¿Quiénes son los responsables de regresar a México a Categoría 1?

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El 25 de mayo del 2022 se cumplió un año de que México fue degradado, por la Administración Federal de Aviación de EE.UU (FAA)., a Categoría 2, con todos los problemas que esto ha implicado para el país. Y al cumplir ese año, la gente que está al frente de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), de la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes (SICT) y el gobierno federal, como se esperaba, no fueron ni para pedir perdón al país por las consecuencias de irresponsabilidad que llevaron a México a esta situación y que, después de un año, no pueden sacarlo de ella.

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No decimos que no se haya hecho nada al respecto, claro que ha habido progresos en varios temas y se ha mantenido un contacto estrecho con la FAA para la evaluación de dichos progresos, pero no se ha cumplido cabalmente con todo lo que encontró la auditoría, por eso no se ha regresado a México a Categoría 1. Y en este caso no pueden echarle la culpa a los “gobiernos anteriores” como es costumbre en este sexenio, ya que fue la gente impuesta por el gobierno actual a diversos puestos importantes del área aeronáutica, la que causó todos los problemas, comenzando por sacar a gente con experiencia y dejar que los inspectores se salieran dejando a la AFAC sin personal capaz de hacer el trabajo de supervisión.

De hecho, cuando en el gobierno de su odiado Felipe Calderón enfrentó una crisis similar tardó solamente 6 meses en regresar a México a Categoría 1. Cierto, no se debió llegar a Categoría 2, pero al menos se respondió pronto y adecuadamente. Aquí ya llevamos el doble de tiempo y no se ve para cuándo México pueda recuperar la Categoría 1.

Ya desde hace algunos meses habíamos comentado aquí en Transponder1200 sobre el cochinero, las patadas debajo de la mesa y la corrupción que hay en la AFAC y de las que están salpicados el Centro Internacional De Adiestramiento De Aviación Civil (CIAAC) y el Servicio a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM) también. Los altos funcionarios están tratando de mantener sus cotos de poder para servirse de él y por eso las funciones de las instituciones, principalmente AFAC, están en niveles vergonzosos.

Funcionarios de Agencia Federal de Aviación Civil, comenzando por el entonces Jefe de Logística de Programas Especiales, Marco Toro Moreno, se robaron los exámenes para pilotos comerciales para venderlos a los interesados. El General Benjamín Romero del CIAAC se dio cuenta del robo de exámenes, lo denunció y no solo no pasó nada, sino que fue él quien salió del CIAAC eventualmente, luego de ser chantajeado por su sucesora con unas grabaciones obtenidas de manera ilegal.

Y en el SENEAM todo fue hacer a un lado a la gente con más experiencia para realizar el “rediseño del espacio aéreo” al gusto y conveniencia del encaprichado del Palacio Nacional para que funcionara su aeropuerto. Que el rediseño esté mal hecho, que no hay gente con suficiente preparación en el Centro de Control de México no importa, es cuestión de reducir las operaciones del Aeropuerto de la Ciudad de México (AICM) para obligar a todos a usar Santa Lucía, les guste o no, funcione o no, lo prefiera el público o no.

Otro problema más lo hizo el Director de Desarrollo Estratégico, Jacob González Macías, quien desechó un sistema certificado por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) para imponer un nuevo sistema a su gusto y conveniencia, con más personal y mayores costos para cobrar en cada trámite. No contaba con que esto sería parte de la degradación y la exigencia de la FAA de volver al sistema de OACI como parte de los requisitos para devolverle a México la Categoría 1.

Ahora se han encontrado también elementos en contra de Director Ejecutivo de Seguridad Aérea, el ex militar Guillermo Macías Avitia, quien es acusado de comandar una red de espionaje interno y realizar extorsiones a la red aeroportuaria del país, ya que él es quien nombra, coordina y supervisa a las comandancias regionales y aeroportuarias del país, que son los encargados de verificar documentos y cargamentos de las aeronaves. De acuerdo con denuncias internas se habla de sobornos, autorización discrecional de vuelos con su “módica cuota” de por medio, venta de certificados de aeronavegabilidad y cobro de “mordidas” a talleres aeronáuticos. Y por supuesto, tiene a sus “negociadores” para “ayudar” a las aerolíneas y talleres a agilizar y autorizar trámites, poniendo dinero por delante.

De todo esto tiene que tener conocimiento el General Carlos Rodríguez Munguía, quien no parece haber hecho nada para detener estas prácticas que tanto dañan al país y a la comunidad aeronáutica. ¿O será que no quiere acabar con ellas o que le dijeron que no se metiera en eso? Si solamente fuera la corrupción, pero las cosas funcionaran de manera adecuada, México hubiera ya recuperado la Categoría 1; pero la gente de la FAA se dio cuenta de la absoluta ineptitud de los funcionarios que no saben ni por dónde comenzar a poner la casa en orden. ¿Recuerdan aquello de “80% lealtad y 20% capacidad y experiencia”? Estas son las consecuencias en industrias tan delicadas y complejas. Por eso no hay progreso.

Ante este panorama, el Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) decidió encomendar la solución de este problema a su actual Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, una de sus “corcholatas” favoritas para el 2024, tal vez para ver si puede y cómo resuelve un problema complejo antes de darle el visto bueno como candidato presidencial. Sin embargo, ¿qué preparación tiene Adán López para resolver algo en el sector aeronáutico? Ninguna. Ni académica ni experiencia en el área. Y como secretario de Gobernación no debería corresponderle este problema, es de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes que tal pareciera que está solo pintada, porque no se ve su participación en todo esto.

Mientras no haya un liderazgo entre los involucrados, de alguien que tenga conocimiento de lo que se debe hacer y además tenga la voluntad de hacer lo necesario, en las instituciones solo seguirán con paliativos y tratando de ocultar los verdaderos problemas, a ver si las autoridades extranjeras no se dan cuenta, cosa que evidentemente no va a suceder. Y se requiere además que las posiciones clave estén ocupadas por gente con experiencia aunque no cumpla con el perfil de la T de 4a, la aviación es algo muy complejo y delicado para dejárselo a improvisados que solo buscan su beneficio personal en el cargo.

Y mientras tanto, ya llegamos de nuevo a la temporada alta de verano, el pasaje turístico sigue creciendo y nuestras aerolíneas con las manos atadas para crecer hacia Estados Unidos en tanto no se recupere la Categoría 1. Eso le cuesta muy caro a nuestra industria porque son ingresos que no pueden recibir, no pueden crecer, no se generan empleos. Ese es el precio que México está pagando por la corrupción e ineptitud en sus instituciones aeronáuticas.

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    By: Erick Haw Mayer

    Apasionado de la aviación y la industria automotriz de toda la vida, tiene una Licenciatura en Informática y un Postgrado en Comunicación y R.P. Aunque tiene experiencia en empresas del rubro automotriz y en Mexicana de Aviación, su vida profesional se ha dedicado más al periodismo especializado en todo tipo de medios impresos y electrónicos, incluyendo la revista Avión Revue de Latinoamérica.

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