Aerosucre de Colombia: un desastre en progreso | Parte 2
En la entrega previa dimos a conocer diversos testimonios de empleados y ex empleados de Aerosucre que solicitaron el anonimato, que dan a conocer fallas graves en la operación de la aerolínea y trato hacia el personal de vuelo que pueden llevar a incidente o accidentes en un futuro.
El piloto encargado de Seguridad Operacional actualmente se quedó como instructor de vuelo sin estar capacitado para ello y, de acuerdo con los testimonios, aprovecha su posición para reprobar a los tripulantes que “cooperan” con la aerolínea. Se han corrido de la empresa a varios tripulantes de esta manera al someterlos a condiciones extremas en el simulador que no puedan recuperar, para determinar que no son aptos para su trabajo.
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Uno de los testigos comentó que incluso enviaron a las autoridades documentos alterados sobre su desempeño para justificar su despido, pero como él tiene los documentos originales pudo demandar a la empresa y su caso está en proceso actualmente.
Y además no se está dando la capacitación adecuada a quienes permanecen en Aerosucre, lo que puede generar errores en la operación que lleven a algo grave. Algo muy similar a lo que sucedía en la difunta aerolínea argentina LAPA, que por sus malas prácticas, medidas de seguridad y deficiencias operativas y de capacitación, terminó con un grave accidente de un Boeing 737 que despegaba del Aeroparque de Buenos Aires, y no se levantó porque los pilotos no extendieron los flaps para despegue y deliberadamente ignoraron la alarma del avión.
A este respecto nos comentaron de un vuelo en el que el Capitán era precisamente el de Seguridad, Orlando Espinoza, al momento de llevar el avión hacia la cabecera de la pista el avión dio la alarma de una falla en los frenos, el copiloto sugirió regresar a plataforma para revisarla y el Capitán dijo que las órdenes las daba él y que salían así. Afortunadamente no hubo nada que lamentar en los dos vuelos realizados, al regresar a Bogotá lo llevaron a revisión y el avión estuvo 3 días en mantenimiento para solucionar el problema que pudo desembocar en algo muy grave.
Y es precisamente el área de mantenimiento otro de los problemas graves de Aerosucre, ya que, a decir de los testimonios, las bitácoras y documentos se llenan a conveniencia para no tener problemas con las autoridades, pero los mantenimientos nunca van de acuerdo a las instrucciones del fabricante. Hay veces que están atrasados hasta un año en los servicios a los aviones, y sin embargo siguen operando los vuelos. Hay quien incluso afirma que se dan sobornos a las autoridades para evitar revisiones o que volteen hacia otra parte, al cabo que no ha pasado nada.
Sobrepeso constante en las operaciones
De aquí pasamos al tercer gran problema con la aerolínea y es el sobrepeso con que los aviones operan permanentemente, sin declararlo en la documentación. De acuerdo con los testimonios, es normal que los aviones salgan con 2 a 3 toneladas de peso sobre el límite establecido. Para poder ajustar siempre la documentación, no se trabaja con un sistema automatizado sino con uno manual, en donde antes del vuelo se pueden hacer todos los “ajustes” necesarios para que el peso y balance sea el adecuado para la operación.
A decir de los ex empleados, todas las operaciones con sobrepeso son para la “eficiencia” de la empresa y a los tripulantes se les paga un dinero extra en efectivo por llevar el peso adicional. Dicen que son aproximadamente $200 dólares por tonelada adicional a repartir entre la tripulación del vuelo.
Esta, dicen que fue la causa del accidente del vuelo 157 del 20 de diciembre de 2016, cuando un avión Boeing 727 que salía de Puerto Carreño hacia Bogotá no pudo levantarse y se desplazó sobre el terreno 95 metros después del final de la pista, chocando con la barda del aeropuerto y otros obstáculos. Finalmente se levantó, pero tuvo daños en el tren principal, motor número 3 y una fuga del hidráulico que finalmente les impidió maniobrar adecuadamente para regresar al aeropuerto y hacer un aterrizaje de emergencia.
La investigación determinó que se calculo mal la velocidad de rotación, tenían un ligero viento de cola que no ayudó, y además el piloto rotó el avión demasiado lento, por lo que no alcanzó a levantarse antes del final de la pista. Los investigadores concluyeron, por la velocidad de despegue calculada por la tripulación, que el avión tenía al menos una tonelada sobre el límite permitido de 74.7 toneladas (165,000 libras). Además, el aeropuerto no estaba autorizado para operaciones con el Boeing 727-200, así que la empresa operaba fuera de las regulaciones, aprovechando la falta de supervisión de la autoridad de aviación de Colombia.
Aunque no se han dado más accidentes graves, los empleados temen que esto pueda suceder en cualquier momento, dadas las graves fallas que se tienen todos los días en el mantenimiento y operación de los aviones, así como en la capacitación y el continuo sobrepeso con el que se despachan los aviones. Ni el Jefe de Operaciones ni el de Seguridad de Aerosucre van a impedir que esto se siga llevando a cabo porque cumplen con ordenes superiores. Y desgraciadamente Aerocivil de Colombia no está llevando a cabo la supervisión necesaria de la aerolínea.
En la siguiente entrega daremos las conclusiones de esta investigación sobre lo que pasa en la empresa de acuerdo con los testimonios recabados y la parte visible de la operación de la empresa.
Foto: Wikimedia Commons