Atentados 9/11: El día que la aviación se detuvo y todo cambió
Son las fatídicas 8:46 horas del 11 de septiembre de 2001, el vuelo 11 de American Airlines impactó contra la Torre Norte del World Trade Center (WTC) en Nueva York, 9:02 el vuelo 175 de United Airlines impactó la Torre Sur. Así amanecimos con estas crudas imágenes, veíamos la televisión incrédulos, todos fuimos testigos de una de las tragedias aéreas y humanas conocidas más grandes de nuestros tiempos.
9:08 horas la Administración Federal de Aviación (FAA) prohíbe todos los despegues que se dirijan hacia o que pasen sobre el espacio aéreo de Nueva York, 9:26 la FAA prohíbe el despegue de todos los aviones civiles en Estados Unidos, 09:34 horas la FAA notifica al Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD) que existe una sospecha de secuestro del vuelo 77 de American Airlines, 9 horas 39 minutos el vuelo 77 de American Airlines se estrella contra el Pentágono.
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Son exactamente las 9 horas con 42 minutos de la mañana, la FAA (con órdenes del Presidente George W. Bush) ordena a todos los aviones en vuelo aterrizar inmediatamente en el aeropuerto más cercano. 10 horas 3 minutos el vuelo 93 de United Airlines cae en campo abierto en Shanksville, Pensilvania. Al parecer, se habría producido una lucha de la tripulación y los pasajeros con los secuestradores para retomar el control del aparato.
10:06 horas, la FAA notifica al NORAD que existe una sospecha del secuestro del vuelo 93 de United, 10:28 horas cae la Torre Norte, 17 horas 25 minutos el edificio Sur de 47 pisos colapsa. Es así como como 19 terroristas suicidas, cometieron el hecho más atroz en la historia aeronáutica del mundo, provocando la muerte de 3,016 personas, dejando a más de 6,000 heridos.
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A 18 años las cicatrices aún no sanan, y todas las preguntas siguen girando alrededor de esta tragedia, no sabemos si fue una conspiración, si realmente fue un atentado terrorista, si el gobierno ya sabía de la amenaza y optó por no hacer nada, o simplemente no tuvieron la capacidad para poder hacer algo. Lo que sí sabemos es que ese atentado terrorista cambió el mundo y la manera de volar, hoy lo recordamos con dolor y respeto.
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¿Qué cambió?
Sin duda los ataques del 11 de septiembre de 2001 a las torres gemelas de Nueva York fueron un parteaguas para la sociedad mundial en muchos sentidos, se mostró una fácil vulnerabilidad del país más poderoso del mundo, lo que los obligó a tomar medidas para la seguridad muy distintas a las que se tenían, arrastrando al resto de los países a tomarlas también o se perdería el control y la seguridad.
Es cierto también que hay muchas afirmaciones respecto a que lo sucedido ese día no fue un golpe audaz del terrorismo sino un acto planeado desde adentro, porque al gobierno estadounidense le convenía atacar a los países del Medio Oriente, pero requería el apoyo de su sociedad. Se habla incluso de que el ataque al Pentágono no fue un avión sino un misil que “afortunadamente” golpeó una zona vacía porque se encontraba en remodelación. Todo esto puede ser muy discutible, pero lo cierto es que la historia “oficial” habla de los ataques terroristas perpetrados por musulmanes extremistas, y para evitar que vuelva a suceder algo así hubo que tomar medidas estrictas en la seguridad de los aeropuertos.
Para llevar esto acabo, el gobierno de EE.UU., creó la Agencia de Seguridad en el Transporte (TSA) que es la encargada de realizar todos los protocolos de seguridad en tierra y su vigilancia, siendo los más importantes los de los puntos de control para ingresar a la zona de salas de abordaje. Anterior al 9-11 había revisiones muy sencillas, detectores de metal y revisiones por rayos X al equipaje de mano. Pero como los terroristas no se subieron con armas sino tan solo con objetos de mano punzocortantes con los que amenazaron y atacaron a la tripulación, se tuvo que restringir también todo tipo de objetos que pudieran utilizarse como arma en algún momento.
Y no solo objetos de mano, también se restringió lo que puede llevarse a bordo en líquidos por si se llevaran compuestos químicos para mezclarse y utilizarse después; y las revisiones se extienden incluso al calzado por si llevaran algún compartimiento escondido en donde se transportarán explosivos u otros elementos.
Por lo mismo de la restricción de líquidos, los pasajeros deben comprar cualquier bebida adentro del aeropuerto (aunque pueden llevar su propia comida) y no pueden llevar en equipaje de mano ningún tipo de líquido o botellas a menos que sean compradas en las tiendas libres de impuestos que entregan sus productos en la puerta del avión.
Todo esto hizo que cruzar la zona de seguridad en todos los aeropuertos del mundo se volviera un cuello de botella por la lentitud de revisar a cada pasajero y sus objetos personales. Obviamente algo tedioso para los pasajeros, pero comprensible. Las aerolíneas presionaron para que los pasajeros que pagan asientos premium tuvieran también un mejor trato, por lo que hay filas independientes para estos pasajeros y para tripulantes, pero los demás deben calcular sus tiempos para no perder su vuelo por no cruzar el filtro de seguridad a tiempo. Si eso pasa, además, no es responsabilidad de la aerolínea.
También más seguridad a bordo
Otros procedimientos que se implementaron es que la puerta de la cabina de pilotos debe ser de seguridad y mantenerse cerrada desde antes de salir de plataforma, para evitar que alguien ajeno pueda entrar como sucedió en el 9-11 y tomar el control del avión. Las mismas puertas, incluso deben tener un blindaje de seguridad incluso para no poder ser destruidas por alguien que pretende entrar.
Esto llevó también a la creación de protocolos para la tripulación en cuanto a que debe permanecer siempre alguien en la cabina cerrada y el acceso puede ser denegado por los pilotos incluso cuando la persona que pretende entrar tenga la llave o clave de la cerradura electrónica.
Las aerolíneas también crearon programas de capacitación para tripulantes para que puedan contrarrestar alguna amenaza de parte de los pasajeros antes de que se convierta en una situación fuera de control, como los aviones secuestrados en el 9-11 que se utilizaron posteriormente como armas para derribar las torres.
Medidas adicionales
Otra medida a tomarse fue la creación de los “air marshals”, o agentes federales encubiertos, que abordan como pasajeros cualquier vuelo y en caso de que hubiera algún problema están entrenados para poder tratar de contrarrestar a los terroristas e incluso tienen permiso para viajar armados.
Otra más es la creación de la lista de exclusión aérea, que es un expediente del gobierno norteamericano en donde están las personas impedidas de viajar a ese país por diversas razones, para que antes de que puedan siquiera acercarse a abordar un avión, les sea negado el check-in por parte de la aerolínea.
Todas estas medidas tienen por objetivo reducir al mínimo la posibilidad de que pueda darse un nuevo ataque terrorista no solo en EE.UU., sino en cualquier país alrededor del mundo, pues las medidas han sido impuestas a la comunidad internacional. Y sí, puede ser tedioso para los pasajeros tener que pasar todas esas revisiones de seguridad, pero finalmente han hecho de la aviación un transporte mucho más seguro.