¿Es el TP-01 realmente un exceso y un lujo desmedido como acusa el presidente?

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En los últimos días volvió a la palestra el famoso Boeing 787 “TP-01” que en los dos años y medio que lleva la administración no se ha vendido y solamente se tiene parado sin ninguna utilidad, pero que sigue costándole al país porque el arrendamiento se firmó a muchos años para que saliera menos oneroso por mes. Ahora se regresó a Victorville pero nadie especificó si a almacenamiento, a algún tipo de mantenimiento preventivo o a otra cosa.

De hecho, el presidente insiste cada vez que puede en su venta para la que no hay postores, o ahora está con la idea de ofrecérselo a las aerolíneas que desde ahora les aseguramos que le van a decir que “gracias, pero no”. Y no es cuestión de no ceder ante el capricho presidencial, sino que simplemente la reconfiguración del avión para servicio comercial es muy cara y para que a una aerolínea le conviniera tendrían que dárselo en un precio tan bajo que al gobierno le convendría.

Pero deberíamos preguntarnos nuevamente, ¿esa necedad del presidente es realmente válida o es otro de sus caprichos por mostrarse diferente al pasado? Entre sus argumentos está que el avión es lujoso y ostentoso, que no se necesita y que por eso no quiere utilizarlo. Cierto que los interiores no son los de un avión comercial, se trata de un avión privado y por lo tanto se diseñaron no para llevar la mayor cantidad de pasajeros sino para cumplir misiones específicas. En el caso del TP-01 será el transporte del presidente del país con su comitiva de acuerdo al tipo de viaje que realice, con una zona de trabajo, zona de descanso para el presidente, y en la parte posterior asientos para llevar a los medios de comunicación a los que, por cierto, se les cobraba el “boleto” para llevar a los reporteros en el mismo avión, con la ventaja de poder cubrir la fuente de la presidencia sin problemas a si tuvieran que tomar vuelos comerciales. Y ese cobro a los medios servía para cubrir el costo de las operaciones.

Es cierto que el Boeing 787 es un avión grande y moderno, pero ¿realmente fue un gasto excesivo del gobierno? Hacia el final del sexenio de Felipe Calderón se utilizaba el Boeing 757 que ya tenía muchos años de servicio, ese avión inició su vida con Eastern Airlines en los ‘80s y el gobierno mexicano lo compró hacia finales del sexenio de Miguel de la Madrid porque el anterior avión que utilizaba presidencia estaba ya también muy viejo, y el 757 les daba mejor capacidad y alcance.

Pero al final del sexenio de Calderón también era ya un avión con muchos años a cuestas y el mantenimiento comienza a volverse caro. Buscando opciones aprovecharon la compra de Aeroméxico de Dreamliners para solicitar una cotización también para un avión para el gobierno, pero el precio de Boeing de un avión nuevo era bastante más de lo que pretendían pagar por él. Así que una delegación de Boeing vino a México a platicar con el gobierno para ofrecerles un 787 no nuevo, de los primeros que se fabricaron, se había utilizado para las pruebas de certificación y que después ANA de Japón decidió que no lo tomaría porque requería reparaciones y además tenía un peso mayor, lo que impacta en las operaciones comerciales.

El precio al que Boeing lo ofreció fue poco más de $100 millones de dólares, mucho menos que el precio de lista de $235 millones. Pero necesitaba interiores porque no los tenía, pero como se trataba de un avión VIP eso era incluso ventajoso porque no se requería desinstalar algo para ponerle los interiores nuevos. El gobierno de Calderón aceptó la oferta pero sabían que el avión no estaría antes del final del sexenio, por lo que le dejó a la administración de Peña Nieto la responsabilidad de los interiores para el avión antes de que pudiera estar en operación.

Aquí, nuevamente, los interiores podrían parecer ostentosos comparados con un avión comercial porque todos los asientos son tipo “business” y tiene además una recámara para el presidente, pensando en los viajes largos que este avión sí puede hacer. Pero no se necesitan los asientos como en un avión comercial, de hecho sería un peso innecesario ya que no es su misión. Todos los interiores para aviones son muy caros porque deben cumplir una serie de requisitos de resistencia, aunque sean ligeros, que no sean combustibles o al menos retarden el fuego y otros más. Una suite de clase Business como las que utiliza Aeroméxico en sus 787-9 vale decenas de miles de dólares. Por eso no es correcto dar cifras sin tener una comparación de lo que costaría equipar un avión comercial.

Así que lo que el gobierno mexicano adquirió fue un avión de oportunidad a muy buen precio, para el tipo de avión; casi nuevo y con interiores adecuados a sus necesidades. No es cierto que “no lo tiene ni Obama”, el gobierno de EE.UU. tiene 2 Boeing 747 que son el doble de grandes, con equipamientos militares de protección, comunicación e incluso de recarga de combustible en el aire, que costaron 10 veces más que el TP-01.

En cuanto a los costos de utilizarlo, el presupuesto de la presidencia para los viajes en aviones comerciales era prácticamente el mismo los otros años a si se hubiera utilizado el TP-01, con la desventaja de que la renta del avión de todas formas se tiene que pagar, así como darle mantenimiento preventivo constantemente para evitar el deterioro. Es decir, cuesta el doble de lo que le costaba al país cuando se utilizaba el TP-01.

Si a eso se le agrega que la supuesta rifa del avión que no incluyó al avión, con el número de boletos vendidos no logró recuperar ni lo de los premios, no hubo ninguna ayuda para los costos a los que se incurre a pesar de no utilizarlo.

Así que, si no hay compradores interesados, no les interesa a las aerolíneas y de todas formas cuesta dinero, lo que es absurdo es que el presidente ponga en riesgo a la gente utilizando vuelos comerciales haciendo un gasto adicional. No hay ahorro y no hay la “austeridad” que pregona.

Y si de plano no se va a utilizar para las misiones para las que originalmente se compró, pues entonces que lo transfiera directamente ya al ejército, que se cambien los interiores por los que sean adecuados para un uso militar y que se aproveche ahí, y no solamente estar pagando las rentas y el mantenimiento sin ninguna utilidad.

Fotos: Creative Commons

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    By: Erick Haw Mayer

    Apasionado de la aviación y la industria automotriz de toda la vida, tiene una Licenciatura en Informática y un Postgrado en Comunicación y R.P. Aunque tiene experiencia en empresas del rubro automotriz y en Mexicana de Aviación, su vida profesional se ha dedicado más al periodismo especializado en todo tipo de medios impresos y electrónicos, incluyendo la revista Avión Revue de Latinoamérica.

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