Japón quiere regresar a la aviación comercial para el 2035
Con una inversión equivalente a 31 mil millones de euros, tanto pública como privada, pretenden desarrollar un competidor de un solo pasillo para unos 150 pasajeros.
Resumen
- Luego del fracaso del Spacejet de Mitsubishi, quieren aprovechar los aprendizajes.
- Invitan a involucrarse a todos los actuales fabricantes y proveedores de aviones y partes, más la industria automotriz.
- El objetivo es que el avión entre a operación hacia el 2035 con la mayor tecnología disponible.
Resurgimiento de su industria
Después de la Segunda Guerra Mundial, a Japón se le prohibió la fabricación de aviones, igual que a Alemania, para evitar que quisieran iniciar otra conflagración. Pero al paso de los años y ante sus actitudes obviamente no bélicas luego de la lección, ambos países están más que involucrados de nuevo en la industria aeronáutica. Alemania es el socio principal de Airbus junto con Francia y una de las plantas del consorcio esta de hecho en Hamburgo. Y Japón ya tuvo un avión turbohélice para 64 pasajeros fabricado entre 1962 y 1974 por la Nihon Aircraft Manufacturing Company, denominado YS-11, del que se fabricaron solamente 182 unidades.
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Además de ese avión comercial, Kawasaki ha desarrollado los XC-2, que es un transporte militar de dos motores, y el P-1, que es un jet tetramotor que se utiliza para actividades de patrullaje y vigilancia en la Fuerza Aérea de la Marina de Japón. También está el avión anfibio Shinmaywa US-2 de búsqueda y salvamento, y tienen ya cierta experiencia en aviación ejecutiva con el HondaJet.
A inicios de este siglo, Mitsubishi desarrolló un jet comercial que buscaba competir con Embraer y Bombardier en la aviación regional, denominado MRJ, del que proponían dos versiones para 70 y 90 pasajeros. Aprovechando el resbalón que tuvo Embraer al crecer el E175-E2 y quedar fuera de las aerolíneas regionales de EE.UU., remodeló su versión más pequeña para atacar ese mercado, ofreciendo una cabina de pasajeros amplia y menores costos de operación que el E175, cambiando su denominación a “Spacejet”.
Pero tuvieron varios retrasos que les hicieron perder competitividad, incrementaron los costos y luego vino la pandemia, Mitsubishi decidió que ya tenía suficiente y canceló el proyecto antes de iniciar la producción en serie, y con ello perdió la gran oportunidad de entrar al enorme mercado de aviación regional de EE.UU., que eventualmente les hubiera logrado dar rentabilidad, además de una gran experiencia. Pero como dice conocido cronista deportivo: la tenía, era suya y la dejó ir…
Trabajando en equipo y aprendiendo de errores
Pero el gobierno de Japón no quita el dedo del renglón y quiere aprender las lecciones de los errores cometidos para el desarrollo y construcción de un avión completamente nuevo que podría entrar en operación hacia el 2035, con motores de nueva generación para hacerlo competitivo en el mercado mundial. En una declaración al periódico Nikkei Asia, el viceministro de Economía, Industria y Comercio, Kazuchika Iwata, afirmó:
Nuestra misión es utilizar el conocimiento público y privado, así como las experiencias que se han adquirido gracias al Spacejet, para el desarrollo y construcción de un avión completamente nuevo”.
Así que, mediante una cooperación entre los sectores público y privado, pretenden hacer una inversión equivalente a 31,000 millones de euros. El equipo de desarrollo del nuevo avión incluirá a los actuales fabricantes de aviones, empresas proveedoras de aviación y fabricantes de automóviles, pero no están cerrados a tener una cooperación también con empresas extranjeras del sector. Un representante del ministerio comentó:
Aún no se ha decidido nada concreto, pero las posibilidades incluyen que sea híbrido-eléctrico, la combustión de hidrógeno y las células de combustible de hidrógeno; son posibles tecnologías de próxima generación que estamos estudiando y en las que queremos profundizar nuestra investigación”.
Un nuevo competidor
Precisamente la experiencia de los fabricantes de autos que pueden aportar al proyecto, como Toyota y Honda, es su trabajo con las células de combustible de hidrógeno, que son una de las opciones que se evalúan. Además, los proveedores de aviación que suministran a Airbus y Boeing tienen ya un amplio conocimiento de los aviones comerciales.
Y es que el país ya no quiere ser tan solo proveedor de otros, sino que su industria tome la iniciativa y se convierta en fabricante de productos con valor agregado, añadió Iwata. Con esto buscan lograr el sueño de Japón de convertirse nuevamente en un constructor de aviones comerciales.
El caso es que, si está listo para operación hacia el 2035, será un tercer competidor en la siguiente generación de aviones comerciales de un solo pasillo, Airbus estudia actualmente opciones de aviones de hidrógeno, eléctricos e híbridos, aunque no necesariamente un avión que sustituya a la familia A320 utilizará estas tecnologías, bien podría solamente aprovechar los nuevos desarrollos de motores que se pretenden para entonces.
Pero quien debería prender todas las alarmas con esta noticia es Boeing, sus múltiples problemas no les permitirán desarrollar un nuevo avión sino hasta esas fechas, que será el reemplazo del actual 737 MAX, y del cual tienen una fuerte presión tanto de lo que haga Airbus como el no poder fallarle nuevamente a sus clientes de una manera tan vergonzosa como les pasó con el MAX. Pero una cosa es competencia de la incipiente industria china, y otra muy distinta sería un avión japonés… que dios los agarre confesados.