Boeing sacude a su plana mayor: David Calhoun renuncia y hay varios cambios

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Tras la fuerte crisis de credibilidad, por el incidente de Alaska, y las presiones externas, Calhoun renuncia a fin de año, Stan Deal se va de inmediato y hay nuevo presidente del Consejo.

From the Cockpit

Resumen

  • La renuncia de Calhoun a fin de año es para terminar primero la estabilización de la empresa.
  • Stan Deal se va de inmediato y es sustituido por Stephanie Pope.
  • Larry Kellner decide no reelegirse como presidente del Consejo y lo sustituye Steve Mollenkopf.

¿Inician los cambios en Boeing?

Problemas fuertes requieren acciones drásticas, Boeing lleva ya demasiado tiempo con serios problemas tanto financieros como de calidad y credibilidad ante clientes y autoridades, que no han podido ser resueltos. El incidente del avión Boeing 737-9 MAX de Alaska Airlines en enero fue la gota que derramó el vaso por las consecuencias que está trayendo, ya que en Boeing ni siquiera tienen registro de haber quitado la puerta y volverla a instalar sin los pernos.

Así que, ante las fuertes presiones, el día de hoy el presidente y director general de Boeing, David Calhoun, anunció su renuncia a la empresa con efecto al final de 2024, ya que antes de irse quiere terminar las acciones críticas emprendidas para estabilizar a la empresa. Y tal vez para no irse como su antecesor, Dennis Miulenburg, que fue despedido no solo por ser causante en parte de la crisis del MAX sino tras demostrar su incapacidad para recobrar el control de la empresa en el momento más grave de la crisis.

En una carta dirigida a los empleados de Boeing, Calhoun comentó:

Ha sido un gran privilegio de mi vida servir a Boeing. Los ojos del mundo están en nosotros y yo sé que saldremos adelante como una mejor empresa. Seguiremos completamente enfocados en completar el trabajo que hemos hecho juntos para regresar a nuestra empresa a la estabilidad, luego de los extraordinarios retos de los últimos cinco años, con la seguridad y la calidad por encima de todo lo que hacemos”.

Pero no es solamente Calhoun, el presidente del Consejo de Boeing, Larry Kellner decidió no reelegirse en su puesto para otro periodo en la siguiente junta anual de accionistas, por lo que el Consejo decidió sustituirlo por Steve Mollenkopf, que también es un consejero independiente de la empresa, de esta manera será Mollenkopf quien se encargue de elegir al sustituto de Calhoun.

Y, por otro lado, el presidente y director de Boeing Commercial Airplanes, Stan Deal, se retira de la empresa con efecto inmediato, luego de 38 años en ella, y será sustituido por Stephanie Pope, quien acababa de ser nombrada vicepresidente ejecutivo y directora de operaciones de Boeing. Pope lleva 30 años en la empresa y antes se desempeñaba como directora de Boeing Global Services. Pero seguramente los cambios aquí mencionados son solo los primeros de muchos en la empresa, buscando recuperarse de los graves problemas por los que atraviesa.

Se requieren cambios más profundos

De cualquier forma, hay que tener presente que los cambios se volvieron necesarios como una manera de mostrarle a las autoridades y clientes que se está tomando en serio una renovación en la empresa, pero los cambios de los directivos, por sí mismos, no resolverán nada. Lo que Boeing necesita urgentemente es un cambio en la cultura organizacional impuesta por el equipo de McDonnell Douglas que se aferró al equipo directivo de Boeing tras la fusión, imponiendo su “cultura” de maximizar los beneficios a los accionistas.

Esa cultura empresarial llevó a McDonnell Douglas a la quiebra, así como a General Electric, de donde salió, y a General Motors, en donde Jack Smith también la adoptó en la década de los 90s. Hoy Boeing también enfrenta las consecuencias de repartir dinero entre los accionistas en lugar de invertir en su futuro y descuidar la operación general por cuidar centavos descuidando dólares, al imponer en los puestos clave de la empresa financieros de mentalidad ratonera que echaron a perder el trabajo de décadas, que le dio a Boeing su prestigio en la aviación comercial.

Calhoun se la ha pasado las últimas semanas afirmando que están completamente enfocados en la solución de sus problemas de calidad sin que hasta el momento las autoridades de la FAA y el NTSB estén muy convencidas, por eso la imposición de no incrementar la producción del MAX hasta nuevo aviso. Aunque hay que decir que Boeing ni siquiera había llegado a las 38 unidades mensuales que supuestamente es la producción actual, los últimos meses rondaron las 32, por eso siguen tan atrasados en sus entregas.

