¿Regresa Mexicana de Aviación? No tan rápido…

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Finalmente, y como se esperaba, el nuevo capricho presidencial de echar a volar nuevamente a Mexicana se está cumpliendo. Pero, ¿realmente Mexicana volverá a volar?

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No exactamente. Y a pesar de que muchos ex empleados y amantes de la aviación mexicana han echado las campanas al vuelo, siento decepcionarlos: Mexicana de Aviación no regresa al aire. La Compañía Mexicana de Aviación se declaró en quiebra en 2010 luego de una desastrosa administración encabezada por Gastón Azcárraga y Manuel Borja, a partir de ahí el grupo entró en una batalla legal que, aunque ganaron los empleados para quedarse con lo que queda, tiene tantos problemas que nadie pensaría en comprar la empresa porque de inmediato lo que obtiene son problemas muy complejos.

Lo que la administración de AMLO hizo fue comprar únicamente el nombre comercial de “Mexicana de Aviación” y sus logos, junto con algunos activos, y se los entregó a una NUEVA EMPRESA fundada exprofeso para ello denominada Aerolínea del Estado Mexicano S.A. de C.V., para que opere con el nombre comercial de “Mexicana”, pero es OTRA empresa que no tiene NADA que ver con la anterior. La nueva empresa, además, es administrada por el Ejército Mexicano que no tiene ninguna experiencia en este campo y, aunque recibirá capital y subsidios para operar, nada garantiza que sea viable o exitosa.

De hecho, una de las cosas que declaró el habitante del palacio nacional, es que con los ingresos de esta empresa y las otras que le ha endilgado al ejército, esta institución tendría ingresos propios para sus jubilados y no depender del presupuesto federal para esto. Pero una aerolínea es un negocio muy complejo con márgenes MUY pequeños, cualquier error y las pérdidas se hacen presentes de inmediato, por lo que más que ayudarle al Ejército, podría convertirse en un pozo sin fondo para las fuerzas armadas.

Y peor aún, cuando pretenden operar a aeropuertos en donde no hay servicio (porque no hay demanda) y ofrecer tarifas incluso más bajas que las aerolíneas de ultra bajo costo Volaris y Viva Aerobus. Porque tampoco es cierta esa declaración presidencial de que las tarifas aéreas en México son altas, lo que encarece el precio de los boletos es en realidad la Tarifa de Aeropuerto (TUA) que en este país son en general groseramente altas en la mayoría de los aeropuertos a cambio de servicios de ínfima categoría, comparados con aeropuertos internacionales que cobran incluso mucho menos. Si además se le restan los impuestos, encontramos que la tarifa cobrada, que es el ingreso real para la aerolínea, es bastante baja por pasajero. Después podrán sumar ingresos adicionales por equipaje, selección de asiento, comida y bebidas a bordo, etc., pero la tarifa que se cobra es muy baja.

¿Plan de negocios?

De lo poco que se ha dado a conocer hasta ahora, se sabe que su operación será de (¡otra!) aerolínea de bajo costo, con aviones en configuración sardina y un “servicio de calidad” que no han dicho en qué consistirá, pero cobrando barato no puede haber también servicio a bordo como en su momento fue uno de los puntos fuertes de Mexicana. Su base de operaciones será el AIFA y la lista de destinos iniciales son rutas que ya existen por parte de competidores en su gran mayoría, por lo que no tendrá vía libre para recibir pasajeros, tendrá que pelear por ellos con empresas bien establecidas y que ya tienen años operando.

Además, en su lista agregaron aeropuertos de ASA, algunos de los cuales no pueden recibir aviones como los que pretende operar y otros pueden, pero no hay demanda que justifique los vuelos, como Tamuín, Nogales, Ixtepec, Uruapan, Guaymas y otros. Curiosamente incluyen “Apodaca”, seguramente se refieren al Aeropuerto del Norte, en Monterrey, que hoy no tiene una pista adecuada para operaciones comerciales con jets medianos como los que pretende operar, para eso se hizo el Aeropuerto Mariano Escobedo a donde llegan las demás aerolíneas. ¿Será que quiere hacer una competencia desleal operando en exclusiva en este aeropuerto?

