A. de C.V., (CECAM) en conjunto con la ya también desaparecida Aeroperú, de la que Aerovías era socio principal.
En un terreno de casi 66 mil m2 cercano al Aeropuerto de la Ciudad de México (AICM) se construyeron las instalaciones para ofrecer capacitación a personal de todas las áreas y niveles de las aerolíneas, con excepción de tripulaciones para las que Mexicana tenía instalaciones propias. Tras la quiebra de Aeroperú, el logotipo del CECAM se modificó y quedó la mitad con el Caballero Águila y la otra mitad con la “M piramidal” que acompañó a Mexicana casi hasta el final, quedando ambas empresas con el 50% de participación, y era esta uno de los activos conjuntos que se tenían bajo el paraguas de Cintra.
Tras la venta de Mexicana, decidieron mantener el CECAM en conjunto ya que ambas aprovechaban las instalaciones, aunque en otras áreas sí hicieron una separación. Como la carga, la entonces Aeromexpress fue dividida a costa de Mexicana cuyas instalaciones de carga se convirtieron en casi el 100% de Aeromexpress al inicio, pero al dividir perdió la mitad en favor de Aeroméxico.
Sin embargo, tras la quiebra de Mexicana, uno de los activos de la empresa era su mitad del CECAM, pero una maniobra rápida de la gente de Aeroméxico hizo que se quedaran con la empresa completa y en 2018 le cambiaron el nombre a Aeroméxico Formación, declarando que tenían el 100% de las acciones. En el proceso fue desmantelando el CECAM como empresa y terminaron incluso las asambleas de accionistas, dejando que se fuera diluyendo todo para hacerla desaparecer sin que se notara.
Sin embargo, en una investigación de la Revista Proceso, salió a la luz que durante el proceso de separación de bienes que promovió Aeroméxico, hubo una sentencia en que se acredita que la Compañía Mexicana de Aviación S.A. de C.V,, en liquidación, seguía siendo propietaria del 50% de la empresa Alas de América, por lo que los ex trabajadores de la empresa siguen teniendo esa participación, ya que es un activo del cual pueden obtener beneficios.
Y un problema serio en el que puede estar Aeroméxico es porque la Ley del Mercado de Valores (artículo 383) señala que es un delito difundir información falsa sobre valores o la situación financiera, administrativa, económica o jurídica de la empresa emisora; pero en su reporte anual, Aeroméxico asegura ser tenedora al 100% del CECAM, y que renta al aeropuerto el inmueble en el que se asientan los edificios del CECAM, Aeroméxico Formación, oficinas administrativas así como el área en donde se encuentran los simuladores de vuelo y una alberca para las prácticas de ditching.
Además de eso, los extrabajadores de Mexicana pueden pelear legalmente que se les pague por su participación de las instalaciones, tanto en participación de utilidades de la empresa de todos estos años, como por el valor que hoy tienen y que Aeroméxico está aprovechando cabalmente sin darles ningún beneficio. Hubiera sido mucho más fácil para el Caballero Águila negociar desde entonces con el Administrador de la Quiebra de Mexicana de Aviación para quedarse realmente con la participación completa del CECAM y no tener ahora estos problemas por pasarse de listos con la empresa conjunta.