Boeing tiene más de 100 aviones 787 Dreamliner sin poder entregar

El fabricante aeroespacial estadounidense, Boeing, dio aviso a algunas aerolíneas y proveedores de partes clave para el programa, que las entregas del 787 “Dreamliner” no se reanudarán sino hasta el segundo semestre del año, lo cual puede ser de fuerte impacto para algunas aerolíneas, dada la recuperación esperada luego de la pandemia de COVID-19.

Boeing ha generado un inventario muy importante ahora con el Boeing 787 Dreamliner que desde hace casi un año no puede entregar a sus clientes, aunque el problema viene desde hace ya año y medio y solo entregó unos cuantos a inicios del 2021. De acuerdo a las estimaciones, son ya más de 100 aviones los que la empresa tiene estacionados sin poder entregar, dados los problemas encontrados por fallas estructurales y otros más de menor importancia, por los que la Administración Federal de Aviación (FAA) suspendió las entregas hasta no cerciorarse de que los arreglos de los aviones cumplieran cabalmente con las medidas de calidad y seguridad necesarias.

• También podría interesarte: ¿Por que un Boeing 787-8 de American Airlines fue cubierto con lonas negras?

Para la empresa también es crucial poder reiniciar las entregas de los aviones, para poder planear en incremento en la producción para los siguientes meses, ya que la cadena de producción debe ser avisada con anticipación. Y no solo la producción, sino que el flujo de efectivo por las entregas es por demás necesario para Boeing que apenas se va recuperando de los problemas por la puesta en tierra del 737 MAX.

A principios del año 2022 se había previsto que para abril podrían reanudarse las entregas; de hecho, American Airlines confiaba en que así fuera pues para recuperar sus mercados internacionales de larga distancia esperaban contar con los aviones para la temporada de verano. La fecha se recorrió después para mayo y ahora se va hasta la segunda mitad del año. Esto obligó no solo a American, sino a varias otras aerolíneas que esperaban recibir sus nuevos aviones pronto, a reducir sus vuelos para el verano y en adelante, hasta no tener la certeza de cuándo recibirán sus aviones.

Y es que para Boeing no ha sido fácil hacer las inspecciones y reparaciones de las fallas estructurales de los más de 100 aviones en inventario, sobre todo porque está fabricado con compuestos de carbono en lugar de aluminio y, aunque esto ofrece muchas ventajas en peso y resistencia, las reparaciones no son fáciles. Y además tiene a las autoridades vigilando absolutamente todo el proceso porque la FAA no quiere que la empresa se los vuelva a llevar “entre las patas” por problemas con los aviones, como sucedió con el 737 MAX.

Aunque Boeing ya no ha hecho predicciones sobre cuándo podrá reiniciar las entregas, sí ha dicho que calcula el costo general de estos problemas en unos $5,500 millones de dólares. Dos personas cercanas al asunto comentaron con la agencia Reuters que reiniciar las entregas hacia el tercer trimestre es algo realista, pero tanto los informantes como algunos proveedores comentaron estar cautelosos porque los pronósticos anteriores han fallado y las fechas se siguen moviendo.

Boeing declinó hacer comentarios al respecto, manteniendo su posición de que se tomará el tiempo necesario para asegurarse de que se cumpla con las especificaciones. Por su parte, la FAA comentó solamente que “la seguridad dictará los tiempos”.

No hay que olvidar también que en febrero pasado la propia FAA revocó la capacidad de Boeing de auto certificar sus aviones 787, y la agencia mantendrá esa autoridad en tanto quede completamente convencida de que los aviones cumplen con las especificaciones de diseño, las entregas sean estables y Boeing tenga un plan robusto sobre los trabajos que debe realizar en muchos de los aviones que están en almacenamiento.