De vuelos internacionales no se puede hablar por ahora, aunque Mexicana en su momento era la aerolínea internacional más grande de México, hacia EE.UU., no pueden pedir vuelos tanto por la Categoría 2 como porque el vecino del norte exige al menos 6 meses de operaciones antes de ser elegible para solicitar rutas hacia ese país. Seguramente hacia Cuba y Venezuela no tendría problemas… ni mercado.

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Hablando de la flota, lo que se ha dicho hasta ahora es que se utilizarán 10 aviones Boeing 737-800, el fabricante norteamericano está desesperado por ganar mercado ante la paliza que le ha dado Airbus alrededor del mundo, así que ha ofrecido todo tipo de ayuda con tal que los aviones utilizados sean de ellos. Los aviones no serán nuevos porque ese modelo ya no se fabrica, y no se ha dado a conocer de dónde provendrán los aviones ni su edad. Contra lo que se dijo en la presentación, no son aviones de “última generación”, son aviones de tecnología obsoleta, el “NG” de esos 737s se refiere a “next generation” (siguiente generación) y se lo puso Boeing para hacer promoción de su “renovado” 737 ¡en la década de los ‘90s! Así que “última generación” ni en sueños. Tendría que ser el 737 MAX para ser de última generación, y aún ese es una mezcla de tecnologías viejas y nuevas interactuando en el mismo avión, por eso ha tenido tantos problemas.

Siguiendo con la presentación del general Luis Crescencio Sandoval de la semana pasada, que por cierto se nota que la hicieron sobre las rodillas, está la supuesta librea que se utilizará en la nueva aerolínea. Se puso el nombre de Mexicana con la tipografía de los ‘70s, pero la imagen corporativa no tiene nada que ver con la extinta aerolínea. También esa se ve que se hizo de último minuto para presentar algo, con la panza del avión pintada de verde que sube atrás hacia la cola para ponerle el logo de los ‘70s en blanco, y el uso del rojo en motores y winglets con tal de usar los “colores patrios”. Nada que ver tampoco con Mexicana de Aviación. Y es algo tan burdamente simple y hecho al vapor, que cualquier niño de primaria les hubiera hecho algo más creativo. Y ni siquiera pudieron ser consistentes en nada, en la presentación usan por ahí un Airbus A310 pintado distinto a la librea que presentaron, y por otro lado un 737-700 que no corresponde al avión que dicen que tendrán. Todos tienen una librea diferente en la misma presentación. Todo hecho con las patas, lo cual sí es consistente (hay que reconocerlo) con la 4T.

Así que al final encontramos que la operación será de OTRA empresa utilizando el nombre comercial de “Mexicana”, con otra librea e imagen corporativa (por llamarle de algún modo), con un servicio de bajo costo y aviones con 180 asientos, operando desde el AIFA en rutas con competencia o sin mercado real. No, esa no es la Mexicana de Aviación que conocimos y que recordamos con cariño. Esa se acabó. Esto es tan solo pretender aprovechar el nombre con tanta historia y tradición para algo que hasta el momento no se le ve futuro.

El trasfondo

¿Y para qué haría algo así el gobierno actual? Muy fácil. En su etapa de eterno candidato, el presidente aprovechó la quiebra y haber dejado a los empleados desamparados para jalar agua a su molino, y ofreció rescatarla y darles lo que se merecían con tal de ganar votos para llegar a la presidencia. Y ya que llegó se olvidó de ellos. Durante estos 5 años todo habían sido palabras sobre ayudarlos y volver a operar la empresa, precisamente por lo complejo que sería echar a andar otra vez a una empresa con tantos problemas legales. Pero se acercan las elecciones, su gobierno no ha dado resultados positivos en nada, tiene sus megaproyectos que no funcionan incluyendo el AIFA, había que hacer algo que le diera ciertos puntos a favor, por eso estuvo dispuesto a pagar (al cabo que no es su dinero) por el nombre y darles dinero a los empleados de la verdadera Mexicana para poder decir que los ayudó.

