Aeroméxico dobla las manos y volará en el AIFA

Desde la cancelación del NAICM en Texcoco, Aeroméxico mostró franca oposición a las decisiones del nuevo gobierno de crear un aeropuerto impráctico e insuficiente en Santa Lucía. Para la aerolínea bandera del país y su estructura de negocio tipo “Hub and Spoke”, las conexiones son fundamentales y no se pueden hacer entre dos aeropuertos. Vamos, hasta entre las dos terminales del AICM son complicadas, por eso ellos pugnaron siempre por un solo aeropuerto de gran capacidad en Texcoco.

No vamos a meternos aquí de nuevo a la decisión de cancelar el proyecto grande para hacer el capricho presidencial, simplemente así están las cosas y es lo que hay. Para que Aeroméxico pueda hacer funcionar su negocio está teniendo que consolidarse como el operador más grande en el AICM, para ofrecer a sus pasajeros la conectividad necesaria, aunque tiene algunas rutas punto a punto fuera de este.

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Por ello reiteradamente declararon que no tenían ningún interés en operar desde el nuevo AIFA salvo que encontraran algunas operaciones punto a punto que se pudieran operar desde ese aeropuerto, pero Volaris y Viva acapararon rápido las más importantes. Se ve que la presión de las autoridades ha sido fuerte para tener vuelos en su nuevo juguete; la rentabilidad es lo de menos, quieren vuelos ahí cuando se dé el banderazo de salida para que no se vea un aeropuerto vacío luego de gastar tantos millones de pesos.

Así que una vez superados los problemas y restricciones que les impuso acogerse al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de EE.UU., Aeroméxico finalmente dobló las manos a las presiones (o amenazas, quién sabe…) del gobierno actual y decidieron que meterán algunos vuelos desde el AIFA. No será una operación importante, es solamente hacer presencia para que no se diga que no cooperan, y eso se nota desde las rutas seleccionadas para iniciar en abril hacia Mérida y Villahermosa. No se han dado a conocer itinerarios, posiblemente sean vuelos diarios o casi diarios con Embraer 190, sin pernoctas y evitando los horarios temprano por la niebla que casi siempre se extiende en esa zona. Uno de los grandes problemas del AIFA.

Desde luego que el comunicado oficial de la empresa habla de “atender las necesidades de sus clientes” ofreciendo la mayor cantidad de frecuencias, pero salvo que se encontrara cierta demanda en algunas rutas, más bien será cuestión de demostrar con el tiempo la inviabilidad de las operaciones para retirarse con un motivo cuando este gobierno pierda poder.

Pero, aunque sea comprensible su actitud de “doblar las manos” ante las presiones, la empresa pudo haber dejado en claro al gobierno inepto que hoy dirige la nación, que las cosas no pueden hacerse a capricho, los negocios tienen que estar basados en necesidades reales que puedan atender para generar sus ingresos o no serán sostenibles. Uno podría pensar que, si Aeroméxico no aceptaba tener vuelos en el AIFA no tendría apoyos en el AICM que a la larga podrían costarles la supervivencia. No lo sabemos. Pero el caso es que ahora están obligados a operar vuelos que no parece que tendrán rentabilidad, ya sea a cambio de algunos beneficios o para evitar perjuicios.

No es de extrañar que este tipo de presiones vengan de alguien que en su vida a puesto un negocio, ni siquiera ha administrado uno, por eso no tiene idea de lo que es buscar la rentabilidad en la operación, tener ingresos constantes para hacer frente a sus compromisos con proveedores y empleados. Toda su vida solo ha estirado la mano exigiendo presupuestos para sus actividades, sin importar de qué se trate y cuánto cuesten. Por eso cree que los “empresarios” ganan mucho dinero explotando gente y sin hacer nada. Y estas son las consecuencias.

Así que Aeroméxico se tiene que subir al tren del AIFA junto con el resto de las aerolíneas del país, incluyendo hasta Calafia y TAR que ya también dijeron que entran sin dar a conocer fechas y rutas. Por eso este aeropuerto no tendrá éxito, porque las decisiones no están basadas en cuestiones comerciales ni de demanda del mercado, sino de tener operaciones para que el gobierno se adorne diciendo que su decisión fue buena. Y en unos años tendremos otro elefante blanco sin utilidad, el AICM seguirá saturado y México seguirá sin una puerta de entrada acorde al país que algunos sí queremos tener.