La historia del Antonov An-2… Un Guerrero del Cielo
El Antonov An-2 fue el primer avión ensamblado por el fabricante de origen soviético Antonov y tuvo su primer vuelo en agosto de 1947. Fue recién cuando terminó la segunda guerra mundial cuando se diseñó este robusto biplano con la intención de transportar carga y personas (máximo 12 pasajeros) dentro del vasto territorio que abarcaba la antigua Unión Soviétiva (URSS). Desde 1947 y hasta 1960 se fabricó en la antigua URSS y desde 1960 hasta 1991 se produjo en la fábrica polaca Mielec, así como también se replicó una versión en China bajo licencia con el nombre Shijiazhuang Y-5.
Fue así como vio luz el hasta ahora biplano monomotor más grande que el mundo ha conocido. Es robusto y de diseño sencillo, pensado para abarcar grandes distancias a lugares remotos e inhóspitos. Su doble superficie alar y sus características lo hacen una aeronave de tipo STOL (Short Take Off and Landing), esto quiere decir que el An-2 es capaz de despegar en espacios de sólo 170 metros y aterrizar en pistas de 220 metros de longitud, de ahí el por qué se desarrollaron múltiples versiones entre las que destacan, agrícolas, extinción de incendios, lanzamientos de tropas, una versión militar ligeramente artillada, de investigación atmosférica, de carga y de transporte de tropas.
-
También podría interesarte: La historia del poderoso Lockheed Constellation
Sus impresionantes características no terminan ahí; a pesar de poseer un diseño súper sencillo el An-2 posee importantes características que lo hace un avión especial, como su potente motor radial de 9 cilindros Shvetsov ASH 62 IR de 1000hp de potencia. Además, está equipado con un sistema de inflado y desinflado de los neumáticos que le permite adaptarse a cualquier condición de pista al instante.
Muchos de los sistemas de la aeronave son simples, y para disminuir la dependencia eléctrica de las baterías, utiliza un sistema de aire neumático (aire similar al de vehículos de transporte tipo camión). Este sistema en los frenos permite aterrizajes muy cortos. El sistema de flaps para los aterrizajes es automático, al descender la velocidad del aire por debajo de las 40mph descienden los flaps forzados por unas bandas de goma que se mantienen replegadas sólo por la fuerza del viento.
El avión posee su propia bomba de combustible a bordo, lo que le permite repostar de cualquier tanque de combustible en tierra; las baterías son grandes y de fácil acceso, lo que hace que el avión sea totalmente autónomo y no dependa de ningún servicio en tierra y, lo más importante, el avión nunca entra en pérdida, ya que en el manual del avión se puede leer textualmente:
Si el motor se para en vuelo instrumental (vuelo a ciegas donde no se puede ver tierra) o durante vuelo nocturno, el piloto deberá tirar totalmente de la palanca de mando hacia popa y mantener el nivel de alas. Los slats se desplegarán a la velocidad de 64 km/h (40mph), y cuando el avión reduzca su velocidad a 40 km/h (25 mph) este descenderá a una velocidad similar a la de un descenso en paracaídas hasta que toque tierra”.
El An-2 presta un importante servicio alrededor del mundo sobre todo en zonas de difícil acceso, manteniendo abastecidas a varias comunidades en zonas remotas y manteniendo el suministro de insumos vitales para sus pobladores, incluso ha prestado servicios de lanzamiento de paracaidistas y provisiones en zonas donde no existe pista de aterrizaje alguna.
Y es una prueba fiel que un diseño sencillo puede perdurar en el tiempo con éxito y es así como ha podido perpetuarse durante más de 50 años cumpliendo importantes labores de transporte de personas y carga en los lugares más inaccesibles del planeta, a un bajo precio, bajo mantenimiento y con mucha fiabilidad.