Iniciativa de cabotaje: “la infamia sexenal”

Por si no fuera suficiente para la actual Administración Federal  la falta de incentivos a las aerolíneas no cedidos durante la atroz pandemia, la degradación de la categoría aérea del país, el chantaje para obligar a éstas para operar en un “aeropuerto” tan inviable como su propia creación faraónica en la lacerante militarización, son factores base que solo ha recrudecido la crítica situación económica y de no expansión por la que cruza nuestra aviación, ahora el Gobierno Federal  ha presentado la semana pasada La Iniciativa en la Autorización del Cabotaje de Aerolíneas Aéreas Extranjeras en nuestro país, situación que de cristalizarse será el implemento lapidario para la aviación comercial regular del país.

Motivación Equívoca

Si bien las políticas públicas en materia de aérea simplemente no han sido las más acertadas por parte del Gobierno federal dadas los resultados adversos que prevalecen tanto por aspectos en ausencia de incentivos fiscales, complicadas regulaciones y una baja de categoría de nivel al estándar internacional, cuya contención legal deriva en la inmovilidad por consecuencias prohibitivas en el incremento de la explotación de las rentables rutas a Norteamérica y Europa de los operadores regulares connacionales -ya acreditados allende fronteras- y ahora en aras de tratar de promover el AIFA- dada su inviabilidad tanto técnica como económica- de manera errónea el Ejecutivo Federal  ha tomado a manera de retórica enviar al Legislativo dicha iniciativa que bien se pude considerar como una moción sino meramente anti-constitucional, si de controversia a nuestra carta magna e incluso contraria a la Ley de Aviación Civil l y su reglamento, sin miramiento alguno hacía la ya de por sí  lacerada aviación regular nacional cuya iniciativa va en el total detrimento a sus intereses en nuestro propio espacio aéreo de manera simplemente inadmisible.

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Los Precedentes

El “Cabotaje” es en si el derecho a obtener por un estado extranjero realizar vuelos comerciales dentro de un estado en más de un punto dentro de ese territorio mismo, lo que en si se traduce en la 8° Libertad del Aire siendo esto entonces el “cabotaje consecutivo.

Sin embargo toda vez que esto se derivó en el “Convenio de Chicago” de 1945 resultaba un precepto adecuado para todo Estado o nación carente de desarrollo aviatorio propio o en su insuficiencia de aviación especialmente en las zonas marginadas de la época cuya implementación haría conectivas dichas áreas bajo esta modalidad, siendo esto un precepto limitativo a la factibilidad que las regulaciones del país tercero mismo tenga a bien de hacerlas receptibles o no este tipo de operación ante el principio de la soberanía nacional de los países contratantes de la OACI para el efecto.

El Estatus Normativo

Pero para la aviación del siglo XXI en nuestro país las actuales leyes en la materia ese precepto es totalmente conservador en protección a los interese nacionales en su espíritu, dado su definición Cabotaje:

“Transporte aéreo mediante remuneración o cualquier otro tipo de contraprestación onerosa, de pasajeros, carga, correo o una combinación de éstos, entre dos o más puntos en territorio nacional”.

Lo cual toda iniciativa bajo este precepto desprende controversia Constitucional en términos de lo establecido de los art. 76 y 89 de nuestra carta magna así como totalmente contrario a lo establecido en el art. 32 de la Ley de Aviación Civil y del art. 17 de su reglamento, por lo cual las adecuaciones del Legislativo tendrán que ser necesariamente limitativas al artículo último enunciado así como de la ineludible ratificación del Senado de la Republica dada su condición extra-territorial, previas modificaciones.

La Aberrante Iniciativa

Pero para el gobierno mexicano en su miopía, no solo no deja de ver la inequidad operativa de las  aerolíneas transnacionales compitiendo con las aerolíneas de nuestro país en una relación desproporcionada en su monstruosa capacidad operativa de aeronaves extranjeras a operar bajo esas reglas en nuestro propio territorio, sino que de éstas la gran mayoría tienen beneficios fiscales o en precios preferenciales en sus principales insumos, como son turbosina o privilegiados “arrendamientos húmedos” por volumen, aspectos no contemplados en la frialdad de su iniciativa que dejan sin duda en total desventaja a las aerolíneas connacionales en un franco entreguismo de nuestro cielo que a quedando a merced de la tiranía empresarial aérea extranjera.

Por  lo cual han surgido las diferentes voces como son la CANAERO, ASPA y El Frente por la Defensa de la Aviación  Nacional -entre otros- pronunciándose en contra de dicha iniciativa, cuyo pretexto es el “desarrollo de la aviación regional” a decir del gobierno Federal, sin embargo tras bambalinas se esconde toda moción en esa tentativa sórdida pero férrea de activación para que dichas rutas emanen a partir del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) toda vez que su condición inviable, ya que a la fecha carece del grueso de operaciones dado su fracaso en el desahogo en la desaturación del Aeropuerto de la Ciudad de México (AICM) en esa conflictiva compactibilidad del espacio aéreo inferior instrumental -sobre todo en su área terminal- no asequible, por lo cual dicha iniciativa no deja de ser una extorsión a nuestra aviación en el supuesto pero equívoco beneficio para la “AIFA saturación” de esa terminal precaria en característica de operación amén de esa carencia de actividad dada su inconectividad, pero auspiciada por esa iniciativa de tentación, invitación para la industria aérea regular de la nación para su atroz lapidación.  

                                                                                                                             “por sus frutos los conocereís”

-del profeta Mateo-

                                                                                                                                                                                           Atentamente: Edith López (operaciones FBO TLC)