¿Por qué están expuestos los neumáticos del Boeing 737?
Una de las formas más sencillas de identificar a un Boeing 737 durante el despegue es observar sus neumáticos. A diferencia de la mayoría de los aviones comerciales, en el 737 el tren principal permanece expuesto a simple vista. Pero, ¿por qué no están cubiertos como en otros modelos? La respuesta es más simple de lo que parece: ¡porque es un avión chaparro!

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Este detalle se remonta a los orígenes del Boeing 737 en la década de 1960. Durante el desarrollo de su primera versión, el 737-100, que debutaría con Lufthansa, Boeing buscaba crear una aeronave capaz de operar en aeropuertos remotos, con infraestructura limitada y sin mucho equipo de apoyo en tierra.
Y aquí entra el tema de los neumáticos. Boeing identificó que muchos de estos aeropuertos no contaban con escaleras lo suficientemente altas para alcanzar la cabina de un avión con fuselaje elevado. La solución fue diseñar el 737 lo más cercano al suelo posible, lo cual implicó una serie de ajustes estructurales importantes.
Uno de esos ajustes fue la creación de fosos más pequeños para alojar el tren de aterrizaje, lo que dejó poco espacio entre el ala y la pista. Esto hacía inviable incluir las puertas adicionales que normalmente cubrirían las ruedas.
La solución fue tan simple como efectiva: dejar los neumáticos expuestos. Y aunque en otros aviones las compuertas del tren de aterrizaje cumplen la función de reducir la resistencia parásita, en el caso del 737, el diseño del tren está optimizado para que el neumático forme parte del perfil aerodinámico del fuselaje, generando muy poca resistencia adicional.

Una vez más, Boeing demostró que, en aviación, la solución más simple muchas veces es la más eficiente. Y además, el tren de aterrizaje expuesto se convirtió en una característica visual distintiva de este pequeño gran caballo de batalla de la aviación comercial.
Foto: Wikimedia Commons