Historia de la Fuerza Aérea Mexicana

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La Fuerza Aérea Mexicana (FAM), es una de las dos fuerzas armadas que integran la Secretaría de la Defensa Nacional y cuyo objetivo es defender la integridad, la independencia y la soberanía de México; garantizar la seguridad interior; auxiliar a la población en caso de necesidades públicas; realizar acciones cívicas y obras sociales, que tiendan al progreso del país; y en casos de desastre, prestar ayuda para el mantenimiento del orden, el auxilio de las personas y de sus bienes, y la reconstrucción de las zonas afectadas.

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La historia de la Fuerza Aérea Mexicana se remonta a 1906, tres años después del nacimiento del aeroplano, cuando el entonces Presidente Porfirio Díaz, ya mostraba interés en la aviación militar. A finales de 1909, fueron enviados a estudiar a Francia, Nicolás Martínez y Federico Cervantes, para aprender el manejo de globos y dirigibles; sin embargo, al estallar la Revolución Mexicana en 1910, ningún ejército utilizó de forma directa, aeronaves como medio de combate aéreo. Pero después del exilio de Díaz se utilizadas algunas aeronaves por parte de los revolucionarios para contrabandear armamento ligero y correspondencia, a través de la frontera con los Estados Unidos.

Durante los años de la revolución el Ejército Constitucionalista fundado por Venustiano Carranza adquirió un biplano Martin en Los Ángeles el cual el gobierno de Huerta trató de evitar que llegara a México, pero con ayuda de contrabandistas lograron llevarlo hasta Hermosillo para ensamblarlo y posteriormente participó en misiones de bombardeo y espionaje contra el ejército de Huerta. Luego de varias misiones exitosas el avión se accidentó al aterrizar y quedó destruido, con lo que se acabó la “Flotilla Aérea del Noroeste”.

Los inicios de la Fuerza Aérea

El 15 de noviembre de 1915, se inauguraron los Talleres Nacionales de Construcciones Aeronáuticas (TNCA) y la Escuela Nacional de Aviación, instalaciones que permitirían construir aeronaves y motores en México, y preparar a los pilotos aviadores para tripularlas. Los Talleres Nacionales construyeron en México, los aviones series “A”, “B”, “C”, “E”, “G” y “H”, esta última, con notables avances tecnológicos. La naciente industria aeronáutica en México, produjo importantes avances en la ingeniería aeronáutica de esa época, incluyendo la Hélice Anáhuac, diseñada por el Ingeniero Juan Guillermo Villasana, que llegó a emplearse en varias partes del mundo, por su trazo aerodinámico, que revolucionó la tecnología aérea y a los aviones de las series “A” y posteriores, se les colocaron motores Aztatl y México SS, los cuales dieron un magnífico rendimiento. Entre 1915 y 1920, la Fuerza Aérea Mexicana desempeñó diversas misiones de combate y de observación, contra las fuerzas rebeldes de Manuel Peláez, quien tenía un sólido control sobre los campos petroleros de la región Huasteca, lo que permitió derrotar a dicho Jefe infidente.

En agosto de 1920, el Presidente Interino Adolfo de la Huerta, contrató a tres famosos pilotos extranjeros, veteranos de la I Guerra Mundial, para entrenar pilotos mexicanos en tácticas modernas y organizar una fuerza aérea, independiente y funcional. Asimismo, en mayo de 1920, México adquirió trece bombarderos bimotor Farman F-50.

De 1923 a 1929, México se vio envuelto en varias insurrecciones de tipo religioso, territorial y militar, por lo que se requirió que la Fuerza Aérea se desplazara rápidamente por todo el país, para dar apoyo al Ejército Nacional. Ésta era una época en la que, dada la escasez producida por la guerra en Europa, México poseía solamente 18 aviones: cuatro biplanos Brown Special y algunos fabricados en México. La flota quedó desgastada y México entonces, adquirió aviones de entrenamiento ingleses Avro 504K y 504J, los cuales serían después fabricados en México con el nombre de Avro Anáhuac.

En 1925 el gobierno norteamericano vendió a México más aviones militares, los suficientes para contener las rebeliones internas, sin ser amenazantes para los Estados Unidos. El 3 de marzo de 1929, estalló otro golpe militar, llamado “Rebelión Escobarista” o “Rebelión Renovadora”, encabezado por el General José Gonzalo Escobar. En esas fechas, la Fuerza Aérea contaba con aviones gastados, tales como el Bristol Fighter F-2B, Bristol Boarhound, De Havilland DH-4B y un Douglas O-2C, los cuales no eran adecuados para contrarrestar el poder de Escobar. El gobierno de México convenció al gobierno de los Estados Unidos, de fomentar la paz al sur de su frontera y de proporcionar al gobierno mexicano, doce nuevos aviones Corsair O2U-2M, nueve Douglas O-2M, cuatro Stearman C-3B y seis Waco Taperwing. Dos semanas después varios pilotos mexicanos se desplazaron a Brownsville y a Nueva York, para traer a nuestro país los nuevos aviones. Tras varias batallas y ataques aéreos, el 25 de marzo de 1929, el General Calles dirigió la decisiva y sangrienta Batalla de Jiménez, Chihuahua. El Río Florido dividía a las tropas de ambos bandos, por lo que la artillería y la Fuerza Aérea, fueron clave en la derrota de Escobar.