En realidad, salvo ese poco dinero que le tocará a cada uno, no será mucho y está lejos de lo que la empresa les quedó a deber, y casi ninguno si es que alguien se coloca en la nueva Mexicana, tendrá trabajo ahí. Algunos por edad, otros porque obviamente ya trabajan en otra empresa o se dedican a otra cosa. Pero no habrá mayores oportunidades en la “nueva Mexicana” para quienes realmente trabajaron y se pusieron la camiseta en Mexicana de Aviación.

Y hasta para eso tiene problemas, con la necedad de arrancar a fuerza el 1 de diciembre, no tienen las tripulaciones requeridas para operar 10 aviones. Si hubieran tomado A320s tal vez encontrarían pilotos de Volaris enojados con la empresa que aceptaran cambiar de compañía. Pero pilotos ya calificados en Boeing 737 solamente Aeroméxico y difícilmente alguien de esa empresa aceptaría irse a laborar a este intento de aerolínea. Por ello, para el arranque se habla de que utilizarán “arrendamiento húmedo”, es decir, recibirán los aviones con todo y tripulaciones que los operen. Pero resulta que la Ley mexicana establece que en vuelos domésticos los tripulantes deben ser mexicanos. ¿Se lo van a pasar por el arco del triunfo por ser la aerolínea del Estado?

Estamos dejando de lado, además, las cuestiones de la Certificación tanto de la empresa como de toda la gente operativa, ¿será que la AFAC les dará todos los papeles por mandato? Eso le daría al traste a la recuperación de la Categoría 1, si la FAA se da cuenta de que a la empresa se le dio su certificación y permisos de operación sin seguir los procedimientos adecuados, tan solo por orden presidencial. Y nadie ha dicho nada sobre el sistema de reservaciones, oficinas, canales de venta, slots en aeropuertos, etc., que se necesitan para iniciar las operaciones. Y olvídense además del uso del código “MX”, ese es ahora de Breeze Airways, a ver cuál les puede asignar IATA ahora.

Mexicana no regresa

Por todo lo anterior, el Frankenstein que quiere despegar del AIFA el 1 de diciembre tendrá escrito “Mexicana”, pero NO SERÁ la Cía. Mexicana de Aviación; aprovechará la historia pero no ofrecerá algo que se equipare a lo que fue la Mexicana original; y no estará tampoco la gente que alguna vez impulsó muy alto el nombre de México.

Lo único que hoy sobrevive y parece que seguirá, es Mexicana MRO Services, la empresa de mantenimiento y reparación que alguna vez fue la división de servicios técnicos de Mexicana y que no fue parte de la compra del gobierno, esta opera de manera independiente y todavía tiene valor y viabilidad a pesar de los problemas administrativos que ha tenido. Tiene buenas instalaciones, equipos, gente especializada y da servicios a aviones de aerolíneas mexicanas y extranjeras, además de convertir Boeing 767s en cargueros. Esperemos que a esta sí la compre una empresa con visión de futuro como Lufthansa Techniks o Aeroman, que le inviertan y la impulsen a ser uno de los jugadores importantes en mantenimiento y servicio de aviones en América Latina.

Va por el cuarto elefante blanco

Por todo esto, la nueva empresa será otro elefante banco de la administración actual, el supuesto “plan de negocios” no se le ve viabilidad, no hay un verdadero análisis previo ni parece importarles operar con utilidades, seguramente será subsidiada año con año para mantenerla en operación hasta que el gobierno en turno decida no meterle más dinero. Pero mientras tanto será una competencia desleal a las otras aerolíneas mexicanas que han trabajado muchos años y tuvieron que salir adelante de la gran crisis que provocó la pandemia, sin ningún tipo de apoyos del gobierno.

