No evita huracanes, los caza. Conoce el Lockheed WP-3D Orion
Volar en condiciones de mal tiempo no es algo que cualquier tripulante sensato haría. Sin embargo, algunos lo hacen en beneficio de estudiar el comportamiento y tendencia del clima. Para esto, se modificaron los Lockheed P-3 Orion al servicio de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA). Cada vez que un huracán ha impactado territorio estadounidense desde el año 1976, un Lockheed WP-3D Orion ha volado en medio de él.
La NOAA cuenta con 2 Lockheed WP-3D Orion apodados “Kermit” y “Miss Peggy” (haciendo alusión a los personajes de la caricatura “El Show de los Muppets”) con las matrículas N42RF y N43RF respectivamente. Estas aeronaves realizan misiones de investigación meteorológica relacionada con tormentas y huracanes. Operan en las regiones del Atlántico, Caribe, Golfo de México y Pacífico Este.
Los aviones pertenecen al 53° Escuadrón de Reconocimiento Meteorológico de la Reserva de la Fuerza Aérea, mejor conocido como “Caza Huracanes”. Tienen base en Lakeland, Florida, desde donde se despliegan a cualquier lugar dentro de los Estados Unidos. Durante sus misiones los tiempos de vuelo rondan entre 8 y 9 horas. A bordo se encuentra todo un equipo de expertos con sofisticados sistemas para recabar todos los datos y transmitirlos al Centro de Operaciones. Adentrarse en una tormenta no es una tarea sencilla, por lo que cada acción debe realizarse con precaución y en coordinación con los pilotos. Su objetivo es llegar al centro del huracán, tomar muestras y salir. Cabe mencionar que las mediciones que realiza esta aeronave no pueden realizarse por otros medios como el satelital.
En el camino al centro del huracán, el Lockheed WP-3D debe atravesar condiciones severas, sobre todo si es un huracán con categoría superior a 3. En esas condiciones, la tripulación se prepara pues la turbulencia puede llegar a ser intensa. Asimismo, seleccionan una trayectoria según la dirección del viento y una velocidad de 210 nudos (389 km/hr), la cual no es muy rápida ni muy lenta. Si la aeronave volara más rápido, la estructura del avión estaría sometida a mucho estrés y fuerzas G. Por otra parte, si vuela más lento, corre el peligro de desplomarse. El avión se introduce a una altitud entre 8,000 y 10,000 pies.
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Se eligió un avión turbohélice debido a que es menos susceptible a las condiciones de lluvia presentes en un huracán. Emplear un avión con motores de tipo turbofán succionaría una enorme cantidad de agua, lo que podría ocasionar alguna falla; por lo que una hélice mantiene la tracción y evita que entre exceso de agua en la sección de compresores. Asimismo, la respuesta de los turbohélice es más rápida que la de los motores tubofán, los cuales tardan algunos segundos entre el accionamiento de la potencia y el aumento de las revoluciones.
Los WP-3 Orion están equipados con radares Doppler debajo de fuselaje y en el empenaje. Los cuales realizan escaneos de manera horizontal y vertical para tener una mejor recopilación de datos. Mediante esta técnica, los investigadores obtienen una “radiografía” en 3D de la tormenta, lo que les permite estudiar sus diferentes capas y su estructura interna. Asimismo, los aviones están equipados con radiómetros de microondas llamados Step Frequency Microwave Radiometers (SFMRs). Este equipo desarrollado por la NOAA permite medir la velocidad del viento en la superficie del océano y lo logra midiendo la radiación que emite la espuma de mar creada por los intensos vientos de superficie.
Foto: NOAA.