Pero el administrador de la FAA, Mike Whitaker, ha criticado a Boeing por poner la producción por encima de la seguridad y la calidad. Por eso varios clientes, como Michael O’Leary y Tim Clark, han comenzado a demandar las cabezas de los ejecutivos, mientras que otros quieren una reunión con el Consejo sin la presencia de Calhoun. Y no hay que olvidar que cuando Miulenburg fue despedido, se rumoró que la FAA le dijo al Consejo que no regresaría el MAX a servicio mientras éste siguiera en la dirección de la empresa; esto no fue confirmado, desde luego, pero no sería extraño que hubiera sucedido.

Así que ahora flota en el aire la duda de si la FAA le dijo al Consejo que se requerían cambios drásticos en los altos mandos de la empresa. Y es que la amenaza sobre Boeing es que la FAA le suspenda la certificación de producción en la línea del 737 o incluso en todas las líneas hasta que revise completos los procedimientos y operaciones. Whitaker comentó en una conferencia de prensa que estaba preparado para hacerlo si fuera necesario, lo que seguramente puso nerviosos a muchos dentro de la empresa.

Dentro del Consejo hay contradicciones, algunos dicen estar frustrados con Calhoun porque no hace un progreso suficiente en darle la vuelta a Boeing ante los fuertes problemas, mientras que otros lo respaldan completamente, comenzando por el presidente saliente Kellner. Esto era antes del incidente del avión de Alaska, las cosas pudieron haberse complicado un poco en los últimos meses, y esa es la razón por la que Kellner decidió retirarse y dejarle a alguien más la decisión del nuevo director y que trabaje con él.

En la búsqueda un nuevo director

Así que ahora el Consejo tendrá que enfrentar otro problema, tras la salida de Calhoun, ¿quién puede ser el nuevo director de Boeing? Muchos clientes, proveedores y accionistas han perdido la fe en la empresa, y las relaciones con las autoridades FAA y NTSB, están empantanadas. Así que el nuevo director tendrá enfrente un panorama muy complicado para el inicio de su periodo. Tendrá que ser alguien con amplia experiencia en el sector y mucha paciencia, porque arreglar los problemas de Boeing va a tomar varios años y no será un viaje fácil, rápido ni en línea recta. En lo que sí coinciden todos, es que tendrá que llegar alguien externo a tomar el puesto, porque dentro de Boeing están todos contaminados como para tomar acciones drásticas.

Pero mientras encuentran al nuevo director, el nombramiento de Stephanie Pope como presidente y directora de Boeing Commercial Airplanes ya generó comentarios en Wall Street, ya que consideran que no tiene la preparación necesaria para ser la cabeza de BCA. Pope es otro más de los ejecutivos insertados por la administración de “cuentachiles” en la empresa, tiene una maestría en finanzas sin ninguna experiencia en producción o desarrollo de producto, por lo que no ven cómo pueda poner orden en la cadena de suministro y línea de producción para recobrar no solo el ritmo, sino la confianza de los clientes en que las cosas se están haciendo bien. Ella fue siguiendo los pasos de su predecesor Stan Deal, quien también antes de este puesto estuvo en Boeing Global Services y se le reconoce como un buen vendedor, pero no como un ejecutivo que pueda controlar la producción. ¿Cuánto durará entonces en este puesto? ¿Podrá dar algún resultado positivo?

Pero volvemos al inicio del problema: la “cultura” organizacional en Boeing. Es hora que los financieros se vayan tan solo a la administración de los recursos y dejen de encargarse del desarrollo de la empresa. Nadie ha dicho nada todavía sobre regresar las oficinas corporativas a Seattle, pero el nuevo director tendrá que enfrentar el tema nuevamente porque muchos se lo van a exigir, no pueden estar tomando decisiones a 4,000 km de distancia de los centros de producción y sin atender nada de lo que pasa en ellos. Los problemas de hoy son en parte por esa escisión que Stonecipher hizo en la empresa hace casi 25 años.

From the Cockpit

Así que los problemas de Boeing no se solucionarán por estos cambios de manera mágica, pero al menos es el inicio de algo que puede llevarlos eventualmente a tomar acciones diferentes que sí logren solucionar los complejos problemas que los acechan. No podrán aspirar a recuperar el liderazgo mundial si no ponen orden interno primero, y es importante para la aviación mundial que Boeing recobre su fortaleza para que siga habiendo un balance entre los principales productores de aviones en el mundo, quizá no pueda recuperar su liderazgo en ventas en muchos años, pero habrá un balance en el mercado, en las cadenas de suministros y una competencia sana en los desarrollos tecnológicos hacia el futuro.

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    By: Erick Haw Mayer

    Apasionado de la aviación y la industria automotriz de toda la vida, tiene una Licenciatura en Informática y un Postgrado en Comunicación y R.P. Aunque tiene experiencia en empresas del rubro automotriz y en Mexicana de Aviación, su vida profesional se ha dedicado más al periodismo especializado en todo tipo de medios impresos y electrónicos, incluyendo la revista Avión Revue de Latinoamérica.

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