!Una vez más! México evaluado por la FAA para mantener su categoría
Cada 10 años la Agencia Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA), realiza una evaluación a los países que vuelan o pretenden volar al país de las barras y las estrellas esto con el fin de garantizar que las autoridades tengan los más altos estándares recomendados por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
La evaluación es llevada a cabo por el programa de Evaluación de la Seguridad de la Aviación Internacional (IASA) en donde la FAA determina si la supervisión del país a transportistas aéreos que operan o buscan operar en los EE. UU., se centra en la capacidad de adherirse a las normas internacionales de seguridad de la aviación y las prácticas recomendadas contenidas en el Anexo 1 (Licencias de personal), el Anexo 6 (Operación de aeronaves) y el Anexo 8 (Aeronavegabilidad de Aeronaves), contenida en el Convenio internacional sobre aviación civil “Convenio de Chicago” (Documento 7300 de la OACI).
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¿Pero qué consecuencias positivas o negativas pudiera traer esta evaluación en caso de no cumplirla satisfactoriamente?
La evaluación de la FAA tiene dos categorías en las cuales puede evaluar a un país:
Categoría 1. Los países que se encuentren en esta categoría pueden operar desde y hacia los Estados Unidos, tener códigos compartidos con aerolíneas nacionales de acuerdo con los permisos otorgados por el departamento de transporte (DOT)
Categoría 2. Los países que se encuentren en esta categoría en caso de que ya cuenten con rutas desde y hacia los Estados Unidos, así como códigos compartidos con aerolíneas del país, pueden continuar con sus operaciones de forma limitada, en caso de solicitar nuevas rutas o autorizaciones para nuevos códigos compartidos estos serán negados hasta obtener categoría 1.
Así mismo países que no cuenten con rutas hacia el país y sean de categoría 2 no podrán iniciar operaciones de ninguna índole a los Estados Unidos hasta que se cumplan con los requisitos y aprueben la evaluación a categoría 1.
Teniendo esto un poco más claro, hace 10 años México fue degradado por la FAA a categoría 2 impidiendo que aerolíneas nacientes como lo fue Volaris e Interjet en ese entonces, pudieran iniciar operaciones inmediatamente al país vecino.
La administración del subsecretario de la Secretaría de Transportes, Humberto Treviño declaró que para poder recuperar la certificación la FAA otorgó 60 días para mejorar todos los puntos que les fueron señalados, así como la inversión de más de $500 millones de pesos.
Este año nuevamente es momento de una evaluación en donde la nueva Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), trato de posponer el mayor tiempo posible argumentando la situación actual que aqueja al mundo por la pandemia de COVID-19. Esta evaluación generará un posible punto de ruptura, donde en caso de que México sea degradado nuevamente, las operaciones del Nuevo Aeropuerto de Santa Lucía pudiera verse mermadas por algún tiempo en lo que nuevamente se obtiene la certificación.
Viendo esto como algo poco probable, ya que el Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, solicitó de manera puntual darle el máximo acompañamiento para impedir una posible degradación llegue a nuestro país, en donde en caso de ser necesario se necesitarán hasta $1,000 millones de pesos en inversión para evitar perder la categoría.
Esta evaluación llega en un momento complicado para la aviación no sólo de México sino del mundo que está tratando de sobrevivir al impacto que ha generado la pandemia de COVID-19; por lo que una degradación seria un golpe muy fuerte para México, debido a la falta de fondos suficientes para invertir en caso de que esta situación llegue dejará a México en categoría 2.
Se esperan retos importantes para la aviación mexicana esperamos que las autoridades manejen y puedan demostrar que nuestro país tiene los más altos estándares y que con esto la aviación pueda seguir creciendo, la primera etapa de esta evaluación fue llevada a cabo del 19 al 31 de octubre que mediante por medios digitales se enviaron documentos hacia las autoridades pertinentes.