Entrega Boeing 480 aviones durante el 2022 y se va recuperando

El fabricante estadounidense dio a conocer las cifras del último trimestre así como las anuales de 2022 en cuanto a entregas de aviones nuevos, reportando que durante el periodo octubre-diciembre entregó 184 aviones comerciales para llegar a 480 en el año, 40% más que en 2021 que solamente fueron 340, y de ellos tan solo en diciembre logró entregar 69 aviones. Todavía están muy lejos de su récord de 806 aviones entregados en un año, lo cual se dio en 2018, pero sin duda afirman que van por el camino de la recuperación luego de años muy difíciles.

Aunque la firma no da a conocer el desglose de sus entregas y ventas por cliente, sí dio a conocer que durante el año entregó 387 Boeing 737  de los cuales 374 fueron del MAX y 13 derivados militares del 737NG; 5 Boeing 747-8F, 33 Boeing 767-300F/KC-46, 24 Boeing 777 (de todas sus versiones) y 31 787 (de todas sus versiones). Este último es significativo ya que las entregas estuvieron detenidas casi año y medio luego de que se encontraran problemas de diversa índole en aviones recién producidos y la FAA detuvo las entregas hasta estar satisfecha con las inspecciones y trabajos de reparación realizados para que no hubiera otro problema como el del 737 MAX.

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Boeing también ha dicho que la producción promedio del 737 MAX actualmente es de 31 aviones mensuales, pero ha sido variable en el año por los problemas con la cadena de suministros, por lo que por ahora la meta es mantenerse en 31 aviones mensuales pero estables, antes de decidir un nuevo incremento que, ante los pedidos recibidos este año, se vuelve cada vez más necesario.

En cuanto a los pedidos de nuevos aviones, durante el año Boeing logró firmar ventas por 774 aviones, un incremento importante comparado con los 479 de 2021, por lo que su cartera llegó a 4578 aviones, principalmente del 737 MAX. Sin duda el pedido más importante del año fue el de United Airlines que en diciembre pidió 100 más 100 opciones de 787 y un incremento adicional de 737 MAX, con los que se convertirá en el operador más grande de ambos modelos.

Los retos que tiene por delante en 2023 son, en primer lugar, poder comenzar con el incremento de producción del 737 MAX y del 787, ahora que ya se reiniciaron las entregas, así como lograr entregar todos los aviones almacenados de ambos modelos. Y por supuesto, no caer nuevamente en problemas de producción que pudieran costarles nuevamente detener las entregas.

Y por otra parte, lograr la certificación de las versiones -7 y -10 del 737 MAX este mismo año aprovechando el permiso del congreso de no implementar el nuevo sistema de alertas de seguridad en cabina, ya que están atrasados ambos programas con las consiguientes demoras que ya hay en cuanto a entregas a los clientes. También se debe continuar con las pruebas del 777-9 y el desarrollo del 777-8F.

Tienen también en espera de luz verde, realizar un incremento en peso máximo para los 787-9 y -10 que les permitirá incrementar su rango, especialmente en la versión -10 que se queda muy corto contra el A350. Aunque llegaron tarde para el proyecto Sunrise de Qantas, seguramente habrá más clientes interesados en vuelos de ultra largo alcance. Y también necesitan un 787F, ante la cancelación del nuevo avión que tendría una versión de carga, y la terminación de la producción del 767 a partir de 2027, por lo que es probable que este mismo año se anuncie la nueva versión de carga. Y mejor eso que pedir otra exención para continuar con la producción del viejísimo 767F después del 2027.