CEO de Boeing asume responsabilidad en el incidente del 737-9 MAX de Alaska Airlines

Boeing asume responsabilidad y compromiso con la transparencia tras el incidente del 737-9 MAX de Alaska Airlines.

Resumen

• Reconocimiento público de errores por parte del CEO de Boeing tras el incidente del 737-9 MAX.
• Compromiso con la transparencia y colaboración con la NTSB en la investigación.
• El incidente provocó la despresurización de la cabina y un aterrizaje de emergencia.
• Enfoque renovado en la seguridad y respuesta a la crisis por parte de la compañía.

Boeing asume su error

El CEO de Boeing, Dave Calhoun, ha reconocido públicamente los errores de la compañía tras el incidente del Boeing 737-9 MAX de Alaska Airlines, prometiendo una total transparencia en la investigación en curso. Esta declaración contrasta con los acontecimientos anteriores relacionados con los modelos 737 MAX y los accidentes de Lion Air y Ethiopian Airlines. Calhoun enfatizó la importancia de la seguridad y aseguró que se trabajará estrechamente con la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) para determinar las causas del incidente.

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El Incidente: Una Alarma para Boeing

El incidente del Boeing 737-9 MAX de Alaska Airlines, que ocurrió durante el vuelo y resultó en la pérdida de un panel de la puerta de emergencia a 16,000 pies de altitud, provocó la despresurización de la cabina y un aterrizaje de emergencia en Portland. Afortunadamente, no se reportaron lesiones graves. Boeing ha prometido que se llevarán a cabo inspecciones exhaustivas para garantizar que este tipo de eventos no se repitan.

Sin embargo, a raíz de este incidente, 171 aviones Boeing 737 MAX en todo el mundo han sido puestos en tierra para su inspección y reparación. La Administración Federal de Aviación (FAA) ha emitido una Directiva de Aeronavegabilidad Urgente, instando a los operadores del modelo a retirar sus aviones del servicio para realizar inspecciones y reparaciones en el “Door Plug”.

Boeing no Sale de la Emergencia

Las reacciones de varios operadores, como hemos informado recientemente, subrayan graves preocupaciones en medio de una nueva crisis para el fabricante Boeing. Esta situación podría conllevar retrasos en las entregas, inspecciones más exhaustivas de sus aviones MAX, cuestionamientos sobre la certificación de las versiones MAX 7 y 10, una experiencia negativa para sus clientes y una imagen desfavorable para los pasajeros habituales.

La respuesta de Calhoun al incidente marca un cambio en la postura de la empresa respecto a la seguridad y transparencia, una actitud que no se observó durante las investigaciones de los accidentes fatales de los Boeing 737 MAX de Lion Air y Ethiopian Airlines. Estos incidentes provocaron la inmovilización de todos los modelos MAX durante dos años, resultando en pérdidas millonarias para las aerolíneas.

Hasta el momento de redactar esta nota, Alaska Airlines y United Airlines, han sido los únicos dos operadores que han identificado pernos flojos o que necesitan mayor ajuste en algunos de sus aviones de este modelo, lo que sugiere que no se trata de un problema aislado. Por su parte, la NTSB ha indicado en una declaración preliminar que el incidente del vuelo de Alaska Airlines podría haber sido causado por un cierre incorrecto de la puerta. El mismo Boeing 737-9 MAX ya tenía reportes de mal funcionamiento de esa puerta en días anteriores.

Lo cierto es que algo no funciona correctamente en las líneas de ensamblaje de Boeing y su socio AeroSystems, encargado de fabricar ese tapón de la puerta de emergencia, también está bajo escrutinio. No es un secreto que Boeing trabaja en un sistema de producción acelerado para cumplir con las entregas a sus clientes, a pesar de que las prisas en la aviación, son riesgos en la seguridad. Veamos la historia.