Murió Gerardo de Prevoisin, ex Zar de la aviación en México
El pasado 22 de abril murió en la Ciudad de México, a los 81 años, Gerardo de Prevoisin, pero su familia prefirió mantenerlo en privado, hasta ahora que se publicarán sus memorias por parte de la Revista Fortuna, de México. En la aviación nacional se le recuerda porque él fue el fundador de Aerovías de México S.A., que se quedó con todos los activos de Aeronaves de México, incluyendo el nombre comercial de “Aeroméxico”, e inició una nueva etapa en la aerolínea como empresa privada.
Prevoisin fue un empresario de larga carrera, pero antes de la aviación comenzó en el sector de seguros, su padre fue fundador de Seguros América Latina (después Seguros América) junto con su suegro, Agustín Legorreta, propietario entonces de Banamex. Después de terminar sus estudios, Gerardo trabajó en Brockman & Schuh, en EE.UU., en donde aprendió sobre reaseguros y corretaje, por lo que al regresar a México fundó el Grupo AGA y se convirtió en uno de los principales líderes de las firmas de corretaje en México. Posteriormente ingresó a los negocios de reaseguro, construcción, educación, agencias de autos, arrendamiento de autos y aseguradoras.
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En 1988 el gobierno de Miguel de la Madrid decretó la quiebra de Aeronaves de México cuya situación financiera era ya insostenible, y mantuvo en operación una sindicatura con sus activos para mantener el servicio mientras se realizaba su venta. Entre otros postores estuvo Gerardo de Prevoisin quien finalmente se quedó con la empresa. El negocio en realidad lo hizo de saliva porque pidió un préstamo al Paribas por el monto de la compra, al quedarse con la empresa vendió todos los aviones a arrendadores y los rentó de regreso para seguir operando, y con ese dinero le pagó a Paribas, así que no invirtió nada. Pero de inmediato todo el negocio de seguros y reaseguros de Aeroméxico pasó a sus empresas.
Aunque se quedó como Director y Presidente de la empresa, quien llevó las riendas fue Pedro Cerisola, quien ya había estado en ella y la conocía bien, de hecho se dice que él fue el arquitecto de la quiebra de la antigua Aeronaves de México. Pero finalmente hizo una buena reorganización, las condiciones de trabajo se cambiaron para ser sensatas y se hizo énfasis en la eficiencia de operación, creó la Clase Premier, en su momento la única clase de negocios en México hasta que Mexicana respondió con la propia, así como el programa de lealtad Club Premier, lo que logró que se apropiara de los viajeros de negocios, sobre todo en la ruta México-Monterrey.
Con la crisis económica de 1995, tanto Aeroméxico como Mexicana entraron en una fuerte crisis económica y Prevoisin aprovechó para tomar el control de Mexicana de Aviación, diciendo que fortalecería a ambas y realizaría sinergias. Pero en la realidad aprovechó los activos de Mexicana para fortalecer a Aeroméxico, como la infraestructura de carga que pasó a manos de Aeromexpress, todos los vuelos charter y paquetes turísticos pasaron a ser manejados por Aeromextur, Mexicana retiró su Primera Clase y canceló rutas en donde había competencia directa entre ambas, a pesar de que el gobierno había señalado expresamente que no podía hacer nada para favorecer a alguna de las empresa en detrimento de la otra.
Después de un par de años pretendía justificar la desaparición de Mexicana integrando todo en Aerovías de México para tener una sola aerolínea bandera grande que podría aplastar fácilmente a la poca competencia que había entonces (Taesa, Aeromar, Aerocalifornia, Aerovías Oaxaqueñas y poco más), manteniendo con Aerovías el control de la integrada Aeroméxico con Mexicana, más Aerolitoral, Aerocaribe/Aerocozumel, Aeromonterrey y Aeroperú.
Para no hacer la historia larga, tras encontrar todos los problemas, el gobierno le retiró las empresas a de Prevoisin y las integró en la Corporación Internacional de Transporte Aéreo (CINTRA) con la que supuestamente se les daría impulso a ambas con sus grupos de filiales para el desarrollo de la aviación del país. A de Prevoisin se le acusó por fraudes contra Aeroméxico por sobreprecios en los seguros y reaseguros por parte de sus propias empresas y además por una malversación de 8 millones de dólares de Aeroméxico, que él dijo se utilizaron para financiar la campaña a la presidencia de Ernesto Zedillo. Sin embargo, fue el gobierno de Zedillo quien lo acusó, por lo que tuvo que huir del país escondiéndose en varios países durante dos años, hasta que fue aprehendido en Suiza en 1998.
Fue trasladado a México y enfrentó un largo proceso en prisión, salió bajo fianza en 2002 pero en 2005 se le condenó nuevamente a cinco años por administración fraudulenta de Aeroméxico.
Después de cumplir con sus condenas ya no pudo recuperarse en lo personal, a pesar de fue accionista de Seguros América, fundador de Seguros Generali y Reaseguros Alianza; su familia quedó destruida y fueron sus hijos quienes le rentaron una habitación en una casa de Las Lomas, en la CDMX, en donde terminó sus días.
La Revista Fortuna publicará un reportaje completo sobre sus memorias en su edición de la siguiente semana, de venta en locales cerrados.