No es de extrañar porque López Obrador no sabe nada de negocios, jamás en su vida ha administrado ni creado uno, no sabe lo que es generar ingresos, estudiar el mercado, hacer planes viables y pagar impuestos y sueldos. Él toda su vida en la política ha estirado la mano para pedir presupuesto (o sobres amarillos) para sus actividades, de donde ha tomado sin duda “su parte” y no da cuentas de nada, por eso hoy no quiere hacerlo tampoco. Toda su vida pretendiendo llegar al poder pero nunca se preparó para ello, por eso sus proyectos importantes fueron de ocurrencia y no tienen viabilidad, incluyendo el AIFA y esta aerolínea, la refinería que no refina y el tren maya; cree que la economía no sirve (no en balde la reprobó como materia demasiadas veces en su carrera) y cree que sacar petróleo “no tiene ciencia”. Por eso echar a volar una aerolínea es lo de menos, el dinero saldrá del presupuesto (no de su bolsa), el plan no existe pero no importa, él quiere ver aviones en su capricho de aeropuerto tenga viabilidad o no, la gente quiera usarlos o no, gane dinero o no.

Justicia de fantasía

¿Y al menos se hizo justicia para los ex empleados de Mexicana? Por supuesto que tampoco, no recibirán ni de lejos lo que por ley les debió tocar cuando la empresa cerró la puerta. Justicia hubiera sido traer de los pelos a Azcárraga y Borja Chico para que rindieran cuentas de su desastre y de ahí salieran los recursos para pagarle a los ex empleados lo que les correspondía, porque Azcárraga acabó hasta con los fondos de pensiones de la empresa (igual que otro con los fideicomisos del país).

Pero resulta que el dinero que se les dio, que no es suficiente, salió de nuestros impuestos, al igual que el dinero para crear la nueva empresa y los subsidios que tendrá que recibir por su operación. Dinero que debería ocuparse para que haya medicamentos y hospitales en buen estado (y cumplir al menos en parte el sueño guajiro de tener un servicio médico como el danés), para las escuelas, para el mantenimiento de la infraestructura nacional que está tan deteriorada. Y todo para crear un Frankenstein aeronáutico sin otro propósito que dar soporte a la megalomanía del habitante del palacio nacional, al costo que sea.

Esto es solo el comienzo, los $4,000 millones de pesos para iniciar la empresa más lo que le pagó a los ex empleados de Mexicana por el nombre y los pocos activos son solo la punta del iceberg, en adelante habrá que pagar los subsidios a la empresa mes con mes para su operación. Y ese dinero no saldrá de los $200 pesos que trae en la cartera AMLO, sino de los impuestos de todos, se use o no la aerolínea. El ejército calcula que podrían llegar al punto de equilibrio en dos años, pero no dicen cómo llegaron a eso, por lo que no se sabe si realmente será posible. Y si no llegan, como todo hace suponer, pues a seguir subsidiando.

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Ya vivimos además la ineficiencia e ineficacia del gobierno administrando una aerolínea con la Aeroméxico desde finales de los ‘50s hasta 1988. Ineficiencia absoluta, corrupción, aviones en mal estado, despilfarros, pérdidas eternas y pésimo servicio al cliente. Gran diferencia con la Aeroméxico de hoy, como empresa privada, que con todos los problemas que pueda tener, es eficiente, relativamente puntual, brinda un servicio adecuado y no requiere subsidios para operar.

Así que Mexicana no regresa, y eso que pretende levantar el vuelo el 1 de diciembre no puede ser un símbolo de orgullo de los mexicanos.

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    By: Erick Haw Mayer

    Apasionado de la aviación y la industria automotriz de toda la vida, tiene una Licenciatura en Informática y un Postgrado en Comunicación y R.P. Aunque tiene experiencia en empresas del rubro automotriz y en Mexicana de Aviación, su vida profesional se ha dedicado más al periodismo especializado en todo tipo de medios impresos y electrónicos, incluyendo la revista Avión Revue de Latinoamérica.

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