Lockheed WC-130 Weatherbird: el cazador de huracanes
Cada año, durante la temporada de huracanes escuchamos acerca de estos aviones que se meten al ojo del huracán para estudiarlo. ¿Pero de dónde vienen? ¿Quién los opera? ¿Y para qué nos sirven?
El Lockheed WC-130 es un avión de ala alta y alcance medio utilizado para misiones de reconocimiento del clima por parte de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. El avión es una versión modificada del C-130 Hércules configurado con instrumentación especializada para clima, incluyendo un sistema para aventar una sonda y con el equipo de despliegue y receptor de la información que envía. Entre la tripulación viaja un meteorólogo para penetrar ciclones tropicales y tormentas de invierno para obtener información de su movimiento, tamaño e intensidad.
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El Servicio de Clima recibió su primer C-130 en 1962 para llevar a cabo misiones de muestras de aire a raíz de la reanudación de las pruebas de armas atmosféricas por parte de la Unión Soviética en septiembre de 1961. La Fuerza Aérea estaba en el proceso de reemplazar su flota de WB-50, que eran aviones de reconocimiento de clima, con jets WB-47E, pero el Servicio de Clima decidió en 1965 que era mejor un WC-130 tripulado para labores de reconocimiento de clima. Desde entonces, la Fuerza Aérea y la Reserva de la Fuerza Aérea han operado un total de 50 aviones WC-130 en cinco variantes. El utilizado actualmente es el WC-130J “Weatherbird”, que es una plataforma de recolección de datos en el 53 Escuadrón de Reconocimiento de Clima.
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A lo largo de los años solamente un WC-130 se ha perdido durante una misión, se trató de un modelo H 65-0965 el 12 de octubre de 1974, que volaba en el Tifón Bess al noreste de la Filipinas, sin que se hasta el momento se haya encontrado algún resto del avión. El 2 de mayo de 2018, un avión que fue de reconocimiento de clima, modelo H 65-0968, era utilizado por la Guardia Nacional de Puerto Rico, se accidentó durante su vuelo de traslado de retiro. Otros dos WC-130 se accidentaron luego de haberse vendido a clientes en el extranjero y uno más, que estaba operativo, fue destruido en tierra por un huracán.
El avión lleva una tripulación de 5 personas: un comandante, un piloto, un oficial de sistemas de combate, un oficial de clima y un maestro de carga y operador de la sonda. La sonda es, precisamente, la pieza crítica del equipo de clima a bordo, se trata de un sistema de medición de vientos por sonda vía GPS, es un instrumento cilíndrico de 41 cm de largo por 8.9 cm de ancho y un peso de 1.1 kg. Cuenta con un radio de alta frecuencia y dispositivos sensores, se libera desde el avión sobre el agua y, conforme desciende al mar, mide y envía información de la atmósfera como temperatura, humedad, presión barométrica y datos del viento.
En sus misiones, el WC-130J provee datos vitales para la predicción de ciclones tropicales, normalmente penetra el huracán a una altitud de 10,000 pies para recolectar información meteorológica en el vórtex u ojo de la tormenta. El avión normalmente vuela un radio de 160 km desde el vórtex para recolectar información detallada sobre la estructura del ciclón. Esta información hace posible advertir con anticipación acerca de los huracanes e incrementa la exactitud de las predicciones. La información recolectada va directo al Centro Nacional de Huracanes en Miami, Florida, que se encarga de rastrear huracanes en el Atlántico y ofrece servicios de alertas.
Foto: Wikimedia Commons