La Segunda Guerra Mundial

Aunque a principios de la II Guerra Mundial, México mantenía su posición de neutralidad, en mayo de 1942, embarcaciones mexicanas que abastecían petróleo a los Estados Unidos, fueron atacadas por submarinos alemanes, en aguas del Golfo de México, por lo que el Presidente Manuel Ávila Camacho declaró la guerra a Alemania, Japón e Italia. Después de evaluar la situación económica y militar del país, Ávila Camacho determinó contribuir con el esfuerzo bélico aliado, enviando un contingente, cuya actuación fuese significativa, pero sin representar un alto costo humano ni económico, para nuestro país.

En julio de 1944, se envió un grupo integrado por 233 elementos de la Fuerza Aérea Mexicana a capacitarse a los Estados Unidos. Este grupo fue llamado Escuadrón de Pelea 201, que integró la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana (FAEM), que en febrero de 1945 se embarcó rumbo a Manila, Filipinas. El 17 de mayo comenzaron los vuelos en zona de combate, como parte de las unidades estadounidenses, acumulando más de 280 horas de vuelo, en 59 misiones de apoyo a las tropas de tierra, bombardeando y ametrallando las posiciones japonesas y contribuyendo a la derrota de los japoneses y al restablecimiento de la democracia en el mundo.

Desde su creación en 1915, la Fuerza Aérea Mexicana, dentro de sus acciones para mantenerse actualizada y cumplir las misiones que se le encomiendan, ha formando personal capacitado, por lo que en 1959, se creó el Colegio del Aire, donde se forman pilotos, meteorólogos y mecánicos especialistas y de aviación, constituyendo el plantel educativo rector en educación militar aérea. 

La modernización de la aviación militar en el mundo entero, llevó a México a entrar en la era jet, al recibir, en febrero de 1961, los aviones De Havilland Vampire MK-3, y los entrenadores a reacción Lockheed T-33A, realizándose el día 23 de mayo de 1961, el primer vuelo en avión jet militar de la Fuerza Aérea Mexicana. En agosto de 1982, se inició la era supersónica, al realizar un pedido a la compañía Northrop, para adquirir aviones F-5E, creándose el Escuadrón Aéreo de Defensa 401. Hacia 1996, se inició la adquisición de los helicópteros soviéticos MI-8/17 y los Antonov AN-32B. En el 2000, se adquieren las aeronaves más modernas de la aviación militar mexicana, los sofisticados EMB-145, de vigilancia aérea. Durante el año 2006, se recibieron dos aeronaves Pilatus PC-9M, para eficientar las operaciones aéreas.

La Fuerza Aérea Mexicana, hoy

A pesar de que México es un país que no tiene enemigos naturales, la Fuerza Aérea es muy activa, ya que ha incrementado el apoyo a la guerra contra el narcotráfico. Actualmente tiene una adecuada flota aérea militar, para cubrir las necesidades del país, contando con aeronaves de combate, tácticas, de carga, de transporte, de entrenamiento, de reconocimiento y de guerra electrónica.

Adicionalmente, proporciona auxilio a la población civil en casos de desastres naturales o contingencias varias, transportando víveres y medicamentos, entre otros. Un claro ejemplo, es el de la inundación de Tabasco y de Chiapas en 2007 y el puente aéreo entre la Ciudad de México y Villahermosa. La Fuerza Aérea también representa a México, con ayuda humanitaria a otros países, en caso de que la necesiten.

También han tenido a cargo la operación y seguridad de los aviones asignados a la presidencia de la república, incluyendo un Boeing 727, un Boeing 757 y el Boeing 787 que actualmente está almacenado porque el presidente no quiere utilizarlo y no ha conseguido venderlo. También operan una flotilla de aviones civiles de apoyo para operaciones y transporte de personal.

Vaya nuestro reconocimiento en este día de las fiestas patrias a los hombres y mujeres que hoy conforman la Fuerza Aérea Mexicana, que con su dedicación y esfuerzo ayudan sobre todo cuando hay emergencias nacionales. Son un ejemplo de lealtad y patriotismo hacia el país, y compromiso con su gente.

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    By: Erick Haw Mayer

    Apasionado de la aviación y la industria automotriz de toda la vida, tiene una Licenciatura en Informática y un Postgrado en Comunicación y R.P. Aunque tiene experiencia en empresas del rubro automotriz y en Mexicana de Aviación, su vida profesional se ha dedicado más al periodismo especializado en todo tipo de medios impresos y electrónicos, incluyendo la revista Avión Revue de Latinoamérica.

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