Brian Robson: el hombre que viajó en una caja de Australia a Londres en avión
Quizá la frase de “la realidad super la ficción” pudiera parecer cliché o exagerada. Sin embargo, las peculiares de ciertas personas nos hacen recordar que dichas palabras no dicen más que la verdad. Para muestra de lo anterior, tenemos la historia de Brian Robson, un hombre que con ayuda de sus amigos se documentó como equipaje y viajó de Australia a Los Ángeles como carga de un avión.
La historia parece salida de un filme; sin duda alguna, el relato de Brian Robson y su viaje en avión es apto para un guion de película. La trama de esta historia se remonta a 1965 cuando Robson tenía solo 20 años. En ese entonces, Brian trabaja para una compañía ferrocarrilera en Melbourne, Australia pero quería volver a su hogar en Reino Unido. No obstante, Robson no contaba con muchos recursos económicos para regresar a su tierra.
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Fue entonces que comenzaron las alocadas ideas de Brian Robson. La primera fue esconderse en un bote con destino a Gran Bretaña sin embargo esto no resultó. Fue descubierto y por la intrusión permaneció en la prisión durante casi tres meses. Una vez fracasada la opción del barco, las opciones se limitaban así que Robson tuvo que planear una idea más desesperada; esta vez involucraba un avión.
Brian Robson llegó a la conclusión de que el mejor modo para volver a Inglaterra era de forma aérea. Como no podía pagar el pasaje de avión, decidió que lo haría como polizón haciéndose pasar por carga. Para el alocado plan, Robson compró una caja de 90 centímetros de cada lado. Si bien era pequeña, le permitía sentarse de rodillas y viajar sentado todo el vuelo. Brian pagó para enviar el paquete de Melbourne a Londres vía Sídney.
Cuando lo registró dijo que sería una de las recién creadas computadoras llamadas mainframe. Eso sirvió para que el “paquete” fuera identificado como carga frágil y valiosa en la carga del avión. Llegado el día del vuelo, sus amigos lo encerraron dentro de la caja. Dentro de ella, Brian Robson llevaría una botella de agua, una linterna, un cancionero de los Beatles. Además, decidió llevar con él una maleta pequeña, una almohada, un martillo y una botella vacía que serviría como baño.
El viaje sería toda una odisea, por no decir una locura. Meterse en una caja para ser documentado en un vuelo en avión de Melbourne a Londres, sigue pareciendo increíble en especial considerando que antes no había vuelos directos. No obstante, las cosas no salieron como Brian Robson planeaba. Desde las primeras horas comenzaron a surgir complicaciones. Empezando por los dolores que llegaron a las dos horas por permanecer en una misma posición.
A eso siguió un giro en Sydney; sí literalmente lo giraron y quedó de cabeza durante las siguientes 23 horas. En el vuelo que se supondría sería la última escala hasta Londres lo regresaron a la posición correcta. Si bien esto fue un alivio, de la mano de ello vino una sorpresa. El “paquete” fue desviado a Los Ángeles.
Los pormenores de qué aerolínea o la ruta que debió haber cruzado se desconocen, sin embargo, los relatos de Brian Robson plasman la vivencia. De acuerdo con sus declaraciones pasó por temperaturas contrastantes. Recuerda que perdió el conocimiento, sufrió pesadillas y delirios. En un momento de desesperación quiso abrir la caja con el martillo, pero no tuvo fuerza para levantar las paredes. Tras tres días de odisea, sin saber si seguía arriba del avión o no, escuchó que alguien hablaba sobre una luz que emanaba de su caja.
Brian Robson alcanzó a oír que personas se cuestionaban sobre la luz de la supuesta computadora y cuando se acercaron, lo descubrieron. Aquella carga de avión que había llegado no era una computadora, era un hombre en muy malas condiciones. Robson, sin comer, descansar y deshidratado no pudo salir por sí solo de la caja. Tuvieron que asistirlo para salir y fue llevado a un hospital de Los Ángeles. En el nosocomio Robson pasó unos días para recuperarse de las condiciones que había sufrido en los tres días anteriores a bordo del avión.
Al ser británico y contar con pasaporte que acreditaba su nacionalidad, Brian Robson no tuvo problemas migratorios. Sin embargo, su peculiar historia de sobrevivencia se hizo muy popular gracias a la prensa. Debido a ello, la aerolínea estadounidense Pan Am se ofreció a llevarlo a Londres de forma gratuita.
Tras el especial vuelo en avión -o al menos en el compartimento de carga de él- Robson escribió un libro llamado “The Crate Escape”. Ahora con 76 años, Brian Robson quiere localizar a los amigos que lo ayudaron con la hazaña y perdió contacto al irse de Australia. Además, le gustaría inmortalizar su historia llevándola a las grandes pantallas.